De apariencia arrugada, pequeñas y de distintas tonalidades de verde, las coles de bruselas no son las verduras que más adeptos generan en España. Pero más allá de su aspecto, lo cierto es que tienen una gran cantidad de nutrientes muy beneficiosos para el organismo. De hecho, la Universidad de Harvard las recomienda muy especialmente ya que ayudan a combatir el colesterol. 

Así lo subraya Teresa Fung, profesora adjunta del departamento de Nutrición de Harvard T.H. Chan School of Public Health, que incluye esta verdura en su lista de cinco alimentos que se deberían consumir todos los días para estar sanos.

El nombre de esta especie de repollo no es casualidad. Se le atribuyó el nombre de la capital de Bélgica porque se cree que fue precisamente allí donde se hicieron populares allá por el siglo XVI. De hecho, estas verduras son un acompañamiento habitual de los guisos más contundentes en el país. Pero, ¿cuál es la razón por la que los españoles la rechazan?

Una de las principales explicaciones puede encontrarse en su sabor. Las coles de Bruselas pertenecen a la familia Brassica oleracea de verduras crucíferas como el brócoli, la coliflor o col rizada. Todas ellas contienen un fitoquímico que contiene azufre llamado glucosinolato, el responsable del olor algo desagradable y de un sabor que puede resultar amargo. Pero el truco está en la manera de cocinarlas: si se hierven durante mucho tiempo, el sabor amargo y los olores desagradables se intensificarán, por lo que lo ideal es cocerlas en un tiempo máximo aproximado de 12 minutos.

Lo recomendable, además, es consumir esta verdura en temporada, tal y como explicamos en EL ESPAÑOL, es cuando los alimentos conservan todos sus nutrientes. En concreto, las coles de Bruselas tardan unos tres meses en madurar y generalmente se plantan en un clima cálido. Después se cosechan en otoño, por lo que para consumir las coles frescas los mejores meses serán los meses comprendidos entre octubre y abril. Así las cosas, se pueden encontrar en cualquier supermercado durante todo el año.

Algunos beneficios

Países como Reino Unido también incorporan las coles de bruselas como acompañamiento de platos más pesados. Y es que estas verduras tienen un alto contenido en agua (un 90%), por lo que resultan muy ligeras. Pero además, esconde otros nutrientes que son muy positivos para el funcionamiento del organismo.

De hecho, diversos estudios han concluido que el incremento en el consumo de coles de bruselas y hortalizas similares de la misma familia (las crucíferas) puede reducir el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Como apunta la Escuela de Salud Pública de Harvard T.H. Chan, las coles de Bruselas están repletas de vitaminas, minerales y fibra, lo que traducido significa que su consumo habitual puede ayudar a reforzar algo tan importante como el sistema inmunitario, contribuir a reducir el cansancio y mejorar la visión, por su contenido en vitamina A.

Estas verduras también cumplen un papel importante como antioxidantes. La presencia de vitaminas como la C previenen el daño celular y, por tanto, acelera la cicatrización de heridas en la piel y frena el deterioro de los huesos. La vitamina K, muy presente en las coles, ayuda también a mejorar la salud ósea al aumentar la absorción de calcio y disminuir la eliminación de calcio a través de la orina.

Asimismo, su alto contenido en fibra ayuda a regular el tránsito intestinal. Podemos encontrar hasta 8,8 gramos por cada 100 gramos de coles de bruselas. El potasio, por otro lado, contribuiría a un funcionamiento muscular normal y al mantenimiento de una presión sanguínea normal.

Algunos compuestos de estas verduras como los glucosinolatos ayudarían además a inhibir la proliferación de células cancerígenas. Las coles pueden ayudar a prevenir diferentes tipos de cáncer como el de mama, ovario, estómago, vejiga o colon.

Es común, además, encontrarlas recetadas para las dietas de reducción de peso. Su alto contenido en agua; su capacidad diurética y su contenido bajo en grasas y calorías la convierte en una verdura ideal para los procesos de adelgazamiento. Pero, además, su consumo es muy recomendable en embarazadas, porque su contenido en ácido fólico puede contribuir a evitar malformaciones en el feto.

Lo mejor es comprar las coles que presenten un verde intenso y de hojas compactas. Las amarillas pueden ser signos de envejecimiento y deterioro. Después, la preparación es sencilla: solamente habrá que enjuagarlas con agua fría para eliminar cualquier residuo y quitar las hojas exteriores que puedan estar algo descoloridas.

Se pueden cocer, pero la forma más recomendable de cocinarlas es hornearlas, ya que de esta forma se reduce el posible amargor en el sabor. Además, se pueden añadir algunas nueces picadas a la parte superior para que tengan un resultado más crujiente y un mejor sabor.

Sea como fuere, lo que está claro es que verduras como las coles de bruselas deberían estar presentes en la dieta habitual para poder llevar una vida sana y una dieta equilibrada. La propia Sociedad Española de Nutrición recalca desde hace años lo necesario que es combinar una buena alimentación con otros factores como el ejercicio físico para prevenir enfermedades. Y precisamente en esa "buena alimentación", debe tener cabida el consumo de verduras entre dos y tres veces al día.

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