El bazo es un pequeño órgano que forma parte del sistema inmune del organismo humano, sin demasiado protagonismo habitualmente. Si bien es cierto que es conocido por su facilidad para romperse tras un accidente de tráfico, no se le suele tener en cuenta cuando se habla de dieta, ejercicio y salud en general.

Sin embargo, no sólo los accidentes de tráfico afectan a este órgano. La alimentación también podría provocar daños o aumentar los perjuicios sobre el sistema inmune en general, y el bazo en especial. Si bien existen dietas cardio-protectoras, neuro-protectoras o incluso dietas específicas para proteger el hígado y el riñón, el bazo no tiene una dieta específica conocida. Pero sí se sabe qué alimentos debemos evitar y cuáles potenciar, con el objetivo de reducir la inflamación y mejorar la salud del sistema inmune.

Como ya explicamos en su día en EL ESPAÑOL, el bazo es un órgano de poco más de 10 centímetros y apenas unos 150 gramos de peso, cuya función específica es "reciclar" las células sanguíneas: destruye las células viejas, ayuda a producir células nuevas y mantiene cierta reserva celular en caso de emergencias. Es el órgano principal del sistema linfático, el cual colabora en las funciones del sistema inmune, por lo que el bazo también colabora para hacer frente a infecciones.

De hecho, si el bazo funciona mal, o se produce algún ataque contra el sistema inmune que no se logra defender adecuadamente, se produce un crecimiento del bazo esplenomegalia. Se trata una inflamación específica del bazo que alterará su buen fincionamiento, lo que acabará afectando al sistema inmune.

Si bien es cierto que esta inflamación se produce por infecciones directas o indirectas del bazo, o por un mal funcionamiento por otras razones, la alimentación puede colaborar en que esta situación mejore o empeore a medio y largo plazo.

De hecho, si no se logra controlar la inflamación del bazo, ya sea por una infección externa o por un mal funcionamiento interno, el tratamiento óptimo es la esplenectomía o extirpación del bazo mediante cirugía. Cuando esto se produce, las funciones del bazo las llevan a cabo el hígado y los riñones. No es la situación ideal, pero sí se sabe que se produce una adaptación aceptable.

Qué alimentos evitar para proteger el bazo

Como hemos comentado, si bien es cierto que la dieta no es la causa principal ni puede ser una cura específica para un mal funcionamiento del bazo, algunos alimentos sí pueden colaborar en mejorar o empeorar la situación.

En este caos, se deberían evitar alimentos proinflamatorios, que no son más que aquellos que caracterizan a la dieta occidental: alimentos procesados y ultraprocesados, tales como carnes procesadas, aceites vegetales refinados, alimentos fritos, harinas refinadas, refrescos y cualquier alimento con sal o azúcares añadidos. Todos estos alimentos se caracterizan por un exceso de grasas saturadas, sal añadida, azúcares libres añadidos, o varios de ellos en su conjunto.

Por un lado, las carnes procesadas, además de las mencionadas grasas saturadas en exceso, también contienen nitritos, un conservante que se ha asociado con un aumento del riesgo de cáncer y otras dolencias a nivel metabólico. Y, como sucede con los otros aditivos, también se trata de moléculas proinflamatorias.

Respecto a los aceites vegetales, no todos deben evitarse ni todos son considerados proinflamatorios. De hecho, algunos ejemplos como el aceite de oliva se han relacionado con diversos beneficios para la salud y su consumo está más que aconsejado.

Finalmente, los ultraprocesados en general, pilar esencial de la dieta occidental, estarían totalmente desaconsejados dentro de cualquier dolencia a nivel de bazo, o cualquier enfermedad que afecte al sistema inmune de cualquier forma: se trata de alimentos proinflamatorios en general, y cada vez son más los estudios que han relacionado su consumo con un empeoramiento de enfermedades autoinmunes en general.

Un ejemplo reciente sería la relación entre las enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, y la dieta occidental, la cual empeora más si cabe los síntomas de estas enfermedades; y también su prevalencia.

Qué alimentos consumir

Finalmente, en la otra cara de la moneda, estarían los alimentos más aconsejados para reducir la inflamación y mejorar la salud en general, y la salud del bazo y el sistema inmune en particular.

En este caso los alimentos aconsejados serían aquellos que caracterizan a la dieta basada en plantas, cuyo ejemplo más conocido en España y los países vecinos es la dieta mediterránea: granos enteros, legumbres, carne magra (sobre todo de ave), pescado, fruta, verdura, frutos secos y grasas saludables como el mencionado aceite de oliva.

Si bien otras dietas como la Dieta DASH también aconsejarían lácteos desnatados para reducir la grasa dietética, los nuevos estudios desaconsejan dicho consumo: la grasa naturalmente presente en los lácteos y derivados es necesaria, y saludable.

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