El pescado es considerado uno de los alimentos más saludables. Es cierto que la variedad es muy amplia y no todos comparten las mismas propiedades, pero, en la mayoría de los casos, esta afirmación es real.

Una alimentación saludable parte de una premisa básica: asegurarse de obtener la mayoría de las vitaminas y minerales que se necesitan de la dieta. Y aquí, el pescado tiene mucho que decir, ya que si forma parte cotidiana de las comidas, es muy probable que se estén obteniendo toda una cantidad de nutrientes que no es del todo fácil encontrar en otros alimentos.

A pesar de todo, hay mucha gente a la que el pescado no le atrae y opta por dejarlo fuera de su dieta durante durante largos periodos de tiempo o, incluso, de forma permanente. Esta sería una decisión que, dentro de lo posible, sería mejor revertir por las repercusiones que puede generar.

Si nos preguntamos qué es lo que le ocurre a nuestro cuerpo si estamos un tiempo prolongado sin comer pescado, las respuestas pueden sorprender. En primer lugar, hay que tener en cuenta que este alimento, en especial pescados grasos como el salmón, las sardinas, el atún, la caballa y la trucha, es muy rico en algunos componentes. En este sentido, destacan la vitamina D, que es un nutriente que no siempre es fácil conseguir; o los ácidos grasos omega-3, que ayudan a que el cerebro y su cuerpo funcionen mejor.

A efectos prácticos, esto significa que desterrar durante largos periodos de tiempo este alimento de nuestros platos podría aumentar su riesgo de episodios relacionados con el corazón, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

En cambio, comer pescado al menos dos veces por semana puede ayudar a mejorar la salud del corazón al reducir la presión arterial, reducir el potencial de coágulos sanguíneos y latidos cardíacos irregulares e incluso disminuir los triglicéridos. Todo esto, en consecuencia, es una buena forma de reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, como la muerte cardíaca súbita.

La Asociación Americana del Corazón (AHA) publicó hace algún tiempo una serie de pautas en la revista Circulation sobre el consumo de pescado, sobre todo cuando este sustituye a otros alimentos como determinados tipos de carnes, entre ellas la de cerdo y la de vacuno. En ellas, se resalta su importancia para la salud en general, y para el corazón en particular.

La importancia de consumir pescado es una opinión compartida por la Fundación Española del corazón, que en su página web, afirma que se trata de "un alimento con tantas proteínas como la carne, rico en vitaminas y minerales, pero además algunas variedades son también una importante fuente de Omega 3, ácidos grasos beneficiosos para la salud cardiovascular"

En consecuencia, renunciar al pescado durante un mes es una forma de renunciar a todos los beneficios que este alimento proporciona al sistema cardiovascular. Por tanto, en este caso, sería necesario asegurarse de obtener por otras vías los nutrientes que estos alimentos aportan fácilmente, incluso recurriendo a suplementos.

El salmón es una de las variedades consideradas más saludables. PxHere

Renunciar a muchos beneficios

Pero no se agotan aquí las ventajas del pescado a las que se renuncia si se deja de comer. Al contrario, se priva a nuestro organismo de una serie de beneficios muy interesantes y que conviene no perder de vista.

Salud cerebral

Es lógico que, con la edad, la función cerebral se deteriore como consecuencia del paso del tiempo y el envejecimiento. Sin embargo, existen dolencias neurodegenerativas graves como la enfermedad de Alzheimer. Muchos estudios observacionales muestran que las personas que comen más pescado tienen tasas más lentas de deterioro mental.

Otros estudios también revelan que las personas que comen pescado todas las semanas tienen más materia gris, el tejido funcional principal del cerebro, en las partes del cerebro que regulan las emociones y la memoria.

Estado de ánimo

La depresión es una condición mental común. Se caracteriza por un estado de ánimo bajo, tristeza, disminución de la energía y pérdida de interés. Aunque no se habla tanto como la enfermedad cardíaca o la obesidad, la depresión es actualmente uno de los problemas de salud más grandes del mundo.

Los estudios han encontrado que las personas que comen pescado con regularidad tienen muchas menos probabilidades de deprimirse. Numerosos ensayos controlados también revelan que los ácidos grasos omega-3 pueden combatir la depresión y aumentar significativamente la eficacia de los medicamentos antidepresivos.

Enfermedades autoinmunes

Algunas de ellas, como la diabetes tipo 1, ocurren cuando su sistema inmunológico ataca y destruye por error los tejidos corporales sanos. Varios estudios relacionan la ingesta de omega-3 o aceite de pescado con un riesgo reducido de diabetes tipo 1 en los niños, así como con una forma de diabetes autoinmune en adultos.

Vista

La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es una de las principales causas de discapacidad visual y ceguera que afecta principalmente a los adultos mayores. Alguna evidencia sugiere que el pescado y los ácidos grasos omega-3 pueden proteger contra esta enfermedad.

En un estudio, la ingesta regular de pescado se relacionó con un 42% menos de riesgo de DMAE en mujeres. Otro estudio encontró que comer pescado graso una vez por semana estaba relacionado con una disminución del 53% en el riesgo de DMAE neovascular.

¿Y qué pasa con el mercurio?

Uno de los miedos que más se manifiesta en relación con el consumo de pescado es la existencia de mercurio, una toxina que puede afectar el desarrollo del cerebro en fetos y niños pequeños, y en exceso también puede afectar la salud de los adultos.

Es cierto que, en ocasiones, esto puede suponer un problema, pero por lo general, se considera que los beneficios son mucho mayores que los riesgos. De hecho, la Fundación Española del Corazón así lo reconoce, por lo que no duda en afirmar que la ingesta de pescado es esencial tanto en niños como en adultos.

Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha alertado en algunas ocasiones sobre el riesgo del consumo de algunas especies debido a su alto contenido de mercurio, una neurotoxina muy perjudicial para la salud. En concreto, esta advertencia hace referencia a algunas variedades concretas, tales como el pez espada, tiburón, atún rojo y lucio

Estas se dirigen a un público muy específico, sobre todo a embarazadas y niños, a quienes desaconseja su consumo para niños menores de 3 años, o lo limita, como es el caso de mujeres embarazadas o en período de lactancia y de los menores de 12 años.

Noticias relacionadas