Los espárragos blancos en conserva son un alimento sano y bajo en calorías, además de refrescante por su elevado contenido en agua, que va ideal para incorporar a las comidas y cenas de verano. También tienen propiedades diuréticas y son fuente de vitamina C. Para sumar puntos a su favor, en España se produce una variedad que destaca por su gran calidad: los espárragos de Navarra. Además se trata de un alimento versátil que funciona bien tanto en ensaladas, como acompañamiento de carnes o pescados, o incluso para tomarlo solo.  

Pero como pasa con otros muchos productos disponibles, hay una amplia variedad de marcas y tipos de espárragos en el supermercado, lo que dificulta la tarea de elegir el mejor producto al mejor precio. Para facilitar este proceso desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado un análisis comparativo de los espárragos en conserva disponibles en el país.

Según apuntan desde la organización, las diferencias giran en torno diferentes parámetros: su origen, el calibre del producto (medio, grueso, extra grueso) o el formato de la conserva (en lata o bote de cristal) o el precio. En el citado estudio se han analizado 26 variedades de conservas de espárragos blancos de categoría extra y calibre grueso o muy grueso. “En general son productos que destacan por su buena calidad, pero entre ellos hay diferencias, por el origen y el precio, por ejemplo”, señalan desde la OCU. Veamos.

En cuanto al origen, se puede establecer dos grandes grupos: espárragos navarros o importados. Desde la OCU destacan la fama del espárrago blanco de Navarra, que cuenta con una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para controlar que su producción cumple unos estándares de calidad. No obstante, la mayor parte de los espárragos que compramos en España se han cultivado fuera del país, principalmente en China o Perú, los mayores productores mundiales. Y según concluye la organización, los hay de muy buena calidad tanto nacionales como importados, eso sí, siendo mucho más baratos los segundos. 

Es en este momento cuando en la ecuación entra en juego el precio. Y es que hay una enorme diferencia entre los espárragos con y sin sello IGP: un kilo escurrido cuesta de media unos 25 euros si tienen certificación IGP de Navarra y unos 11 euros si vienen de China o Perú, o sea, más del doble. También hay que señalar otras ventajas de los espárragos nacionales como garantizan el empleo local y una menor huella de carbono que los importados. 

Dicho todo esto, ¿cuáles son los mejores del súper? Así ha quedado la clasificación de la OCU: el primer puesto del podio ha sido para los espárragos gruesos de Celorrio (8,44 euros por kilo escurrido), clasificados con calidad “muy buena”, originarios de China. Le siguen los espárragos muy gruesos de La Catedral de Navarra (28,73 euros el kilo escurrido) que cuentan con el sello IGP de Navarra.

En tercer lugar, y una de las opciones de “compra maestra” recomendada por la OCU por la relación calidad-precio: los espárragos muy gruesos de Freshona, de Lidl (15,35 euros por kilo escurrido), que también tienen el sello IGP y destacan especialmente por la intensidad de su sabor.

Contenido en sal

Aclarado esto, hay algunas otras conclusiones que se pueden sacar del estudio. Sobre los ingredientes, como es habitual en estos productos, los espárragos en conserva cuentan con sal añadida, algo de lo que no es conveniente abusar si se quiere cuidar la salud. Pero según matizan desde la OCU, se trata de “cantidades aceptables (entre 0,75 y 1,26 g/100g)”. Según la OMS hay que consumir menos de 5 gramos de sal al día (un poco menos que una cuchara de té).

También incorporan aditivos como el ácido ascórbico y el cítrico para reducir el pH y evitar el desarrollo de la toxina botulínica. “Su calibre es el adecuado, incluso superior al exigido y los resultados en degustación, aceptables. Todo ello determina una valoración final buena o muy buena en la gran mayoría de los casos”, concluyen en la revista OCU Compra Maestra de junio. Por último, la organización de consumidores pide a las marcas que la indicación sobre el número de unidades no contemple márgenes excesivos: mejor la acotación “de 6 a 8 piezas” que de “6 a 12 piezas”, por ejemplo. 

En España, los espárragos blancos apenas se venden frescos fuera de las zonas de cultivo (Navarra, Aragón o La Rioja), ya que la mayor parte de la producción se destina a las fábricas conserveras, y así es así como normalmente se consumen los espárragos blancos. A diferencia de los verdes, se cubren de tierra durante el cultivo para evitar que les dé la luz y que no produzcan clorofila. Desde la Fundación Española de Nutrición apuntan que los verdes son más ricos en minerales, a lo que se suma una pérdida vitamínica tras el tratamiento de preparación de conservas.

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