La granola es un alimento que en los últimos años se ha puesto de moda en España y que los nutricionistas recomiendan como ingrediente sano del desayuno pero, ¿realmente son todas la opciones igual de saludables? Pues bien, lo cierto es que algunas granolas de venta en supermercados no lo son tanto dado a su contenido en azúcar añadido, algo común entre los alimentos procesados. Sin duda las más sanas son aquellas que se elaboran en casa. Pero, para aquellos que aún no hayan oído hablar de la granola, ¿en qué consiste este alimento?, ¿se parece en algo a los típicos cereales de desayuno?, ¿es lo mismo que el muesli? A continuación algunas claves sobre este ingrediente cada vez más popular.

Veamos, la granola, el muesli y los cereales, aunque se asemejan por sus ingredientes, no son lo mismo, al menos en su origen. La granola se inventó en Estados Unidos. Hoy se entiende como una mezcla de copos de avena, frutos secos, a veces otros cereales, miel o azúcar que se hornea para obtener una textura crujiente. También se le suelen añadir frutas deshidratadas, dátiles o pasas. Pero según señala este texto del diario The New York Times, la primera receta de lo que hoy conocemos como granola la inventó el médico James Caleb Jackson allá por el siglo XIX y era bien distinta. Su plato, al que llamó granula, consistía únicamente en trocitos densos de salvado sin endulzar. O sea, nada que ver con la versión actual. 

Mientras, el muesli se inventó a principios del siglo XX en Suiza (se llamó Birchermüesli, que significa "papilla de cereales de Bircher") por el doctor Maximilian Bircher-Benner, promotor de la alimentación vegetal y cruda. Como su nombre indica, su aspecto era similar al de una papilla, los cereales no eran el ingrediente principal, sino la fruta, y no se concebía únicamente como desayuno. Pero en la actualidad, tanto la granola como el muesli han ido evolucionando hasta adoptan un formato similar, ya que comparten ingredientes similares, por lo que no es complicado confundirlos. 

Los comúnmente conocidos como cereales de desayuno también se inventaron en Estados Unidos y la mayoría tienen un alto contenido en azúcar por lo que los nutricionistas recomiendan evitarlos. No obstante, la granola y el muesli no salen mejor parados. Según el citado texto del diario estadounisende, a pesar de su reputación saludable la granola "se ha convertido en nada más y nada menos que un postre" por su alto contenido en azúcar.

Las opciones que se comercializan en España llevan diferente cantidad de azúcar añadido en función de la marca, pero la recomendación nutricional es eliminarlo al máximo posible de la dieta. Este nutriente se encuentra de forma natural en los alimentos como, por ejemplo, la fruta. El exceso de azúcar es uno de los principales defectos de la alimentación de nuestro siglo. Se trata de uno de los añadidos más típicos y menos saludables de los alimentos procesados, junto con la sal y las grasas. El alto consumo de azúcar se relaciona con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes y el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. 

Granola hecha en casa

Así las cosas, la opción más sana es hacer granola casera, ya que de esta forma se controla la calidad de los ingredientes y su cantidad. El ingrediente principal son los copos de avena, que es mejor si los elegimos integrales. Según recuerda en su blog Alimentarte la dietista-nutricionista Raquel Bernácer, la avena es un alimento popular dentro del mundo de la salud porque contiene beta-glucano, un componente que ha mostrado reducir el colesterol cuando se consume en la cantidad suficiente. 

Después van los frutos secos, un alimento cuyas grasas son beneficiosas para la salud cardiovascular y que si se consume en cantidades moderadas (un puñadito) no engorda. Se pueden elegir los que más gusten: almendras, nueces, anacardos, pistachos…. eso sí, siempre al natural o tostados pero sin sal añadida.

Desde Realfooding proponen una receta que además de los citados ingredientes incorpora coco deshidratado, canela, pasta de dátiles y frutos secos en formato crema (siempre 100%). Para endulzar proponen utilizar plátano maduro o compota de manzana sin azúcar. También se pueden añadir semillas, frutas deshidratadas, jengibre o cacao puro. Una vez hecha la mezcla se mete al horno. Por último, se deja enfriar y se guarda en un bote hermético de cristal para que se conserve correctamente.

Para acabar, hay que recordar que cada comida debe estar integrada por alimentos nutritivos y saludables. Según el Plato para Comer Saludable de la Escuela de Salud Pública de Harvard, cada comida debe estar compuesta en un 50% por frutas y verduras, un cuarto por proteínas saludables y el otro por granos integrales. Por tanto, al incorporar granola hecha en casa al desayuno ya contamos con un buen porcentaje de estos ingredientes. 

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