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    Sabor a Mediterráneo

    En la cocina española en particular, así como en la mediterránea en general, se utiliza una amplia variedad de hierbas aromáticas para dar sabor a los platos. También tienen propiedades interesantes para la salud. Se utilizan las hojas, tanto frescas como secas, para condimentar los guisos durante la cocción o para dar el toque final al plato. 

    Pues bien, aunque casi todos hemos ido de pequeños a la compra y le hemos pedido al frutero un poquito de perejil como nos pidieron en casa y lo hemos visto coronando los platos, lo cierto es que hay multitud de hierbas más allá del perejil y a veces uno puede sentirse un poco perdido: ¿cuál casa mejor con cada receta?, ¿tienen algún beneficio para la salud?

    A continuación, una selección de las hierbas aromáticas que no pueden faltar en la cocina y la respuesta a estas dos preguntas.

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    Perejil

    El perejil es una planta originaria de la zona mediterránea y en España, junto con el ajo, salpica todo el recetario. Pero, más allá del color y del sabor, ¿qué aporta esta hierba al organismo?

    Según señala la Fundación Española de Nutrición, como en la cocina se suelen utilizar cantidades pequeñas de estas hierbas (ración media de 0,25 gramos), nunca van a ser el ingrediente sino la guinda del pastel, por lo que no aportan nutrientes en cantidad significativa. No obstante, se trata de ingredientes con propiedades interesantes que enriquecen el plato. 

    Por ejemplo, se puede destacar el contenido en vitamina A del perejil. Así mismo contiene flavonoides, que son antioxidantes y cuyo consumo se relaciona con la reducción del riesgo de sufrir dolencias cardiovasculares o cáncer. También contiene aceite esencial (apiol y miristicina). 

    Según la FEN, el perejil fresco tiene muchas más propiedades nutritivas y sabor que el seco. De hecho, la pierde fácilmente, por lo que se aconseja congelarlo. Además de condimento para prácticamente todos los guisos, también puede consumirse en infusión, como jugo fresco y en cápsulas.

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    Laurel

    En la antigüedad clásica, en Grecia y Roma, las coronas de laurel trenzado eran símbolo de victoria y gloria. En la actualidad, su cultivo se extiende por toda el área mediterránea. En la cocina, a diferencia del perejil, las hojas que dan un sabor más intenso son las secas. Cuanto más tiempo se hierva mejor. Por eso se añade al comienzo de la cocción a los guisos de carne, estofados, caldos de pescado, sopas de verduras y legumbres.

    Aunque como ya dijimos una ración media no aporta a la dieta nutrientes en cantidad significativa, sí podemos señalar que las hojas de laurel contienen diversos ácidos orgánicos, minerales (hierro y calcio) y vitaminas (riboflavina, niacina y vitamina A).

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    Romero

    Las hojas de romero, ya sean frescas o secas, se usan para condimentar carnes, asados, guisos de pescado y salsas de tomate y bechamel. Le va bien también a los escabeches, mariscos y pescados. También se le suele echar unas ramitas a la paella, cuando el arroz está a punto de acabar la cocción.

    Desde el punto de vista nutricional, el romero destaca por su aporte de calcio y el potasio. Además contienen taninos, con poder antioxidante, vitamina C, ácido rosmarínico, también antioxidante, una saponina y el alcaloide rosmaricina (responsable del efecto estimulante).

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    Tomillo

    Como las anteriores, el tomillo es una hierba de olor intenso ampliamente usada en la cocina mediterránea. En Cataluña se trata del ingrediente principal de uno de sus platos típicos, la sopa de farigola (se elabora con huevo, pan de payés y ramas de tomillo), pero casa bien con otras muchas elaboraciones. Se utiliza tanto fresco como seco.

    Según apuntan los compañeros de Cocinillas va bien con pollo, cerdo, pato, pescado. Le va genial a salsas, sobre todo de tomate, estofados, parrilladas de verduras y arroces. También se usa como aliño de aceitunas. 

    Sobre su composición nutricional, se puede destacar su aporte de vitamina A. También de calcio y de potasio, según información de la Base de Datos Española de Composición de Alimentos.

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    Orégano

    Se trata de nuevo de una hiérba típica de la cocina mediterránea, sobre todo de la italiana, que da mucha personalidad a los platos. Sus hojas secas aportan mucho más sabor y aroma que las frescas. En España e Italia crece sobre todo en las colinas y montañas. Su nombre, que deriva del griego, significa "esplendor de la montaña", de ahí la expresión: "no todo el monte es orégano", en referencia al orégano como sinómino de explendor. 

    Se trata de un condimento característico en recetas como la salsa boloñesa, la lasaña, la pizza, pechugas de pollo a la napolitana, pan de ajo... Sobre su composición nutricional: es considerable su contenido en minerales, sobre todo calcio y potasio, y vitamina A. Entre las sustancias activas presentes en los aceites esenciales del orégano se encuentran los compuestos fenólicos timol y carvacrol con actividad antimicrobiana.

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    Eneldo

    Desde Cocinillas la describen como una hierba que sabe a hierba, que va bien con coles, patatas, pepinos, zanahorias, guisantes, tomates, pescado y marisco. Va genial en salsas de yogur, aliños para ensaladas y en tortillas. 

    Es una hierba oriunda de la región mediterránea, donde abunda. Desde el punto de vista de la salud, el eneldo contiene cantidades interesantes de calcio, potasio, magnesio y fósforo. También de vitaminas.