Que el azúcar en exceso no es saludable es algo conocido y de lo que ya no hay lugar a dudas. De hecho, el Ministerio de Consumo acaba de lanzar en España la campaña "El azúcar mata" para concienciar sobre sus perjuicios para la salud. Lejos quedan aquellos anuncios que lo promocionaban como un alimento saludable, como, por ejemplo, aquel que lo recomendaba en el desayuno para comenzar el día con energía, bajo el lema "Azúcar: energía para parar un tren".

Con el paso del tiempo y con las evidencias científicas como guía, hoy, podemos afirmar que reducir el consumo de azúcar es muy recomendable si queremos mantener un buen estado de salud y evitar problemas como la obesidad, diabetes o caries dentales, entre muchas otras. Actualmente, refrescos, bollería, chocolate y yogures, son algunas de las fuentes de azúcares añadidos.

Tanto es así que desde hace años todo tipo de instituciones están lanzando una auténtica cruzada contra este carbohidrato simple. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha recomendado a los adultos con un índice de masa corporal normal reducir el consumo de azúcar al 5% de la ingesta calórica diaria, lo que equivale a unos 25 gramos al día.

Más allá de la recomendación de reducir la ingesta, hay quienes han decidido ir más allá, y evitar su consumo de forma absoluta y tajante. Entre quienes se han lanzado a esta hazaña se comparte la idea de que se trata de algo parecido a un proceso de desintoxicación. Algo que no es extraño, teniendo en cuenta el fuerte carácter adictivo del azúcar, que, además, se encuentra tan presente en nuestras vidas.

Los beneficios

Sarah Wilson, una popular escritora y periodista australiana escribió un libro titulado I quit sugar (Yo dejé el azúcar). A lo largo de sus páginas nos cuenta su camino, durante ocho semanas, hasta conseguir reducir la cantidad de azúcar que tomaba. En una entrevista afirmó que el desayuno era la comida del día en la que más le costaba, como consecuencia de que muchas personas lo relacionan con dulces, ya sea en el café o por la costumbre de acompañarlo con bollería.

El libro resultó un éxito de ventas y animó a muchas personas a emprender ese camino. Kerry Torrens, nutricionista y colaborador en el canal británico BBC Good Food contó su experiencia de cuando decidió seguir los pasos de la periodista australiana. En un artículo, relata cuáles fueron los resultados. Uno de ellos tiene que ver con la pérdida de peso.

"De acuerdo, no es fácil renunciar al azúcar pero al hacerlo se eliminan muchas calorías. Perdí algunos kilos y, a pesar de comer lo que pensaba que era una cantidad generosa, no tenía problemas para mantener mi peso", afirmó Torrens. Pero no quedó ahí la cosa. Dejó de sentir la necesidad física de comer azúcar y mejoró la salud de su aparato digestivo.

Algunos efectos similares notó Meghna Kriplani, periodista especializada en bienestar y estilo de vida. Ella también quiso probar si realmente había ventajas al dejar de lado el azúcar. Y, al igual que Torrens, contó su experiencia en otro artículo, en el que se define como una antigua adicta al azúcar y a todo tipo de dulces. Señaló que eliminar todo alimento con azúcares añadidos le resultó difícil, aunque asegura que los resultados valieron la pena.

Ella también consiguió reducir la dependencia de alimentos azucarados y perdió peso, en concreto cinco kilos en cuarenta días. Además, notó otras mejoras como un incremento de energía. "Ya no me despertaba cansada, no estaba perezosa ni letárgica. De hecho, no creo que alguna vez me haya sentido tan enérgica como durante este tiempo". Este efecto está relacionado con la capacidad de la glucosa para inhibir la orexina, un neuropéptido en el cuerpo que promueve la vigilia, tal y como puso de manifiesto un estudio realizado por la Universidad de Cambridge en 2011.

La sensación de una mayor energía es compartida por Matt D’ Avella, un popular youtuber que quiso dar a conocer al público cómo evolucionó su cuerpo tras 30 días sin azúcar, en su canal. Sus conclusiones coinciden en gran parte con las anteriores. Por un lado, sus niveles de energía se habían estabilizado al desaparecer las fluctuaciones de azúcar en sangre. También notó una mejora en su figura, y que su "tripa de papá" comenzó a encogerse, aunque no llegó a desaparecer totalmente.

¿Qué dice la ciencia?

Obviamente, los testimonios personales son útiles para conocer los efectos que un determinado hábito puede tener sobre la salud. Pero, al fin y al cabo, la ciencia es la que debe aportar respuestas.

Si bien es cierto que reducir los actuales niveles de consumo de azúcar puede ser no solo recomendable, sino necesario, hay voces que señalan que eliminarlo totalmente de nuestra dieta es prácticamente imposible. El azúcar se encuentra de forma natural en muchos alimentos que no deberíamos dejar de tomar.

A este respecto, la bioquímica Leah Fitzsimmons, de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido, dijo en el diario The Daily Mail que "eliminar todo el azúcar de su dieta sería muy difícil de lograr. Las frutas, verduras, productos lácteos y sustitutos lácteos, huevos y nueces contienen azúcar, lo que te dejaría con poco más que carne y grasas para comer, algo que, definitivamente, no es muy saludable".

Una opción razonable, por tanto, es mantener un consumo moderado de azúcar, haciendo caso a las recomendaciones de la OMS, en lugar de alejarse del azúcar por completo, en el marco de una dieta saludable en el resto de parámetros. De hecho, algunos especialistas señalan que esto sería lo más adecuado para aprovechar algunas de las propiedades del azúcar.

"Como todas las fuentes de calorías, los azúcares se pueden consumir dentro de una dieta sana y equilibrada y un estilo de vida activo. Los azúcares a menudo pueden ayudar a que ciertos alimentos nutritivos sean más sabrosos, lo que puede promover la variedad en una dieta saludable y equilibrada", señaló al medio especializado Medical News Today la Dra. Alison Boyd, directora de Sugar Nutrition UK".

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