Seamos claros para que no haya lugar a equívocos: las torrijas, como todo el mundo sabe, son un dulce tradicional que se hace en Semana Santa y que, por mucho que nos pese, no tienen nada de saludables. Se trata de una receta en la que la materia prima es el pan, que se empapa de leche, almíbar o vino, se reboza posteriormente en huevo y se fríe en una sartén con aceite. Posteriormente, llega el broche de oro: un buen baño de azúcar y canela.

Lo cierto es que la cantidad de azúcar que puede contener una sola de estas torrijas es desmesurada: en una rebanada de 300 gramos podemos llegar a encontrar hasta 60 gramos de azúcar (el equivalente a unos 15 terrones, según ejemplifican desde Sinazucar.org). Su contenido calórico puede llegar a alcanzar las 400 kilocalorías en un solo bocado. Teniendo en cuenta que la OMS recomienda no ingerir una cantidad superior al 5% de la ingesta calórica diaria (unos 25 gramos al día en una persona adulta), las torrijas no pueden ser más que un capricho durante estas vacaciones. 

Dicho esto, si aún así queremos entregarnos a este dulce placer, resulta fundamental conocer sus secretos. Y el secreto de una buena torrija no es otro que elegir bien el pan. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sabedora de que en estas fechas nos entregamos a este tipo de placeres, ha hecho un análisis para saber cuál es el mejor de entre las distintas variedades que podemos encontrar en el supermercado. 

Para empezar, los expertos descartan que podamos hacer buenas torrijas con el pan chapata o con el pan de molde. El primero, que puede resultar más "aromático", tiene un gran número de agujeros que dificultan sobremanera que se capte la humedad de la leche, por lo que no resulta el más adecuado. Así, el segundo, pese a ser "una solución rápida", tampoco es la mejor alternativa. "Su textura, muy blanda, hace que se rompan con facilidad", por lo que requiere un excesivo cuidado. "Es mejor utilizar una rebanada gruesa, que aguante mejor el empapamiento", advierte la OCU.

En el mercado también han aparecido variedades creadas ex profeso para esta receta. El pan de torrijas de panadería tiene, según los expertos, una "miga consistente" y una "corteza blanda", por lo que el resultado podría ser bueno. Sin embargo, también tiene un contenido aún más elevado en grasas y azúcares que el de toda la vida. Asimismo, el pan de torrijas industrial, que se presenta en envases similares al pan de molde y en algunos casos con las rebanadas ya hechas, también presenta una miga compacta y una corteza blanda, siendo también una buena alternativa. Su precio, claro, también es más elevado que y puede sobrepasar los dos euros por unidad.

Tal y como explica la propia organización, la tradición dice que el pan de barra sirve perfectamente para nuestro cometido. Eso sí, conviene tener en cuenta algunos aspectos. "Si optas por este pan, debe ser pan duro, del día anterior. Tiene que mantenerse bastante tiempo en la mezcla de leche para que empape bien y se ablande la corteza", dice la OCU. También el pan candeal es apto para las torrijas. "Este pan, de miga suave, muy compacta y con poca humedad, es muy adecuado para elaborar torrijas". Sin embargo, como ocurre con el pan de toda la vida, también es preferible que sea del día anterior.

"Descartando la chapata, poco adecuada para esta preparación, y el pan de molde fino, los demás panes salen airosos de nuestras pruebas: pueden ser usados para preparar las torrijas", concluye la organización. "Los panes especiales de torrija son la mejor alternativa, si bien su coste es ligeramente superior al precio de una barra de pan convencional", finaliza. 

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