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    El aperitivo perfecto

    Corren buenos tiempos para los frutos secos. Hace unas décadas se consideraban alimentos negativos para la salud por ser una fuente de grasas. Lo que no se tenía en cuenta por aquel entonces es que esas grasas son, en su inmensa mayoría, de tipo insaturado. Lo que tienen de especial estos ácidos grasos —que también se encuentran en el aceite de oliva o el pescado azul— es que son capaces de reducir el colesterol malo, conocido científicamente como LDL.

    Ahora sabemos que un consumo habitual de frutos secos puede ayudarnos, incluso, a adelgazar. Eso sí, debemos tener cuidado a la hora de seleccionar un producto con estos ingredientes porque la mayoría de ellos suelen estar procesados: baños de chocolate, exceso de sal o de azúcares o saborizantes muy potentes.

    Por esta razón, hoy en día todavía no podemos considerar cualquier cosa que se anuncie como frutos secos como algo saludable. Un buen ejemplo de ello son los típicos cócteles de frutos secos que venden los supermercados y ponen los bares junto con cualquier consumición. Estos mixes contienen saborizantes, sal en exceso, azúcares… pero lo más llamativo es que la mayoría de sus ingredientes no son frutos secos. A continuación, unos cuantos ejemplos:

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    Las pasas

    Estos pequeños frutos arrugados no son otra cosa que uvas deshidratadas. Si se comparan con la fruta sin procesar, las pasas tienen un contenido menor de agua y, por tanto, concentran más nutrientes en un peso menor. En este sentido, este ingrediente tiene un contenido alto en azúcares, pero acompañado de fibra insoluble, lo que hace que se absorba a un ritmo más lento.

    Por tanto, las pasas son un fruto deshidratado y no frutos secos. Aunque puedan parecer conceptos similares, a nivel nutricional no lo son en absoluto. En las uvas pasas no encontraremos el contenido relevante en grasas saludables y en proteínas que caracteriza a otros nueces y almendras, por ejemplo.

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    Los quicos

    Al igual que las palomitas, este amado ingrediente procede del maíz. De hecho, son granos de este cultivo que, tras ser tostados, adquieren esa textura crujiente. Como bien sabemos, el maíz es un cereal y, aunque haya sido tostado al igual que muchos frutos secos, no aporta los mismos nutrientes.

    Si los frutos secos se caracterizan por estar compuestos de una buena proporción de grasas y de proteínas, el máximo aporte del maíz se encuentra en los hidratos de carbono. La proporción de grasas en el maíz no llega ni a un escaso 1% y, en cuanto a las proteínas, tiene poco más de un 3%. Eso sí, al estar tostados, el porcentaje de estas sustancias es mayor en un quico que en un grano crudo de maíz.

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    Los cacahuetes

    Toda la vida hemos arrastrado la falsa idea de que este alimento era un fruto seco y, en realidad, se trataba de una legumbre. Sí, en cuanto a botánica se refiere, el cacahuete encaja mejor en este grupo: crece bajo tierra y se encuentran encerrados en una vaina, al igual que las judías, por ejemplo.

    De todas formas, estas legumbres sí que se parecen en mayor medida a un fruto seco. El 49% de la composición de los cacahuetes está formado por grasas y, la gran mayoría de estas, son insaturadas. Además, los cacahuetes destacan por contar con un 27% de proteínas.

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    Los 'palitos' naranjas

    En algunos cócteles de frutos secos puede encontrarse entre los ingredientes con el nombre de producto de aperitivo horneado con sabor a barbacoa. En ellos, se puede observar que están hechos a partir de sémolas de maíz, aceite de girasol, azúcar y aromas. Concentran una buena cantidad de sal y potenciadores del sabor.

    Se trata de un producto, por tanto, derivado de un cereal, pero que, además, contiene una buena proporción de ingredientes poco saludables como puede ser el azúcar y los aceites refinados. Por tanto, sus mayores aportes serán las grasas de tipo saturado y, en especial, los hidratos de carbono con un alto índice glucémico.

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    Los garbanzos

    Las pequeñas bolas blancas que presentan un poco de resistencia a nuestros mordiscos son, en realidad, los conocidos garbanzos. De todas formas, en los cócteles de frutos secos los podemos encontrar tostados, un proceso de cocinado distinto al que estamos acostumbrados. 

    Este ingrediente de la bolsa de mezcla de frutos secos es, por tanto, otra legumbre. Destaca por su contenido de fibra y, también, de proteínas. Sin embargo, su contenido de grasas es escaso.