Un total de 12 personas se intoxicaron por comer setas venenosas en el año pasado, cuando el Hospital Clínic de Barcelona analizó un total de 86 muestras de orina de posibles casos procedentes de centros de salud de toda España -el 14% positivas-, entre los que hubo un trasplante de hígado.

Lo han explicado en una rueda de prensa el responsable del Laboratorio de Toxicología del Clínic, Jordi To Figueres, y la médico internista de Urgencias y miembro de la Unidad de Toxicología del hospital Ona Escoda, que han destacado que es un centro de referencia para estas intoxicaciones desde hace 20 años porque puede realizar analíticas las 24 horas, y desde entonces ha visto dos muertes vinculadas.

Ambos han destacado la necesidad de acudir con celeridad a un centro médico ante una sospecha: "Cuanto más tiempo pasa desde la ingesta, la afectación puede ser más grave, requiere curas intensivas y puede acabar con un desenlace mortal", ha alertado Escoda.

Los síntomas se inician a la media hora cuando es una intoxicación leve, y en un inicio son digestivos, como dolor de barriga, vómitos y diarrea, y posteriormente afectan al hígado, amarilleando la piel. Ante una sospecha, se indican preventivamente fármacos que bloquean las toxinas y evitan su entrada en el hígado.

Cuando una persona acude a un centro de atención primaria (CAP) por sospecha de intoxicación, se toma una muestra de orina que se envía al laboratorio del Clínic para su análisis. Desde 2001 han analizado 501 muestras, de las que 194 contenían amatoxinas (toxinas de amanita phalloides o lepiota), confirmando la ingestión de setas tóxicas para el hígado.

"Nunca hemos tenido una intoxicación grave por setas compradas o consumidas en restaurantes", ha explicado Escoda, y a preguntas de los periodistas ha visto un aumento de casos en años en los que hay más lluvias, pero también coincidiendo con programas dedicados a la búsqueda de setas.

"Hay setas mortales y hay que conocerlas", ha destacado Escoda, a lo que To ha añadido que, aunque es fácil reconocerlas en láminas y dibujos, en el bosque, cuando son especies jóvenes, hay poca luz y se va distraído en grupo, es fácil confundirse. Por ejemplo, solo en Cataluña hay 50 especies venenosas, siete de las cuales son mortales.

"En contra de lo que mucha gente cree, la naturaleza es lo más peligroso", ya que hay toxinas de setas, animales y plantas, y se han dado casos como el de una persona que comió una seta porque vio que una babosa lo hacía y pensó que no sería tóxica, ha destacado el responsable del laboratorio.

Toxinas inteligentes

To ha relatado que "hay especies más peligrosas porque contienen toxinas inteligentes, que se introducen en el hígado y buscan un sitio concreto para destruir la célula hepática". Tras analizar la concentración de las toxinas, han visto que menos de una seta ya es suficiente para provocar un daño grave e irreversible.

Llegada la muestra al laboratorio, "de lo que se trata es de poder discriminar rápidamente si se incluye o no una de estas setas mortales", lo que pueden saber en un par de horas, ha explicado To, que ha añadido que a veces tardan más en llegar las muestras que el tiempo en el que se analizan.

To ha alertado de que se dan casos "misteriosos, de personas que han comido setas y una se ha intoxicado y la otra no, lo que indica que, dentro de la población, hay personas más resistentes y otras menos", como los niños. Subraya así que hay que vigilar más a estas personas más sensibles.

El Clínic realiza una analítica que se basa en dos técnicas, con una "doble confirmación", por lo que el método es fiable, y además de Cataluña también recibe muestras de otras zonas donde hay mucha apetencia por setas, como Navarra, Segovia y Andalucía.

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