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    El desastre de Sri Lanka

    Frente a las costas de Colombo, la capital de Sri Lanka, se encuentra un buque de carga prácticamente hundido que es la causa de uno de los mayores desastres medioambientales que ha vivido este país asiático en su historia. El pasado 10 de mayo se hacía a la mar desde los Emiratos Árabes Unidos esta embarcación, la MV X-Press Pearl, con nada menos que 1.486 contenedores encima que contenían sustancias muy peligrosas para el ecosistema marino: sustancias químicas —muchas de ellas tóxicas para los seres vivos—, pequeños plásticos y otros muchos productos.

    El pasado 20 de mayo la población costera de la zona de Colombo avistó una columna de humo que procedía de este buque parado a mitad de camino de su destino, Singapur. En los siguientes dos días el incendio en el barco se hizo más grande y, finalmente, tuvo lugar la primera explosión. Según explica The Washington Post, el origen del incendio todavía es desconocido, pero se sospecha que pudo iniciarse por un contenedor del que salía ácido nítrico y que la tripulación habría intentado descargar en varios puertos sin éxito. El 25 de mayo tuvo lugar una segunda explosión que obligó a desalojar del barco a quienes intentaban apagar las llamas.

    La batalla contra el fuego duró 13 días y, finalmente, el pasado 2 de junio el X-Press Pearl comenzó a hundirse. Los equipos que trabajan para reducir las consecuencias de este desastre intentaron remolcar el barco mar adentro, pero no fue posible. A día de hoy, la mayor parte del barco se encuentra sumergida y empiezan a observarse la magnitud del desastre en la zona: playas cubiertas por plásticos, vertidos en el agua y especies marinas que llegan muertas a las orillas con pequeños trozos de plástico en bocas y branquias. Mientras que este problema afecta, de momento, a Sri Lanka, se espera que en dos meses los residuos alcancen Indonesia y afecten a los países de la zona.

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    Una columna de humo

    Los habitantes de la costa de Colombo (Sri Lanka) observaron el pasado 20 de mayo cómo una nube de humo se alzaba en el cielo. El origen del rastro conducía a un buque de carga, el MV X-Press Pearl, que zarpó el 10 de mayo de Emiratos Árabes Unidos con casi 1.500 contenedores de productos químicos, plásticos y otros materiales para llevarlos a Singapur. Al día siguiente, la tripulación del barco declaró un incendio a bordo.

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    Las llamas sobre el buque

    El pasado 22 de mayo tuvo lugar la primera explosión a bordo del X-Press Pearl. Aunque todavía no ha podido determinarse las causas que originaron el fuego, se sospecha de un contenedor que portaba ácido nítrico. Según recoge The Washington Post, la tripulación observó que el contenido se estaba filtrando hacia el exterior e intentó descargar el contenedor en varios puertos a lo largo de su travesía. Sin embargo, los puertos se negaron, supuestamente, por no contar con expertos para manejar el recipiente.

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    Un cargamento peligroso

    Además del ácido nítrico del contenedor sospechoso de iniciar la catástrofe, el X-Press Pearl llevaba encima otras sustancias que ponen en serio peligro el estado de los seres vivos de la zona. Buena parte de los químicos que contenía reaccionan al contacto con el agua, tal y como analiza The Washington Post, y se vuelven mortales para los habitantes del océano. Sin embargo, los expertos se han mostrado especialmente preocupados por los pequeños plásticos, que resultan fatales para un gran número de especies y no se descomponen.

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    La extinción del fuego

    Tras la primera explosión en el buque, varios equipos se movilizaron para poner fin al incendio en los contenedores. Sin embargo, pocos días después —el pasado 25 de mayo, concretamente— tuvo lugar la segunda explosión a bordo del X-Press. Este accidente obligó a retirarse a la tripulación del barco y también a los equipos que luchaban contra las llamas. El incendio, finalmente, duró 13 largas jornadas.

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    Los residuos llegan a tierra

    Mientras varios equipos intentan minimizar el impacto del incendio en el mar, otros trabajan en la costa limpiando los escombros y los materiales que llegan arrastrados por la marea. Los plásticos llegan a cubrir, en algunas zonas, el suelo de arena de la playa. Los efectivos de limpieza deben entregarse a la tarea vestidos con trajes de protección. Apenas un día después de la segunda explosión, los equipos de limpieza acumulan 42.000 bolsas de desperdicios recogidas desde que comenzó la crisis.

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    Comienza el hundimiento

    A pesar de los esfuerzos de la marina de Sri Lanka por arrastrarlo hacia aguas más profundas, el buque fue imposible de remolcar porque su parte trasera tocó el lecho marino. Exhalando aún una columna de humo blanco, el X-Press Pearl comenzó su hundimiento hacia el fondo del mar el pasado 2 de junio. A día de hoy, el buque no se ha sumergido completamente, pero quedan pocas partes de su estructura a flote.

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    Los vertidos del cargamento

    Aunque todavía están por determinar el impacto completo que tendrá en el ecosistema el vertido de los contenedores del X-Press Pearl, los expertos auguran que las consecuencias serán muy graves y el daño tardará años en poder repararse. Preocupa especialmente el vertido de carburantes y algunas grasas que pueden favorecer afectar a la fauna por el daño a los arrecifes de coral y la proliferación de algas que bloqueen la luz solar a las capas inferiores del océano.

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    Más de mil toneladas de residuos

    Las tareas de limpieza en Sri Lanka continúan. El país pide ayuda a los países vecinos porque, aunque ahora los vertidos sólo les afectan a ellos, en pocos meses alcanzarán costas extranjeras. Ya se han encontrado restos de plásticos procedentes del X-Press Pearl a lo largo de 370 kilómetros de costa esrilanquesa y el pasado día 10 de junio el país notificó que ya había recogido nada menos que un total de 1.075 toneladas de desperdicios.