Alaska, icono indiscutible de la cultura pop en España, lleva años sorprendiendo por su energía y aspecto juvenil, y no es casualidad: tras su rutina diaria y forma de alimentarse hay disciplina, sentido común y un toque de humor.
La cantante, famosa desde los 80, se mantiene en forma combinando alimentación consciente, ejercicio adaptado a sus gustos y una perspectiva vital abierta que la mantiene activa física y mentalmente.
Lejos de seguir dietas restrictivas permanentes, Alaska reconoce que su relación con la comida no es siempre fácil: "Me gusta comer mal, básicamente".
"Para comer bien tengo que estar a dieta, porque si no, no como nada que realmente nutra un cuerpo", explica la también actriz de 62 años.
Pero ha aprendido que el secreto no está en privarse, sino en equilibrar y reconducirse tras los excesos: "No lo tengo porque casi siempre recupero todos los kilos que pierdo..."
"Hay momentos del año en los que te descuidas, después de vacaciones o navidades, y ahí me tengo que controlar", admite la de Ciudad de México.
El chocolate es uno de sus caprichos, pero Alaska ha encontrado el modo de incorporarlo en su rutina.
De hecho, la artista perdió más de dos kilos en solo cinco días gracias a una dieta hipocalórica basada en productos de chocolate, donde se disfruta de cinco comidas al día combinando desayunos, tentempiés y postres, y recetas preparadas por un chef.
Ella misma lo explica: "Mi experiencia ha sido estupenda, se trata de una dieta fácil y cómoda con la que disfrutas de cada una de las cinco comidas y todo sin renunciar a darte un capricho como el chocolate".
Esta dieta baja en hidratos de carbono de bajo índice glucémico le permitió perder 2,1 kilos y quiere volver a repetir la experiencia en el futuro.
En cuanto al deporte, Alaska se define sin complejos: "Me espanta el deporte al aire libre", admite, pero lo compensa con sesiones de gimnasio adaptadas a su ritmo, donde prefiere las pesas y el trabajo individual.
"Prefiero el gimnasio y las pesas a los Schwarzenegger que el deporte al aire libre", señala. Esta rutina le permite mantener la masa muscular y sentirse fuerte para sobrellevar el ritmo de sus giras y espectáculos.
Para Alaska, verse bien es tan importante como sentirse bien: "La edad es un gran poder de belleza".
Reconoce que para estar espléndida debe cuidarse, pero también acepta y valora las líneas de edad, afirmando que la juventud se vive en la piel, pero que "me importan más otras cosas" como la actitud y la energía.
El bienestar de Alaska va más allá de lo físico. Habla abiertamente de su camino espiritual y filosófico, integrando prácticas y creencias diversas que le aportan serenidad.
La rutina de Alaska
"Para mí todo es un conjunto en el que incluyo a Marco Aurelio, el dios hindú Ganesha y la Virgen de Guadalupe", confiesa la conocida cantante de A quién le importa.
Esta apertura, sumada a la autocrítica, le ayuda a vivir la vejez de forma consciente y activa: "Me preocupa mucho, pero no lo que llamamos vejez, sino la ancianidad, que es un reto muy complicado en la sociedad actual".
En resumen, la rutina de Alaska combina equilibrio, disfrute y autocuidado, inspirando a sus seguidores con una visión positiva hacia el tiempo y la belleza.
"Procuro hacerlo ya no solo por el peso, sino porque me obligo a comer bien", confiesa, invitando a todos a encontrar su propio equilibrio para sentirse mejor cada día.
