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Numerosas personas lidian en España con la ansiedad o la depresión, a menudo sintiendo que su malestar "simplemente les pasa".

Sin embargo, el Dr. José Luis Marín, un psiquiatra con 50 años de trayectoria, presenta una perspectiva que redefine completamente nuestra comprensión de la salud mental.

En una entrevista que ha generado un enorme revuelo, el psicólogo de 75 años lanza una afirmación que resuena profundamente: "Tu ansiedad de hoy, tu depresión de hoy no es de hoy, sabes, comenzó el día que tus padres se conocieron".

Esta declaración, lejos de ser una simple metáfora, nos empuja a una reflexión más profunda. Marín insiste en que la pregunta esencial no es "¿qué te pasa?" en el presente, sino "¿qué te ha pasado?", pues los problemas emocionales y de bienestar actuales son la culminación de una "historia personal y contextual" que se gesta desde los orígenes del individuo.

El Dr. Marín es categórico: él afirma que "no existen las enfermedades mentales" en el sentido de dolencias cerebrales aisladas. Para él, la ansiedad y la depresión son, en esencia, "la misma cosa" o "diferentes manifestaciones del sufrimiento humano."

Su preocupación principal se centra en la "psiquiatrización del malestar", un proceso que transforma el sufrimiento inherente a la vida en un "trastorno mental", e incluso en una "enfermedad".

Recuerda que en los años 70, durante sus estudios de psiquiatría, "prácticamente depresiones no había". El aumento de diagnósticos comenzó en 1980 con el DSM-III, que empezó a "poner categorías a los síntomas" y "nombre psiquiátrico al sufrimiento humano".

Este éxito de categorización fue impulsado, en parte, por la industria farmacéutica, que se encargó de "difundirlo a todos los vientos posibles".

Esta poderosa frase, que el Dr. Marín cita del libro Conexiones Perdidas de Johann Harry, resume su visión. La depresión, según él, no se origina principalmente en desequilibrios químicos cerebrales (la famosa hipótesis serotoninérgica, hoy reconocida como "no es así"), sino en la "larga sucesión de desdichas y de malas decisiones" en la vida de una persona.

Desde el momento en que los padres se conocen, se establece una "conjunción genética" y una compleja red de "mandatos, permisos, creencias y expectativas".

Incluso los nueve meses de gestación, el estado anímico de los padres y el entorno influyen en la creación de "conexiones neuronales" que se manifestarán más tarde como salud o malestar.

La fórmula de Marín

El Dr. Marín destaca la importancia crítica de los "primeros años de vida" en el desarrollo del córtex frontal y la regulación emocional.

Un "buen andamiaje" o "apego seguro" en esta etapa proporciona "recursos de regulación" vitales, que permiten a la persona "soportar la tristeza" o el miedo sin que se conviertan en patologías.

Por el contrario, un "mal andamiaje" o "apego inseguro" se establece como un "factor de vulnerabilidad". La mirada, la palabra y la tranquilidad de los padres son fundamentales para nutrir el "bidón de confianza" del niño.

En cuanto a la ansiedad, el psicólogo la describe como un "síntoma", una "señal de alarma" de que se está viviendo en conflicto. Tratarla solo con medicamentos, sin comprender su origen, es como tratar la fiebre sin buscar la causa subyacente.

La perspectiva de este reconocido médico psiquiatra nos invita a una comprensión integral: nuestras ansiedades y depresiones son un reflejo de nuestra historia y contexto.

Finalmente, sugiere que es crucial dejar de buscar soluciones rápidas y, en cambio, mirar hacia atrás, hacia ese día en que todo comenzó.