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En la localidad donde creció Melissa, la infancia no siempre fue fácil. Nació con piebaldismo, una rara condición genética que provoca manchas de piel despigmentada y un característico mechón blanco.

"Somos diferentes. Desde pequeña he recibido comentarios de todo el mundo", confesaba ante las cámaras de Antena 3 durante el programa Y ahora Sonsoles.

El piebaldismo es un trastorno hereditario poco frecuente que se produce por una mutación en el gen Kit, responsable de la distribución de melanocitos, las células que producen la melanina, el pigmento natural de la piel, el pelo y los ojos.

La mutación ocurre durante el desarrollo embrionario y, a diferencia del vitíligo, las manchas no progresan con el tiempo.

Según los expertos, se trata de una condición estable: la piel afectada mantiene siempre las mismas áreas despigmentadas.

Melissa recuerda que en su familia hay una larga cadena de personas con esta singularidad. "Está mi madre, mi abuelo, mi bisabuelo y mi tatarabuelo. Tengo dos hijos y solo Leo ha salido con ello", señala. 

Las manchas suelen comenzar a ser visibles poco después del nacimiento. "Cada niño en el parto sale con el mechón y a los cuarenta días empiezan a verse más las manchas", afirma.

Aunque asegura que lo ha llevado "bien" y que siempre se ha defendido sola, no olvida aquel día de comuniones en su pueblo. "Me decían que era un dálmata y una vaca. Mi madre me decía que me defendiera", confiesa.

Sin embargo, Leo, su hijo de 8 años, lo vive de otra manera mucho más distinta. "Algunos niños me conocen desde pequeño, los más pequeños me preguntan qué me ha pasado, pero en la calle me llegan a decir cosas", afirma.

A pesar de las miradas y los comentarios, Melissa y Leo no esconden nada. "Soy la que más manchas tengo de mi familia... y la que más las enseña", dice ella con orgullo.

Los médicos coinciden: el piebalismo no provoca problemas de salud, salvo una mayor sensibilidad al sol en las zonas blancas. 

Por eso, la recomendación se basa en utilizar sombrero y crema de alta protección. "Somos distintos a los demás", confiesa por su parte la mujer.