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Lo que comenzó como un día de senderismo, terminó en tragedia para Pedro, un hombre de 64 años, activo y en buen estado de salud.

Una caída en un sendero y una fractura de tobillo desencadenaron una cadena de acontecimientos que lo han dejado en coma desde hace 36 días

Su hija Carmen, de 24 años, relató en Vamos a ver lo ocurrido, pidiendo que se investigue el caso. "Aquel día estaba supercontento, podía hacer de todo", recuerda con voz entrecortada.

El accidente se produjo en una zona estrecha y de difícil acceso. Carmen corrió a buscar ayuda y encontró a un técnico de emergencias que atendió a su padre mientras llegaba la ambulancia. "Le hacía preguntas y él contestaba, estaba consciente", asegura.

Cuando llegaron los sanitarios, la joven les advirtió que Pedro tomaba medicación para la tensión y que sufría apnea del sueño. El rescate se alargó durante dos horas por la dificultad del terreno. 

Imagen del rescate de Pedro. 'Vamos a ver'.

Una vez en la ambulancia, Carmen notó algo extraño: "Me lo encontré aturdido y siete minutos después entró en parada respiratoria", confiesa.

Según su testimonio, le administraron un sedante antes de subirlo al vehículo y, durante el trayecto, dejó de respirar. "Nadie decía nada. La muchacha le hizo un RCP sin desfibrilador. Preguntaba qué pasaba y nadie me contestaba", lamenta.

Al llegar al hospital, la imagen fue devastadora. "Lo vi blanco, morado... pensé que había fallecido. Después me dijeron que lo habían inducido al coma y lo llevaban directamente a la UCI", cuenta Carmen. 

Más de un mes después, Pedro sigue ingresado, sin conciencia y con daño cerebral. La familia asegura que los médicos les han indicado que podría tratarse de una conciencia del sedante. "No entienden cómo ha llegado a esta situación", insiste.

Carmen y su padre. 'Vamos a ver'.

Además de pedir una investigación, Carmen denuncia que su padre no reciba la atención necesaria. "Él se ahoga con las flemas. Si no estamos mi madre y yo, ¿quién lo ve? No quiero que lo descuiden", pide.

En casa, la ausencia también se siente. El periódico que Pedro leía cada mañana sigue en el mismo lugar y el silencio ha reemplazado a su voz. "Lo quiero con toda mi vida y haría lo que fuera por él", confiesa finalmente su hija.