En un mundo donde las jornadas laborales se extienden, las notificaciones no descansan y el tiempo parece escurrirse como agua entre los dedos, comer bien se ha convertido en un verdadero acto de resistencia.
La alimentación saludable ya no es solo una moda, sino una necesidad urgente en una sociedad saturada de ultraprocesados, azúcares ocultos y comidas rápidas. Sin embargo, la paradoja es clara: sabemos lo que debemos comer, pero no siempre encontramos el momento ni la energía para cocinarlo. La salud se juega en el plato, pero el ritmo diario nos empuja a optar por lo inmediato, aunque no siempre sea lo mejor.
Precisamente en este contexto, el mundo digital cobra protagonismo, ya que ha revolucionado la manera en que nos relacionamos con la comida. Hoy en día, aplicaciones móviles, redes sociales y plataformas especializadas, e incluso influencers, nos ofrecen recetas rápidas, planes de alimentación personalizados e incluso la posibilidad de recibir en casa ingredientes ya medidos y listos para cocinar.
Cena saludable, rica y sencilla
Un claro ejemplo de ello es Mari Crisóstomo, una dietista especializada en mujeres con ansiedad, que se ha convertido en una referente dentro del mundo digital. A través de su cuenta personal, comparte vídeos breves, prácticos y cercanos en los que no solo ofrece recetas saludables y rápidas, sino que también aborda la relación emocional con la comida.
Con un enfoque empático y realista, Mari rompe con el mito de la "dieta perfecta" y propone alternativas que se ajustan a la vida real: platos sencillos, nutritivos y reconfortantes que no requieren horas en la cocina ni ingredientes imposibles de conseguir.
"¿Sabías que las semillas de chía y la avena pueden ser tus aliadas para tu pérdida de grasa? Quédate que te enseño dos recetas", comienza diciendo en el vídeo la dietista Mari Crisótomo.
Tal y como apunta Mari, la base para ambas recetas será la misma: en dos cuencos colocamos copos de avena y semillas de chía. En uno de ellos se debe añadir especias para darle un toque salado. "Luego, vertemos agua hasta cubrir los ingredientes, mezclamos bien hasta que todo quede integrado y llevamos a la nevera por un mínimo de 4 horas", apunta.