Castilla y León se ha sumado a la reclamación del País Vasco y Castilla-La Mancha de prorrogar el estado de alarma más allá del 9 de mayo.  El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, manifestaba hoy estar “muy de acuerdo” con las declaraciones del lehendakari Urkullu quien ha insistido al Gobierno central en alargar el estado de alarma durante uno o dos meses hasta rebajar la incidencia acumulada por debajo de los 200 casos y alcanzar los 60 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Una posición que comparte también el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha advertido de que "nadie piense que el 9 de mayo acaben las mascarillas, ni probablemente el toque de queda".

En este sentido, Igea ha dicho sentirse “más Arisqueta que nunca” mostrando su respaldo a la postura de Urkullu, haciendo alusión a su segundo apellido de raíces vascas.  El vicepresidente de la Junta ha rechazado un estado de alarma “a la carta” y ha reiterado que es un asunto que debe resolver el Ejecutivo central y espera que “no vuelva a pasar la pelota” a las CCAA.

Igea ha alertado sobre la situación epidemiológica de las regiones circundantes a Castilla y León y de que se elimine el confinamiento perimetral tras el estado de alarma, al tiempo que critica la “actitud irresponsable” del Gobierno de dejar a las comunidades autónomas sin herramientas suficientes para frenar el avance del Covid. De este modo, ha recordado que el estado de alarma no se puede utilizar por autonomías cuando la crisis es global, por lo que esta es una “obligación” del Estado y “tiene que asumir su responsabilidad”.