Rubén Gutiérrez, el pastor de Liébana, durante la trashumancia con las ovejas y cabras

Rubén Gutiérrez, el pastor de Liébana, durante la trashumancia con las ovejas y cabras Cedidas

Sociedad

El desánimo de un pastor que ve morir su profesión: "En los montes no quedan personas. Los ganaderos están vendidos por las subvenciones"

Rubén Gutiérrez asegura que para evitar el ataque del lobo al ganado se necesita "mantener a un pastor en el monte" y lamenta que él se sigue dedicando a esto por "amor"

20 noviembre, 2023 07:00

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Lleva 30 años siendo pastor, un oficio con el que nació puesto que es una herencia familiar. Conoce los montes a la perfección, los animales, sus necesidades y cómo protegerlos en lo más alto del puerto de los ataques que sufren, por ejemplo, del lobo. Su nombre es Rubén Gutiérrez (1977) y grita alto y fuerte que están dejando morir esta profesión histórica, que ahora se encuentra “abandonada y desfigurada”.

Hace un mes paseaba por las calles de Valladolid por la trashumancia. Un viaje que realizaba con 2.000 ovejas y cabras desde San Salvador de Cantamuda (Montaña Palentina) hasta la Sierra de Guadarrama (Madrid). Una experiencia que vivía por primera vez y que “repetiría” aunque con “otro tipo de logística”, según explica a EL ESPAÑOL- Noticias de Castilla y León.

Rubén conoce bien este mundo. Lleva muchos años a sus espaldas entre montes. Esto es lo que le hace lamentar la situación actual que atraviesa la profesión. “Antes había otra cultura y entendimiento de los animales. Era más sacrificado y las herramientas que había -como los perros- eran mejores”, afirma.

Con el paso del tiempo apareció el alambre de espino y este instrumento llevó a pensar que “no haría falta tanto pastor”. Lo que provocó que fueran “perdiendo protagonismo” y desgastando un oficio centenario. Recuerda -entre risas- que antiguamente el pastor era “el listo del pueblo, el que entendía del ganado, del terreno y del hábitat de los animales”. De eso hoy en día queda poco, o nada.

Rubén con uno de los perros que utiliza para el pastoreo y junto a su tienda de campaña en un monte

Rubén con uno de los perros que utiliza para el pastoreo y junto a su tienda de campaña en un monte Cedida

Un declive que, a su juicio, han provocado los ganaderos: “Piensan que no hacen falta pastores. Están vendidos a las subvenciones. No les dan dinero para pagar un pastor, pero si un lobo te mata al animal, te lo pago”.

La muerte del ganado en los montes es de absoluta actualidad. Y es que no es extraño que algún animal muera a causa de estos ataques. Rubén afirma que existe solución, pero hay que querer verla: “Lo que hay que hacer es mantener al pastor en el monte. Es una solución que sin ser violenta, aparta al lobo. Mientras esté el pastor, la mortalidad baja”. Y es que, según relata, los lobos “no son tontos” y son “caprichosos” a la hora de hacer cualquier movimiento. Por ello, si “huelen a los perros” saben que por ahí no deben ir.

Los montes cada vez están más despoblados, y eso no es ninguna novedad. Son muchas las personas que hace décadas huyeron a las ciudades y pocos los que siguen apostando por el medio rural. Rubén -con un tono en el que se mezcla la rabia y la tristeza, bajo un suspiro- expresa: “En el monte hay de todo, todos los bichos que quieras, lo que no quedan son personas”. Recuerda con nostalgia que cuando comenzó como pastor en el puerto al que iba había más de 200 chozas y ahora solo quedan habitadas dos.

“Es un problema político. Nos llevan al consumismo y a controlarnos en las ciudades”, relata. A la par que confiesa que lo suyo es “amor propio” porque este oficio no está “bien pagado” y solo sale reflejado “cuando vas al paro”.

Un día lluvioso mientras realizaba la trashumancia con 2.000 ovejas y cabras

Un día lluvioso mientras realizaba la trashumancia con 2.000 ovejas y cabras Cedida

Según iba avanzando la conversación, el cabreo era cada vez más palpable. Dejaba claro que no está en contra de los ganaderos, pero con tono jocoso transmitía que “les van a dar ayudas por todo, hasta por llevar botas de goma”. Habla sobre los tractores y segadoras “subvencionadas” y puntualiza que el trabajo que realizan los ganaderos hoy en día no tiene nada que ver con lo que hacían antiguamente. Ante esta situación, les reclama que hagan “algo por el ecosistema” y que no dejen “tantos plásticos y cuerdas en los montes”.

Unas declaraciones que hace desde la más absoluta desesperación por ver como poco a poco va muriendo la profesión con la que nació. Aun así, sí que ha querido aclarar que existen otros ganaderos que “hacen trashumancia de días y meses y están agazapados, escondidos, sin querer saber nada de ayudas y trampean la vida como pueden para sobrevivir”.

“A las escuelas de pastores no se las oye”

Muchos creen que se trata de un oficio con el que has tenido que nacer, pero nada más lejos de la realidad. Hoy en día existen diferentes escuelas de pastores que se encargan de formar a las nuevas generaciones. Pero “no se las oye”.

Gutiérrez afirma que las asociaciones van buscando personas 365 días al año por “700-900 euros y ni siquiera te preguntan cuánto sabes de ganado”. Por España existen muchas escuelas -en Cádiz, el País Vasco o Navarra- y “no levantan la voz para decir ‘aquí estamos y estamos formando a gente’”. Este pastor garantiza que, si quieres dedicarte a ello, puedes hacerlo y que no es necesario “haber mamado la cabra” porque “de todo se puede aprender”.

Un primer plano del pastor Rubén

Un primer plano del pastor Rubén