Un hombre cruza un paso de cebra junto a su perro guía

Un hombre cruza un paso de cebra junto a su perro guía LightFieldStudios iStock

Sociedad

De los ejemplos de Valladolid y Ávila al "queda por hacer": la situación de los ciegos en CyL

La desaparición de la endogamia o los avances sanitarios han hecho que el número de personas con algún grado de ceguera se vaya disminuyendo en la Comunidad

16 mayo, 2022 06:00

Los avances sanitarios o la desaparición de la endogamia, en especial en las zonas más aisladas, han ido cambiando el mapa demográfico de las personas ciegas en Castilla y León. Así lo asegura el delegado territorial en esta Comunidad de la ONCE, Ismael Pérez Blanco, a este periódico. Y es que la situación actual pone el foco en los ejemplos de Valladolid y Ávila, en el "top" en cuanto a accesibilidad, pero "todavía quedan muchas cosas por hacer".

Valladolid es la ciudad de Castilla y León que tiene más afiliados a la ONCE con algún tipo de ceguera, con 938 de los 4.113 del total. Justo al lado contrario está Soria, que aglutina 111. Estos datos responden a razones obvias como son los términos poblacionales. Gran parte de la población vive en la ciudad del Pisuerga además de acaparar mucha parte de los servicios públicos de la Comunidad. "Allá donde vive gente es donde hay más ciegos", explica Ismael a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.

Capital vs mundo rural

Sin embargo, si ahondamos un poco más en estos datos, Valladolid cuenta con una diferencia que no se da en el resto. El 70% de los ciegos que viven en esta ciudad lo hace en la capital, mientras que lo habitual son valores equitativos o, incluso, la situación contraria como pasa en León, donde 425 de los 717 del total viven en el mundo rural. 

"Se ajusta bastante a la realidad demográfica de la provincia. Valladolid concentra gran parte de su población en la capital, los pueblos son pocos y pequeños comparados con los de León. En este caso es una cuestión puramente estadística y que Valladolid es la que más trabajo genera, en la provincia no hay realmente actividad económica importante, está todo centrado en la ciudad", explica Ismael Pérez.

El envejecimiento

Que en otras provincias se de el caso se debe también a la edad de los afiliados. "La mayor parte de la afiliación a la ONCE no está trabajando, no tiene una actividad laboral porque hay una franja de edad de gente bastante mayor. Ahí no influye tanto la actividad económica, es porque la gente de cierta edad sigue viviendo donde vivió siempre", añade el delegado territorial de la organización en Castilla y León.

De los 4.113 afiliados a la ONCE con algún grado de ceguera 2.237 son mujeres y 1.876 hombres, un dato que va en sintonía a la edad media de los mismos. Las mujeres viven más y como la afiliación a la ONCE tiene más personas mayores que jóvenes, pues hay más del sexo femenino. Nuestro porcentaje mayoritario de afiliados tiene más de 40 años", explica Ismael Pérez.

Ciegos totales y avances sanitarios

Otro dato a tener en cuenta es el de los ciegos totales, que en los últimos 25 años ha decrecido del 30% al 20%. En toda la Comunidad hay contabilizados 546, entre los que destacan los 113 de León, tan solo 11 menos que en Valladolid habiendo en esta un porcentaje de población mayor.

Este decrecimiento se debe, en buena parte, a los avances sanitarios y en materia de prevención. "La gente tiene la oportunidad de acudir a mejores especialistas, informarse mejor, prevenir mejor las enfermedades y eso se va notando", asevera el directivo de la ONCE.

Pero a pesar de estos avances es importante seguir apostando por mejorar la calidad de vida de estas personas. La ONCE para ello trabaja de una forma muy característica. "Tenemos una carta de servicios que nos inventamos hace casi de 40 años. Ese modelo plantea que nosotros vamos a prestar el servicio en el lugar donde vive la persona. Prestamos servicios en el entorno en el que vive el afiliado, donde trabaja o donde estudia. Intentamos que sea allí y no en la sede para que se adecue a la realidad de la necesidad que él tiene que es usarlo en su entorno. Nosotros no enseñamos a usar el bastón en las calles aledañas de la ONCE, no tiene sentido, le enseñamos a andar donde él vive, porque va a necesitar adquirir destrezas y conocer la zona donde el se desenvuelve. Prestamos esos servicios allí, aunque sea el pueblo más remoto que te imagines", aclara Ismael.

Las empresas predispuestas

Del mismo modo, colaboran con las empresas que apuestan por contratar a gente con discapacidad. "Las empresas que se deciden y se atreven a contratar a personas con discapacidad es porque quieren hacerlo, lo que no saben es cómo, por eso nosotros lo que hacemos es decirles cómo y después lo hacemos. A las personas ciegas les adaptamos los puestos de trabajo de forma gratuita. Las empresas están encantadas en que les ayudemos a resolver lo que ellos entienden como un problema porque claro, tienen miedo a lo desconocido", matiza el delegado territorial.

Otro aspecto fundamental es la accesibilidad en las ciudades. Y ahí es donde entran en juego Ávila y Valladolid. La ciudad del Pisuerga "está bien posicionada por su propia naturaleza". "Es amable al peatón, plana, llana y es una sitio en la que en los años 90 y la década siguiente se hizo una apuesta importante por hacer bien las cosas en cuando la urbanización y la accesibilidad, tiene un recorrido de muchos años en el cual ha ido sumando y cuando la comparas con otras te das cuenta de que está mejor ordenada porque se ha creído en ello", explica Ismael Pérez.

Por otro lado, en Ávila "creyeron absolutamente en la discapacidad, crearon una Concejalía exclusivamente para ello y centraron todos los esfuerzos ahí, y también nosotros nos volvamos con ellos porque creíamos que era un buen ejemplo para los demás". "La ciudad abulense es una gran piedra moldeada y tiene muchas dificultades para hacerla accesible y aún así tiene un nivel muy bueno", asegura. 

"Quedan cosas por hacer"

"Valladolid y Ávila están en el top en este sentido", insiste Ismael, que por último aclara que desde la ONCE tienen un pequeño tríptico con los diferentes servicios y adaptaciones que son necesarios para mejorar la vida de las personas con discapacidad. "Estamos bien pero todavía quedan cosas por hacer", sentencia.