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Ecologistas carga contra Junta y Ayuntamiento de Valladolid y pide reubicar en las calles con más tráfico las estaciones medidoras para conocer la contaminación real

27 enero, 2021 12:35

Ecologistas en Acción de Castilla y León ha realizado el pasado mes de noviembre una campaña de medición en siete ciudades de Castilla y León con 150 aparatos adquiridos a un laboratorio acreditado de Cataluña. Las mediciones se han realizado entre los días el 3 y 23 de noviembre (4 a 24 de noviembre en Palencia) durante tres semanas consecutivas en las calles con más tráfico de cada ciudad, y también en algunas áreas peatonales sin apenas circulación de vehículos a motor.

Para la elección de los emplazamientos, se han tomado como referencia del tráfico urbano los mapas de ruido de cada ciudad, buscando los puntos más ruidosos y congestionados. Los medidores han sido instalados por medio centenar de personas voluntarias formadas por la organización en farolas de las ciudades investigadas, a una altura aproximada de 3 metros y respetando el resto de criterios legales (distancia a grandes cruces, edificios y calzadas, ausencia de obstáculos, etc.).

Con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid, se han ubicado medidores en las estaciones oficiales de esta ciudad, y también en las estaciones oficiales de la Junta de Castilla y León en las restantes ciudades, con la finalidad de hacer una comparativa con las mediciones oficiales.

El contaminante analizado ha sido el dióxido de nitrógeno (NO2), emitido por el tráfico urbano (sobre todo por los vehículos diésel), gas tóxico que en el cambio de siglo registraba en las ciudades de Castilla y León niveles muy elevados, por encima de los límites legales entonces vigentes. En la primera década del siglo el Ayuntamiento de Valladolid y la Junta de Castilla y León reubicaron todas las estaciones con incumplimientos legales, por lo que éstos desaparecieron.

No obstante, Ecologistas en Acción ha podido comprobar que la situación real de la contaminación atmosférica en las ciudades de Castilla y León es muy diferente de la "excelencia" que publicita el Gobierno de Castilla y León. Las estaciones oficiales orientadas al tráfico registran de promedio la mitad del NO2 que en las calles con más circulación de automóviles, en cada ciudad.

En los casos de Salamanca y Segovia, los medidores ubicados junto a las estaciones oficiales han sido los que han registrado menos contaminación de los 25 y 15 respectivamente instalados. En Palencia, la Junta de Castilla y León retiró el medidor instalado en la estación oficial, por lo que no se dispone de resultados del mismo. En el resto de ciudades analizadas (Burgos, León, Valladolid y Zamora) las estaciones oficiales están entre la mitad de los emplazamientos con menos NO2.

En este sentido, la organización ambiental recuerda que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en "las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta". Regla que a la vista de los resultados de la campaña de medición de Ecologistas en Acción estaría siendo incumplida por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid.

Además, la quinta parte de los medidores analizados han superado durante el mes de noviembre el valor límite anual de NO2, establecido por la normativa en 40 microgramos por metro cúbico (mg/m3), pese a las elevadas precipitaciones de la primera quincena del mes y a la menor movilidad por la crisis de la COVID-19. El nivel más alto de contaminación se ha detectado en el Paseo de Canalejas de Salamanca, con 69 mg/m3, frente a los 27 mg/m3 del medidor de la estación oficial.

Así, 14 de los 25 medidores instalados en Salamanca han superado en noviembre de 2020 el valor límite anual de NO2, situándose en ese periodo como la ciudad con más contaminación de Castilla y León. En la Avenida de Mirat se han alcanzado 60 mg/m3, 53 mg/m3 en las avenidas de los Maristas y de Alemania (donde hasta 2006 estuvo instalada una estación oficial) y 52 mg/m3 en el Paseo de Torres Villarroel y en la Calle Peña de Francia, como consecuencia de su intenso tráfico.

La segunda peor situación se ha registrado en Valladolid, donde el medidor de la calle Nicolás Salmerón ha registrado 64 mg/m3, siendo 10 los medidores donde se ha superado el valor límite legal, entre los 30 instalados, en lugares como los paseos del Hospital Militar, de Isabel la Católica y de Zorrilla, las calles Don Sancho, Cebadería, Miguel Íscar y Hernando de Acuña y las avenidas de Palencia y de Gijón. Entretanto, el aparato de la estación oficial de La Rubia midió 37 mg/m3.

En Burgos, León, Palencia y Segovia también se han registrado mediciones superiores al valor límite anual de NO2, destacando 53 mg/m3 en la Avenida Padre Claret de Segovia, 51 mg/m3 en la Avenida de Santander de Palencia, 44 mg/m3 en la Glorieta de Pinilla (desde donde en 2008 se desplazó la estación oficial a su ubicación actual) y 42 mg/m3 en la Calle Vitoria de Burgos (donde hasta 2006 estuvo instalada la estación oficial).

Únicamente en Zamora no se ha superado el valor límite anual de NO2, en el periodo muestreado, detectándose el nivel más alto en la Calle Alfonso IX, con 36 mg/m3, frente a los 21 mg/m3 del medidor de la estación oficial, situado en la Calle Villalpando, sin apenas tráfico motorizado.

Por último, en parte de los emplazamientos con más contaminación se localizan centros sensibles como colegios, institutos, centros de salud u hospitales, colindantes con vías de alta circulación de vehículos, lo que abunda en la necesidad de medir mejor la calidad del aire que respiramos. En cambio, los cascos históricos y las calles peatonalizadas son las que registran los niveles más bajos de NO2, lo que demuestra que el tráfico es el principal responsable de la polución urbana.

Ecologistas en Acción va a trasladar los resultados de su campaña de medición a la Junta de Castilla y León y a los ayuntamientos de las ciudades analizadas, solicitando que se revise la ubicación de las estaciones oficiales para que reflejen más fielmente la contaminación atmosférica urbana, así como que se adopten medidas decididas de restricción de la circulación motorizada en las ciudades y un reparto del espacio público más favorable para viandantes, ciclistas y transporte público.

El dióxido de nitrógeno (NO2) provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, 500 de ellas en las ciudades de Castilla y León. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, agravando la mortalidad de enfermedades como la COVID-19.