Marco muestra alguna de las elaboraciones que ofrece en La Toscana

Marco muestra alguna de las elaboraciones que ofrece en La Toscana

Zamora

Marco, el chef que elabora las mejores recetas de Italia y Venezuela con productos 100% zamoranos

El cocinero italovenezolano ha devuelto a la vida un histórico bar de Zamora, con un concepto completamente nuevo y renovado

10 mayo, 2024 07:00

Noticias relacionadas

Zamora tiene una variada y deliciosa oferta gastronómica. Ciudad y provincia pueden presumir de tener una calidad en sus menús y tapas absolutamente sublime. Muchos son los que visitan Zamora, aparte de por sus bellezas patrimoniales y naturales, por su excelente gastronomía. Además, esta tradición de fogones hace que, en los últimos años, la oferta de las cocinas zamoranas sea cada vez más sorprendente. Aunque muchos restaurantes y bares siguen confiando en la comida 'de toda la vida', otros han decidido dar una vuelta de tuerca a sus platos

Con esto, se podría pensar que en la hostelería de Zamora 'está todo inventado' y ya nada puede sorprender. Pero como la gloria solo es para los valientes, un apasionado chef ha decidido desplegar todo su potencial y luchar por ofrecer la cocina que a él mismo le apasiona. Se trata de Marco Tulio, venezolano con raíces italianas, que se enamoró de Zamora en un viaje y ha elegido la ciudad para hacer realidad su gran sueño.

Marco ya estaba vinculado a la hostelería en su Venezuela natal. "Mi familia siempre había tenido locales de comida", explica, y como quería dar lo mejor de sí mismo en los negocios se formó durante dos años en cocina internacional. Más adelante estudió Administración de Empresas y abrió su propio restaurante. Por el camino, también cursó estudios de panadería y repostería, para seguir especializándose en el mundo de la hostelería. 

Durante cinco años, Marco desarrolló su negocio en la ciudad venezolana de Valencia, donde también había nacido y se había criado. "Pero la situación se puso complicada y nos tuvimos que ir", explica. Así que en 2018 hizo las maletas y su primer destino fue Perú. Tania, su esposa, es peruana, por lo que fue el lugar elegido para empezar de nuevo. Marco explica que en este país aprendió muchísimo sobre la cocina, "porque la gastronomía peruana es muy rica y tiene mucho que ofrecer".

Un tiempo más tarde, Marco dio el salto a Europa, y teniendo raíces italianas, no es de extrañar que su primer destino fuese La Toscana, de donde es originaria su familia. Tania y él también se asentaron en Lazio y en ese tiempo decidió visitar a un primo suyo que vive en Zamora. "Pasé dos semanas aquí y me encantó", reconoce. 

Así que cuando su esposa le explicó que ella quería estudiar y trabajar, a Marco se le encendió la bombilla. "Vi una oportunidad en Zamora, porque es una ciudad barata, accesible, con buena educación, muy cómoda y tranquila para vivir", asegura.

De este modo, durante seis años, Tania pudo estudiar y encontrar trabajo en una buena empresa, y él trabajar "en varios sitios de hostelería" para ahorrar y asentarse. Pero Marco siempre tuvo en su mente la idea de volver a tener su propio negocio. Por ello, también hizo un máster en proyectos empresariales por la Universidad de Valladolid, "con el que pude conocer la parte económica de las empresas, el tema de autónomos, licencias, permisos y todo eso"

Marco, junto a su pequeño hijo Mario, tras la barra de La Toscana

Marco, junto a su pequeño hijo Mario, tras la barra de La Toscana

Sobre las diferencias de iniciar un negocio en Zamora o en Venezuela, Marco reconoce que "ambos son complicados, pero por motivos diferentes". El chef ha notado que en España y en concreto en la capital zamorana, "la parte legal es muy complicada, se requieren muchas cuestiones y permisos". Pero lo prefiere a lo que supone en su país natal, donde los problemas fundamentales son "la inseguridad y la extorsión"

Reinventar un local mítico

Marco ha encontrado sitio para su sueño en un local mítico para los zamoranos: el antiguo bar Cuadros. La familia que durante décadas regentó este histórico bar, cerró hace años y ahora sus hijos y varios socios emprendieron su nuevo camino en el pasaje de Santa Clara. Mientras, otros emprendedores intentaron revivir ese éxito del Cuadros, aunque no tuvieron éxito. El bar ha pasado de manos en varias ocasiones, pero apenas han logrado estar abiertos durante unos meses.

Marco es consciente de la historia detrás del local que ahora es suyo, y tuvo claro que para salir adelante necesitaba "reinventar por completo" el negocio. El venezolano reformó todo el local y, sobre todo, el estilo y el concepto porque considera que "no podemos ser el Cuadros, sin ser la gente que llevaba ese negocio, así no podía funcionar". 

El chef explica que este lugar le llegó "por casualidad". Él estaba en busca de locales y no fue su primera opción, pero otros amigos hosteleros le informaron de que justo los últimos propietarios del bar iban a dejarlo. Y fue su oportunidad

Así nacía 'La Toscana'. Un nombre elegido, lógicamente, por sus orígenes italianos, y donde ha querido aunar la cocina que él mismo lleva toda la vida consumiendo. "Muchas de las recetas son las de mi madre, Silvana María, las que hace en casa, una mezcla entre Italia y Venezuela", explica Marco. 

Por eso la carta incluye míticos platos italianos como albóndigas, ensalada caprese, provolone al horno, fingers de queso, focaccia o panzerottis. Y del lado venezolano, el chef ofrece arepas, empanadas y tequeños, como grandes estrellas. Absolutamente todo está hecho de forma artesanal, desde las masas a los guisos y siempre "con producto 100% zamorano". Marco compra su materia prima en Zamora, y se siente feliz por la alta calidad de las carnes, frutas y verduras que ofrece la provincia. "Y, por supuesto, el vino es de Toro, tenemos muchas opciones", apunta. 

Por eso, su carta también tiene un rinconcito zamorano, donde no faltan las croquetas de jamón y carrillera; los montados de panceta, morcilla, y plancha en general; los huevos rotos o el pincho moruno. Marco se confiesa un enamorado de la gastronomía zamorana. "El tapeo es increíble y sus elaboraciones deliciosas", añade. También admira la cantidad de bares que discurren por la ciudad y destaca que apenas hay franquicias. 

"Emprender es durísimo, pero merece la pena"

La Toscana abrió sus puertas unos días antes del inicio de la Semana Santa y Marco está "muy contento" con la respuesta de los vecinos. El chef temía que sus recetas venezolanas no tendrían demasiado éxito ente los zamoranos y pensaba "que no lo iban a comer". Pero se ha visto gratamente sorprendido por la curiosidad y la buena aceptación de los zamoranos. "Les encantan las arepas, el 95% de la gente que viene, las prueba", confiesa.

Detalle de algunas de las tapas que ofrece Marco en La Toscana

Detalle de algunas de las tapas que ofrece Marco en La Toscana

Además, Marco ha contado con el apoyo del resto de hosteleros de la zona, que es una de las más populares de la ciudad. En ella se ubican locales tan conocidos como La Flaca, la cervecería Buda, la pizzería Artesanal, la Parra, Casa María o el Antojo, entre otros. "Y todos los trabajadores y los dueños han pasado por aquí", explica el chef venezolano. 

Y lo mismo ha ocurrido con los propios vecinos de la zona y de la ciudad en general. Marco ha recibido muy buenos mensajes de clientes que le transmiten la alegría de que haya un negocio más en la zona. "Es bueno para todos, porque si en una calle hay un solo bar, la gente no viene, de este modo van haciendo ruta y nos pasan a ver a todos", explica. 

El chef es consciente de que esta zona "es muy competitiva" con locales de gran calidad. Pero cree que sus creaciones italianas y venezolanas les dan un punto distintivo y les hace "únicos". También destaca que "nuestros precios son atractivos y sorprenden", todo con "producto de alta calidad, que la gente lo agradece". 

Pese a su corto camino, Marco ya está pensando constantemente en nuevos platos que ofrecer en La Toscana, pese a que es consciente de que "la carta es muy amplia y lo sufro mucho". Quiere ofrecer lasaña y muchas cosas más que aún no desvela. Confiesa que "emprender es durísimo, pero vale la pena", pero desea ofrecer a los clientes "la comida que a mí me gusta hacer y comer". 

Y algo debe estar haciendo bien, porque desde su apertura, La Toscana tiene hasta clientes "esperando 20 minutos en la calle" los fines de semana para disfrutar de sus creaciones. Por ello, Marco está en plena búsqueda de trabajadores para ocuparse de servir a los clientes, mientras él hace, lo que más ama y que tan bien se le da: cocinar desde el corazón y desde sus orígenes.