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Bienvenida a los nuevos colegiados de Zamora

25 enero, 2019 15:38

El Colegio de Abogados de Zamora ha celebrado esta mañana la festividad de su patrón, San Ildefonso, donde se ha reconocido a los colegiados que han cumplido 25 años de profesión y se ha dado la bienvenida a los nuevos colegiados en 2018.

El evento ha comenzado con el acto oficial de bienvenida a los nuevos colegiados incorporados al Ilustre Colegio de Abogados de Zamora en el año 2018, con su juramento o promesa. Iván Prieto Díaz, Alba Racedo Fernández, Manuel Rivera Barroso, Juan Luis González Aliste y César Cocho, han sido los jurandos durante este solemne acto.

Además, se ha impuesto la insignia de plata a los letrados que han cumplido 25 años de ejercicio profesional, que este año han sido Francisco Javier Alonso chillón, Matías Prieto Jambrina, Mercedes Seoane Marjacoba, Luis Javier Prieto Martín, Carmen Hernández Ortiz, Mercedes Fuentes Pascual, José María Prieto Casquero, Luis Manuel Bermúdez de Castro-Navarro, María Dolores Saludes Martín, Carlos Blanco Mesonero, José Luis Martín Vicente, María Antonia Rubio Ruíz y Inmaculada Huerga Huerga.

La colegiada Mercedes Fuentes Pascual ha sido la encargada de compartir unas palabras de agradecimiento por el honor recibido a sus compañeros y a ella, por sus 25 años de carrera. La jurista ha relatado sus inicios en estos estudios, durante los años 90, donde "tenía claro ya desde la EGB que quería dedicarme a esta profesión".

Además, ha contado como, por aquella época los licenciados en derecho suponían el "25% de los titulados, lo que en aquellos años era un número muy destacable, ante la creencia de que era una buena salida laboral". Fuentes Pascual recordaba con cariño el día de su graduación. "Eramos 21 licenciados, y ni cabíamos en la fotografía, tuvimos que utilizar las escaleras del hall de la Audiencia Provincial, y colocarnos en varias filas para poder salir todos".

La abogada ha tenido unas palabras de recuerdo para sus primeros pasos ya dentro del mundo profesional: "Mi primer caso importante fue el de unos padres que habían perdido a su hijo en un accidente de tráfico. El día del juicio, ya en la sala, me di cuenta de que me había dejado en el despacho el informe que había preparado a conciencia durante días. Pese a eso, no pude estar más contenta cuando los familiares del fallecido me agradecieron mi trabajo".

Aunque también ha recordado pasajes no tan agradecidos de su vida como letrada. La jurista ha relatado como "todos los recién licenciados nos apuntábamos al turno de oficio, para obtener experiencia". Y durante esos casos, "tuve que negarme asistir a algunos acusados por motivos morales". Además, recuerda un caso concreto en el que su juventud le pasó factura: "Llegué a tomar declaración a un detenido a un cuartel de la Guardia Civil, y este se negó a que le asistiera al verme tan jovencita".