El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el exsenador Javier Izquierdo, en un acto político en Valladolid en mayo de 2015

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el exsenador Javier Izquierdo, en un acto político en Valladolid en mayo de 2015 Miriam Chacón ICAL

Valladolid

Javier Izquierdo, el arquitecto y hombre de Sánchez y Cerdán en Valladolid caído en plena tormenta del 'Me Too' del PSOE

El pilar del sanchismo vallisoletano que diseñó las estrategias federales dimite tras una denuncia de acoso que acelera la crisis interna del partido en un año marcado por el escándalo y la corrupción.

Más información: Dimite el senador Javier Izquierdo, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, tras otra denuncia de acoso en el partido

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Este jueves, 11 de diciembre, a las 21:30 horas, el histórico dirigente socialista vallisoletano Javier Izquierdo publicaba un mensaje en la red social X de apenas tres líneas que pasó desapercibido para la mayoría de los españoles, pero que hizo saltar todas las alarmas en Ferraz y en Moncloa: "He presentado mi renuncia al acta de senador y a mis responsabilidades en la Ejecutiva Federal del PSOE. Gracias a todos los compañeros y compañeras por la confianza depositada durante estos años". Nada más. Ni una palabra de explicación.

Minutos antes, se había adelantado que el motivo de la salida del hombre fuerte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y del ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán en Valladolid era una denuncia por acoso sexual recibida a través del canal interno del partido. Una denuncia que se suma a la vorágine de acusaciones de mujeres presuntamente acosadas que ha sumido a los socialistas en un auténtico 'Me Too' durante las últimas semanas.

Con ese escueto tuit se cerraba, de golpe y sin previo aviso, una trayectoria de 13 años en la primera línea del PSOE y ocho como uno de los hombres fuertes del sanchismo. Este medio ha intentado sin éxito ponerse en contacto con el exsenador vallisoletano.

Una pieza clave

A sus 55 años, Javier Izquierdo Roncero no era un rostro mediático ni un orador de mítines. Era, sin embargo, una de las piezas más valiosas del engranaje que ha sostenido a Pedro Sánchez desde 2017: el responsable de que las federaciones autonómicas funcionaran, de que las listas cerraran sin estridencias, de que los programas electorales tuvieran coherencia territorial y de que Castilla y León, una comunidad donde los socialistas permanecen en una eterna oposición, siguiera siendo un granero fiable de escaños y votos.

Junto a Óscar Puente, formaba el tándem vallisoletano que mejor entendía cómo combinar gestión municipal, lealtad absoluta al líder y control orgánico. Ahora, esa dupla queda tocada y el partido suma su cuarto caso de acoso sexual en la última semana, en medio de una cascada de causas judiciales por corrupción que no cesa.

La denuncia, presentada a través del Canal de Atención a Denuncias de Acoso (CADE) creado al amparo de la Ley Orgánica 10/2022, describe presuntas conductas inapropiadas en el ámbito orgánico del partido. El protocolo obliga a apartar cautelarmente al denunciado mientras dura la instrucción interna, pero Izquierdo decidió ir más allá y renunciar directamente al acta de senador y a su puesto como secretario de Estrategia y Acción Institucional de la Ejecutiva Federal, uno de los cinco cargos con más peso político de Ferraz.

El arquitecto del sanchismo

Nacido el 17 de febrero de 1970 en Mieres del Camín (Asturias), en el corazón de las cuencas mineras, Izquierdo llegó a Valladolid con 18 años para estudiar Arquitectura. Se licenció en 1995 y completó un máster en Ordenación del Territorio y Urbanismo en la Universidad Politécnica de Valencia. Durante más de quince años ejerció como arquitecto liberal mientras militaba en silencio en las Juventudes Socialistas.

En 2011 dio el salto: encabezó la lista del PSOE al Ayuntamiento de Valladolid y, aunque no obtuvo acta, se convirtió en la alternativa clara al sector oficial. Un año después, en noviembre de 2012, ganó la secretaría general provincial con el 70% de los votos en un congreso que marcó el inicio del cambio generacional en la federación.

Desde ese momento su ascenso fue constante. En las municipales de 2015 fue el principal apoyo interno de Óscar Puente, que, contra todo pronóstico, arrebató la alcaldía al PP tras 20 años de mayorías absolutas de Francisco Javier León de la Riva. Izquierdo se convirtió en el fontanero del nuevo alcalde: controlaba la agrupación municipal, negociaba con los sindicatos, diseñaba las estrategias electorales y mantenía a raya a los críticos.

En paralelo, empezó a tejer su propia red en las nueve provincias de Castilla y León, una comunidad donde el PSOE lleva desde 1987 sin gobernar y sumido en una eterna oposición al PP, y el gran salto nacional llegó en junio de 2017. Tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias frente a Susana Díaz, Izquierdo fue uno de los pocos secretarios provinciales que entró directamente en la nueva Ejecutiva Federal como secretario de Estudios y Programas.

El salto nacional

Desde ese puesto redactó gran parte de los programas electorales de abril y noviembre de 2019 y de 2023, coordinó la política municipal en toda España y diseñó el modelo de financiación local que luego se plasmó en los Presupuestos Generales del Estado.

En 2019 pasó a la Secretaría de Política Municipal; en 2021, a la de Acción Autonómica y Local, y en julio de 2024, tras el 41 Congreso Federal, fue ascendido a secretario de Estrategia y Acción Institucional, un cargo creado expresamente para él que le convertía en el responsable de coordinar la respuesta política del partido a nivel territorial y de preparar las grandes citas electorales.

Entre 2020 y 2023 compatibilizó la Ejecutiva con la Delegación del Gobierno en Castilla y León, desde donde gestionó la llegada de 1.200 millones de fondos europeos Next Generation y mantuvo una relación directa con el Ministerio de Transportes, primero con José Luis Ábalos y después con Óscar Puente.

Desde 2019 era senador, un escaño que renovó en 2023 tras ser impuesto en las listas por el entonces secretario de Organización, Santos Cerdán, una decisión que irritó a su amigo Puente, que había propuesto la lista inicial encabezada por Sara Galván, enmendada por Ferraz, y al entonces líder del PSOECyL, Luis Tudanca, que acusó a la dirección federal de inmiscuirse en las decisiones provinciales.

Precisamente, con el dirigente burgalés mantuvo un duro enfrentamiento a cuenta de la guerra interna desatada tras el intento de Tudanca de adelantar el Congreso Autonómico antes del Congreso Federal de noviembre de 2024. En la dirección federal, Izquierdo era el encargado de apagar fuegos en federaciones conflictivas, de negociar cabezas de lista sensibles y de mantener a raya a barones críticos. 

Una vorágine de escándalos

El caso de Izquierdo es el cuarto por acoso sexual que estalla en el PSOE en 2025. El primero fue Francisco José Salazar, hombre fuerte de Moncloa, el segundo Antonio Navarro, en Torremolinos, y el tercero José Tomé, de Lugo. Los cuatro casos han puesto contra las cuerdas al protocolo interno del partido, criticado por su lentitud y opacidad. Además, han sacado a la luz las contradicciones de una formación que ha hecho del feminismo su principal bandera política.

Al mismo tiempo, el PSOE arrastra un rosario de causas judiciales por corrupción que no para de crecer: la apertura de juicio oral esta semana en el caso Koldo, la detención el 10 de diciembre de la 'fontanera' Leire Díez y 19 registros en la trama SEPI-Plus Ultra, causas abiertas por el caso Mediador, investigaciones sobre contratos covid en Baleares y Canarias, y el eterno caso Tito Berni.

El goteo es diario y la sensación de desgaste, evidente. La dimisión de Izquierdo deja un vacío difícil de cubrir ya que la Secretaría de Estrategia y Acción Institucional queda descabezada a cuatro meses de las elecciones autonómicas de marzo en la Comunidad y a menos de un año de las municipales y autonómicas de 2027, y Castilla y León pierde a su principal valedor en Madrid.

Con la salida del hombre que durante casi una década dibujó los planos que sostuvieron el poder de Pedro Sánchez, sumada al resto de acusaciones y al rosario de causas judiciales por corrupción, el presidente del Gobierno ve cómo todo ese edificio corre el riesgo de derrumbarse en cuestión de horas. Hasta los dirigentes más optimistas hablan ya de fin de ciclo para el Ejecutivo y para el partido, sumido en una crisis sin precedentes a todos los niveles.