Calle de Torneros de Valladolid

Calle de Torneros de Valladolid Ayuntamiento de Valladolid

Valladolid

Esta es la calle más estrecha de Valladolid: mide 1,5 metros de ancho, está oculta y tiene "mucha historia y encanto"

Una pequeña vía escondida en pleno centro, a la que se accede de una manera muy peculiar y en la que se pueden apreciar algunos vestigios del pasado gremial de la ciudad.

Otras noticias relacionadas: Esta es la calle de Valladolid con el nombre más raro: la curiosa y divertida manera en la que fue elegido

Publicada

El callejero vallisoletano está repleto de curiosidades. En él se pueden encontrar calles con nombres un tanto peculiares, con una interesante historia y otras tantas que destacan por el precio de sus locales y viviendas.

Otras, por el contrario, llaman la atención por sus medidas. Es el caso de la calle de Torneros, considerada como la vía más estrecha de la ciudad del Pisuerga y también una de las más escondidas, pese a ubicarse en pleno corazón de la capital vallisoletana.

Según la información manejada por el Ayuntamiento de Valladolid, esta ocupa 20 metros de largo, pero tan solo metro y medio de ancho y a ella se accede de una manera muy peculiar: a través de una puerta metálica oculta en los soportales de la Plaza Mayor, justo entre el histórico Café del Norte y la tienda Vara Óptico.

Por lo general, suele pasar desapercibida para los visitantes y también para los lugareños, pues quien no sabe de su existencia no suele darse cuenta de que justo de un punto concreto de la Plaza Mayor sale un callejón que, aunque "es muy difícil de descubrir, tiene mucha historia y encanto", según afirman quienes ya lo han visitado.

La calle de Torneros es considerada "un vestigio histórico del pasado gremial de la ciudad", que ostentó la denominación de corral hasta que el 10 de abril de 1863 el Ayuntamiento de Valladolid le otorgó el título de calle junto a su nombre anterior, que hacía referencia a los torneros que trabajaron en ella durante décadas.

Y es que allí se ubicó uno de los corrales de oficios más antiguos que existen en la ciudad. 

"Es estrechísima, tiene los accesorios de las casas de la Plaza Mayor, es oscura y tiene muy poca luz natural", llegó a describir Juan Agapito y Revilla en 'Las calles de Valladolid'.

Si bien, en dicho manual, el célebre historiador y arquitecto español, conocido por su labor como arquitecto del Ayuntamiento de Valladolid, así como por su revisión de la historia de la ciudad, afirmó: "Bastante para que en él trabajaran en sus modestos talleres los torneros".

Lo hizo en 1937 y desde entonces nada ha cambiado. La calle ha sobrevivido a las últimas reformas acometidas en sus alrededores y sigue siendo una ventana al medievo gremial así como al epicentro de la ciudad de Valladolid, aunque separada por una verja metálica.

Si bien, es de titularidad pública, por lo que cualquiera que lo desee puede acercarse, entrar y visitar esta joya turística de la ciudad del Pisuerga.