Cibele, David y su negocio

Cibele, David y su negocio Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

De ingeniero a cocinero para abrir un curioso negocio: “Veremos si la fantasía se convierte en sueño o pesadilla”

El vallisoletano presume de croquetas y apunta que la idea nació de un trabajo anterior cuando, literalmente, sus compañeros le quitaban los tápers de las manos

23 febrero, 2024 14:55

La historia de David García Agüera es sumamente curiosa. Es de esas que gusta contar. El vallisoletano tiene 40 años, vive en Arroyo de la Encomienda y es ingeniero técnico informático para contar, además, con un máster en ingeniería informática siendo amante de la robótica, de la impresión en 3D y de la informática.

También lo es de la cocina. Eso es lo que le llevó a dar un giro total, de 180º, a su vida. Ya apuntaba maneras en los fogones cuando sus compañeros de trabajo le robaban, prácticamente, los manjares que contenían sus tápers. Hace apenas dos meses ha abierto un nuevo negocio.

Se llama ‘De Pan y Moja’ y busca convertirse en una referencia en Arroyo de la Encomienda a base de profesionalidad y calidad, siendo muy cercanos a sus clientes. Una empresa fundada por el propio David y por Cibele Odebrecht, con el fin de que sus clientes puedan mejorar su calidad de vida comiendo mejor, más sano, y ahorrando ese tiempo que dedicamos para ir a comprar, confeccionar el menú, cocinar y limpiar.

Su vida y llegada a Arroyo de la Encomienda

“Soy una persona normal. Llegado un punto de mi vida, decidí intentar alcanzar algunas metas con las que siempre había fantaseado. Ahora veremos si la fantasía se convierte en sueño o en pesadilla”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, David García Agüera.

Nuestro entrevistado estudió Ingeniería Informática en Valladolid. Tras las vueltas de la vida y algún que otro bandazo acabó emprendiendo junto a su pareja Cibele, que siempre le ha apoyado.

La cocina me ha gustado de siempre. Al acabar el instituto, tomé la decisión de estudiar una ingeniería y llevar el título universitario a casa. Sin embargo, siempre me picó el gusanillo de la cocina. Tanto es así que, en mitad de la pandemia, la cabeza me hizo clic y decidí dar un vuelco de 180º en mi trayectoria profesional para dedicarme a lo que siempre me había apasionado. Era un ahora o nunca”, asegura el vallisoletano.

Se matriculó y estudió una formación en la Escuela Internacional de Cocina de Valladolid. Sin embargo, podríamos decir que ha trabajado de todo. Como vigilante de parkings, montando escenarios para espectáculos, reparto de publicidad y ha llegado a estar también un centro comercial.

Nacido y criado en Valladolid, al regresar del año que estudió y trabajó en Australia. Pasó una temporada de alquiler en Parquesol. Hasta que llegó un día en el que tuvo que pensar en contar con una vivienda propia con el fin de formar una familia. Tras muchas vueltas, acabó en Arroyo de la Encomienda.

La idea del Pan y Moja

“Cuando pasé a trabajar en oficina, a diario, me llevaba un táper. Llegó un momento en que, de alguna manera, se generaba expectación e incluso peticiones de cata cuando me disponía a comenzar a comer. Lo que empezó en broma, en forma de comentarios como “tienes que hacernos la comida” o “yo te la compro” fue cogiendo forma hasta que se ha convertido en realidad”, añade David.

Nuestro protagonista sabía que no solo se trataba de hacer comida rica para llevar. También era la oportunidad de ofrecer una mejor calidad de vida proporcionando opciones sanas o ayudando a dedicar más tiempo a hobbies o a la familia, en lugar de a los fogones y al supermercado.

Pan y Moja en Arroyo

Pan y Moja en Arroyo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Abrimos el pasado 17 de diciembre de 2023. Corriendo y con poca preparación. Por no tener, no teníamos ni rótulos que nos identificaran. Sin embargo, se trataba de lanzarse a la aventura e intentar no retrasar la apertura. Se trataba de echar a andar para ir cogiendo inercia y aquí estamos”, apunta el cocinero por vocación, e ingeniero de profesión.

Un establecimiento hostelero que se encuentra ubicado en la calle Felipe Guillén, a la altura del número 13. El local cuenta con 135 metros cuadrados en bruto. Después de su reforma y aislamiento acústico, se redujo esa superficie hasta los 120, de los cuales, muchos se han destinado a una cocina industrial potente. La parte pública de tienda y comedor cuenta con 40 metros cuadrados y también disponen de terraza.

“Ahora mismo somos un total de seis personas que estamos involucradas de diferentes formas. Mi pareja que, aunque tiene su trabajo, colabora con las tareas administrativas o fines de semana de cara al público. En cocina, ahora mismo, hay tres personas y en tienda otra más. Por último, estoy yo que apoyo en lo que haga falta para sacar el trabajo adelante”, explica nuestro entrevistado.

Varias líneas de negocio

“En nuestro plan de negocio tenemos reflejadas varias líneas de trabajo. La primera, y con la que hemos comenzado, es la venta física y la hostelería. También hemos dado servicio de cáterin en algunos pequeños eventos, en su amplia mayoría, a particulares. En un futuro cercano espero que podamos poner en marcha la venta de comida a través de la web y la producción de elaboraciones de quinta gama que poder distribuir a través de terceros”, añade David.

De Pan y Moja se centra en la comida casera y de guiso. También con algún toque exótico, incluyendo alternativas de comida internacional puntualmente. Si hay algo de lo que presume es de sus coquetas. Valora positivamente “la alegría y el orgullo” que “produce el cliente que después de probarlas felicita al chef. Esto hace al equipo seguir adelante.

“Apenas hace un par de meses que hemos abierto y aún no termina de arrancar del todo. Pero también es cierto que estos primeros compases del año son más difíciles y aún nos tenemos que ganar, poco a poco, el boca a boca de la gente”, añade David.

A nuestro entrevistado le gustaría que todo el esfuerzo realizado sirviera para “recuperar el tiempo invertido en familia y amigos” y que en el futuro pueda ser un negocio para su hija. De momento, ella quiere ser constructora, astronauta y cocinera.