Imagen del navegante genovés Cristobal Colón.

Imagen del navegante genovés Cristobal Colón.

Valladolid

Valladolid, cuna de la Hispanidad: de la muerte de Colón al nacimiento de grandes conquistadores de América

El navegante genovés que descubrió América el 12 de octubre de 1492 murió en la ciudad y la provincia vio nacer a figuras de primer nivel como Bernal Díaz del Castillo o Juan Ponce de León

12 octubre, 2023 07:00

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La provincia de Valladolid se encuentra estrechamente vinculada a la Hispanidad y al descubrimiento de América, que se produjo tal día como hoy de 1492, hace 531 años. El navegante genovés Cristobal Colón, que descubrió el continente americano al servicio de la Corona de Castilla, vivió y murió en la capital vallisoletana y aún hoy puede visitarse su casa-museo, que esta semana ofrece diferentes actividades para dar a conocer su figura. Además, la provincia vallisoletana vio nacer a figuras de primer nivel que jugaron un papel determinante en la conquista de América como Bernal Díaz del Castillo o Juan Ponce de León. Pero la estrecha relación de la provincia con la obra civilizatoria no queda ahí.

El 7 de junio de 1494 los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón firmaron en el municipio vallisoletano de Tordesillas un acuerdo con el rey portugués Juan II, el Tratado de Tordesillas, a través del cual se establecía una división territorial que hacía referencia al descubrimiento de América, producido solo dos años antes. El tratado establecería un reparto de las zonas de navegación y conquista de España y Portugal en el oceáno Atlántico y en América a través de una línea que se situó a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, con el objetivo de evitar un conflicto de intereses entre ambas coronas. Un histórico acuerdo que marcó el devenir de la conquista del continente americano y que se rubricó en tierras vallisoletanas.

La muerte de Cristobal Colón en Valladolid

El navegante genovés Cristóbal Colón, protagonista del descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492, hace ahora 531 años, residió durante las últimas semanas de su vida en la ciudad castellana de Valladolid, donde fallecería el 20 de mayo, víspera del Día de la Asunción, del año 1506. Una ciudad que hoy en día le rinde homenaje con una estatua en la plaza que lleva su nombre, una calle, en pleno centro de la ciudad, un colegio público y una Casa Museo en honor al navegante.

Su repentina muerte, en la ciudad en la que por aquel entonces se encontraba la corte del rey Felipe I, pudo producirse como consecuencia, según algunas investigaciones, de complicaciones fruto de sus padecimientos de artritis y gota, dolencias que el insigne navegante arrastraba desde años atrás. Sus últimas palabras antes de fallecer serían: "En tus manos, señor, encomiendo mi espíritu".

Se ignora el lugar exacto de su muerte en la ciudad aunque se tiene constancia de uno como el más probable. Concretamente, se trata del número 2 de la calle Ancha de la Magdalena, ubicación en la que colocó el Ayuntamiento de Valladolid una lápida conmemorativa del acontecimiento y se instaló en el edificio reconstruido un sencillo museo americanista en 1965, la actual Casa Museo de Cristóbal Colón, muy querida por los habitantes de la ciudad y frecuentemente concurrida por los visitantes.

Tras su deceso, Colón fue enterrado en un primer momento en el desaparecido Convento de San Francisco de la capital vallisoletana, concretamente en la capilla de Luis de la Cerda. Un edificio de extraordinaria importancia necrológica en aquel momento ya que Valladolid aún no contaba con una Catedral.

Este convento vallisoletano –ubicado frente a la Plaza Mayor, en el lugar que actualmente ocupa el Teatro Zorrilla– llegó a ser uno de los más importantes de la Orden Franciscana en España y estaba habitado por 120 frailes. Terminaría siendo derribado durante la conocida como Desamortización de Mendizábal, en 1837, por la que el Estado expropió gran cantidad de bienes y tierras de la Iglesia católica.
En el momento del enterramiento de Colón en ella, el titular de la capilla en la que fue sepultado el navegante genovés era el conde de Cabra, consorte por aquel entonces de la heredera al trono de España. Pero la presencia de los restos mortales de Colón en Valladolid no se extendería durante mucho en el tiempo.

Tres años después de su inhumación en el Convento de San Francisco, en el año 1509, el cuerpo del descubridor de América fue trasladado a la capilla de Santa Ana del sevillano Monasterio de la Cartuja. Un traslado del que estuvo al frente Simón Verde, mercader procedente de Florencia con el que la familiá de Colón mantenía una intensa relación de amistad.

No sería el último viaje de los restos del navegante genovés. Menos de 15 años después de su traslado a Sevilla, en 1523, el cuerpo de Colón fue trasladado al otro lado del Oceáno Atlántico, a la catedral de Santo Domingo, actual capital de la República Dominicana. Allí permanecerían los restos del navegante durante más de dos siglos, hasta que en 1795, tras tomar las tropas francesas la isla de Santo Domingo, se le trasladó a la capital cubana, La Habana.

Allí estuvo hasta la derrota española en la Guerra de la Independencia de Cuba en el año 1898 que provocó que la isla dejase de ser parte del ya decadente Imperio Español. Tras este hecho, los restos de Colón fueron trasladados en el navío Conde de Venadito hasta la localidad de Cádiz y de allí a Sevilla, con destino a la Catedral de la ciudad hispalense, donde reposan en la actualidad.

Para perpetua fama de sus memorables hechos y del descubrimiento del continente americano que protagonizó, en su lápida se colocó, por orden del rey, un epitafio que decía: "A Castilla y a León, Nuevo Mundo dio Colón".

Los grandes conquistadores que nacieron en Valladolid

La provincia de Valladolid fue, además, la cuna de grandes conquistadores que contribuyeron al establecimiento de los españoles en territorio americano y a la obra colectiva que posibilitó que a día de hoy se hable la misma lengua a ambos lados del océano Atlántico. Bernal Díaz del Castillo, Juan Ponce de León, Bartolomé de Olmedo y Cristóbal de Olea son algunos de los vallisoletanos que tuvieron un papel preponderante en la conquista.

Bernal Díaz del Castillo

Bernal Díaz del Castillo nació en la localidad vallisoletana de Medina del Campo en 1496 y tuvo un importante papel en la conquista de México. En 1514, con tan solo 18 años, viaja por primera vez a América y después se dirige hacia la recién conquistada Cuba. En 1517 se unió a Francisco Hernández de Córdoba en una expedición que tenía por objeto descubrir las costas del Yucatán y después volvió a Cuba, para unirse definitivamente en 1519 a la expedición de Hernan Cortés en México que acabó con la toma de Tenochtitlán y la toma del Imperio Azteca y de otras regiones mexicanas.

Después, participó en diferentes expediciones en las actuales Guatemala y Honduras y permaneció después varios años en la Ciudad de México. En 1541 se traslada definitivamente a Guatemala donde terminó siendo elegido en 1551 regidor de la ciudad de Santiago de Guatemala, actual Antigua Guatemala. Bernal Díaz del Castillo falleció el 3 de febrero de 1584 y sus restos están enterrados en la catedral de Antigua Guatemala, con una losa conmemorativa.

Juan Ponce de León

Juan Ponce de León nació en el municipio vallisoletano de Santervás de Campos el 8 de abril de 1460 y fue gobernador de Puerto Rico y descubridor de Florida. Participó de forma activa en el segundo viaje de Cristóbal Colón a América, en 1493, y en el que se conquistó la isla de La Española. Allí se instaló y colaboró con el gobernador Nicolás de Ovando reprimiendo revueltas indígenas.

En 1508 se interesa por Borinquén, la actual Puerto Rico, y conquista rápidamente la isla con la colaboración del cacique taíno, siendo nombrado gobernador en 1509. Ponce se dedicó en la isla fundamentalmente a la fundación de ciudades y a la explotación del oro y tras una sublevación indígena, y su dura represión, fue destituido en 1511.

Juan Ponce de León se embarcó en ese momento en una nueva travesía de exploración en dirección al norte, en la que terminó por descubrir la actual península de Florida. Decidió dar este nombre al territorio por la abundante vegetación que albergaba y por encontrarse en fechas de Pascua florida. Con todo, no logró conquistar el territorio.

Después de varias expediciones infructuosas ante la resistencia de los indígenas, en 1521 cayó abatido por una flecha envenenada en una de esas intentonas y murió en La Habana. Sus restos se encuentran sepultados en la Catedral de Viejo San Juan, en Puerto Rico.

Bartolomé de Olmedo

Bartolomé de Olmedo, nacido en el municipio vallisoletano del mismo nombre en 1485, fue un fraile mercedario que participó en las campañas de Hernán Cortés para conquistar México. Su primer contacto con el continente americano fue en Santo Domingo, donde se dedicó a evangelizar entre 1514 y 1518, y en 1519 se unió a la expedición de Hernán Cortes que se dirigía a conquistar México.

El fraile se dedicó a labores de evangelización de los indígenas y tuvo el privilegio de celebrar la primera misa en territorio mexica. Olmedo, hombre de la máxima confianza de Hernán Cortes, participó en diversas negociaciones y fue el encargado de adoctrinar a Moctezuma durante el tiempo que estuvo apresado por los españoles. También bautizó a las veinte mujeres entregadas por los caciques de Tabasco a Hernán Cortés, entre las que se encontraba 'La Malinche', bautizada como Marina. Estas fueron las primeras mujeres cristianas del Virreinato de la Nueva España.

En 1524, Cortés le encomienda la administración del Hospital de Jesús y ese mismo año, en el mes de octubre, fallece en la Ciudad de México.

Cristóbal de Olea

Cristóbal de Olea nació en 1490 en la localidad vallisoletana de Medina del Campo y es conocido por haber muerto salvando al mismo Hernán Cortés en un ataque en México. Llegó a América en 1514 y en 1518 se traslada a Cuba, aunque poco después se unió a la expedición de Cortés hacia México.

Su fama de soldado valiente, esforzado y también diligente le hizo acreedor de las mayores simpatías de sus compañeros en el proceso de conquista de México, y también su habilidad en el manejo de la espada. De Olea llegó a salvar la vida de Hernan Cortés en dos ocasiones, la primera cuando un escuadrón de mexicanos le capturó para ser ejecutado y De Olea le liberó de su captura, quedando herido.

La segunda, y definitiva, fue el 13 de agosto de 1521 cuando, tras un ataque de los guerreros mexica, estos capturaron de nuevo a Cortés para sacrificarle y De Olea se abalanzó sobre los indios matando a cuchilladas e hiriendo a varios de ellos. De ese modo, logró que Cortés pudiera liberarse, pero De Olea cayó muerto en el acto, dando la vida por Hernan Cortés y por la conquista. Grandes nombres que quedarán siempre en la historia marcando el vínculo entre Valladolid y la Hispanidad.