Este miércoles, 7 de junio, Tamara se ponía en contacto con EL ESPAÑOL de Castilla y León para denunciar el robo de su coche. Lo aparcó el lunes en la zona de La Rubia, en Valladolid, a eso de las 22.15, cuando volvía de trabajar. Concretamente en la calle Montes y Martín-Baró. Al ir a cogerlo el martes, su vehículo no estaba.

Ese mismo martes denunciaba los hechos en la comisaría de Gerona, ante la Policía Nacional, a eso de las 18.00 horas para intentar recuperar su vehículo. Su testimonio era desgarrador. Aseguraba no tener “dinero para comprar otro” y añadía que en la zona habían “robado catalizadores y forzado las cerraduras de otros vehículos”.

La vallisoletana explicaba a este periódico que se trataba de un Volkswagen Passat 1.9 TDI, de color plateado y con matrícula 9511 CDV que contaba con un golpe en el lateral izquierdo, en la parte de atrás y que en la luna trasera tenía una bola de billar de pegatina. Aportaba su teléfono y el de su marido para que la colaboración ciudadana hiciera su magia y consiguiera recuperar su turismo.

Este jueves, 8 de junio, Tamara se ha vuelto a poner en contacto con nosotros para asegurar que en la noche del miércoles su coche ha aparecido en la localidad vallisoletana de Traspinedo.

“Me han tirado la silla del niño por algún lado. Ha aparecido con una maneta de otro coche, con destornilladores. Creo que el coche se ha usado para hacer otros robos. Ha tenido que ser para eso”, ha afirmado la pucelana.

Tamara se muestra contenta, por un lado, por recuperar su coche, pero sabe que, tras los actos de uno o de un grupo de vándalos, tendrá que rascarse el bolsillo para arreglar los desperfectos del mismo. “El coche nos lo tienen que peritar, poner cerradura y demás. Sé que estaré unos días sin él, pero, al menos, lo hemos conseguido recuperar”, finaliza.