Fernando Galindo en su tienda de disfraces de Valladolid

Fernando Galindo en su tienda de disfraces de Valladolid

Valladolid

Un conocido negocio vallisoletano con 40 años de historia echa el cierre: “El pequeño comercio se muere”

Fernando Galindo echa el cierre a una tienda de disfraces muy conocida en la ciudad pucelana

18 febrero, 2023 07:00

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Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, dicen. En la actualidad, por desgracia, vamos a tener que adaptar el dicho a que algo se muere en el alma cuando un negocio de proximidad echa el cierre. Tristemente, en los últimos años, y sobre todo tras la pandemia, son muchos los que lo tienen que hacer.

En este caso se trata de una tienda de disfraces que se ubica en la Plaza de Vadillos número 6. Lleva abierta desde el año 1983, ni más ni menos. En los últimos días, con esto del carnaval en el que nos encontramos inmersos, ha vivido un fuerte entrar y salir de gente pero nada comparado con lo de hace unos años.

Fernando Galindo, vallisoletano y de 64 años, gerente del negocio, cuenta a EL ESPAÑOL de Castilla y León toda la vida de una tienda con mucha historia. No es para menos en 40 primaveras de actividad. El próximo 27 de febrero bajará la persiana pero continuará. Nuestro entrevistado seguirá con el otro negocio que tiene justo al lado, el receptor de apuestas que ha dado, en los últimos dos años, tres primeros premios de La Bonoloto.

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Toda una vida dando el callo

Me considero una persona humilde que lleva trabajando toda la vida. Una hormiguita. Comencé en una empresa de transportes tras acabar los estudios, aquí en Valladolid. En 1983 cogí, por un lado, la tienda de juguetes y, por el otro, el receptor de apuestas”, nos cuenta Fernando, a modo de introducción.

Este pucelano del barrio de La Victoria afirma que fue dos años después, en 1985, cuando su negocio se especializa en la venta de disfraces. Hablando de estos inicios confiesa, que, por aquel entonces, se vivía la época del “boom del regalo”. Además, la venta de disfraces funcionaba bien y su tienda se ha convertido, hasta este 2023 que echará el cierre, “en un referente”.

“Los finales de los 80 los recuerdo como años estupendos. Con muchas ventas. Siempre han triunfado los disfraces clásicos. El de pirata, el de un vaquero del lejano Oeste, y, cada año, se suma que hay uno que es tendencia. He sido muy feliz en mi tienda”, añade nuestro entrevistado echando la vista atrás, emocionado.

Fernando Galindo a la entrada de su tienda

Fernando Galindo a la entrada de su tienda

El maldito coronavirus y el cierre

Este año, en el escaparate en el que podemos leer: “liquidación por jubilación” siguen triunfando también los atuendos de superhéroes. Spiderman, Batman… y los asociados a la serie de Netflix ‘Miércoles’ que la está rompiendo con miles de amantes, a lo largo de todo el país, disfrutando de la misma.

“Cierro primero por la edad. Segundo, porque antes de la pandemia ya se notaba la caída de ventas debido a las potentes webs, al negocio online. También los bazares orientales nos han perjudicado mucho. El coronavirus, ya, nos acabo de rematar”, afirma Fernando con tristeza y resignación a partes iguales.

Su tienda vivía de la campaña de Navidad, de la Halloween y, por último, de la de Carnaval. Pero ahora, debido a la drástica reducción de ventas no puede permitirse continuar abierta.

“Estamos intentando sacar el género que podemos en liquidación. El comercio pequeño se muere, en todos los sectores. Cada día hay más locales cerrados. Tenemos que buscar que la gente compre en el comercio de proximidad”, apunta el gerente de este negocio.

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El momento de decir “hasta aquí”

Mirando al 27 de febrero, día en el que Fernando Galindo bajará la persiana, seguro que en su corazón se mezclarán, por un lado, un sentimiento de satisfacción, por haber disfrazado a tanta gente, y, por otro, de pena. Son 40 años de historias. Dan para mucho.

La vida es así. Es el momento de decir hasta aquí. Seguiré, hasta septiembre, con el receptor de apuestas que tengo en el local de al lado y mi idea es jubilarme ese mes y desvincularme de los dos negocios que han marcado mi vida”, asegura el vallisoletano.

Fernando quiere, ahora, disfrutar de vida con 64 años. Merecido lo tiene. Sin embargo, deja otro hueco irremplazable tras el cierre de una tienda que será historia de la ciudad de Valladolid.