Imagen de esta nueva tecnología y el doctor Miguel Maldonado de la Universidad de Valladolid.

Imagen de esta nueva tecnología y el doctor Miguel Maldonado de la Universidad de Valladolid. UA y UVa

Valladolid

Un juego de tablet con sello vallisoletano que ayuda a acabar con las molestias tras la operación de cataratas

El oftalmólogo Miguel Maldonado ha participado en este revolucionario sistema junto con David Piñero, de la Universidad de Alicante, y Begoña Coco, también de la UVa

24 enero, 2023 07:00

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La ciencia avanza a pasos agigantados y Valladolid está muy presente en ese camino. El oftalmólogo de la UVa y director del Instituto de OftalmoBilología Aplicada (IOBA), Miguel Maldonado, ha participado junto con la neuróloga Begoña Cocos, también de la universidad vallisoletana, y el líder del proyecto e investigador de la Universidad de Alicante, David Piñero, en el desarrollo de un novedoso sistema, desarrollado por la empresa leonesa Proconsi, que ayuda a reducir las molestias tras la operación de cataratas con lentes intraoculares multifocales. Y, aunque parezca extraño, se trata de un juego de tablet.

EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León ha podido ponerse en contacto con el doctor Maldonado, quien explica en qué consiste exactamente esta nueva revolucionaria tecnología. Este sistema se aplica específicamente en las personas que hayan recibido una lente intraocular multifocal, pero el oftalmólogo reconoce que este tipo de operación se hace “hoy en día bastante, diría que con una frecuencia creciente”. “Para este tipo de post operatorio facilita que el periodo de adaptación a esa nueva manera de ver sea más rápido y consiga cotas de mayor sensibilidad al contraste”, puntualiza el profesional de la UVa.

Antes de nada, es importante entender en qué se basa la lente intraocular multifocal. Se trata de un tipo de lentes en el que el paciente apuesta por que en sus dos ojos el enfoque no solo sea una distancia, que “normalmente con monofocales suele ser más bien lejos”, sino que proporciona una visión natural a otras distancias más próximas. “Lo que hacen es distribuir mediante unos aros de difracción la luz para cubrir las distintas distancias de enfoque, lo que supone al cerebro un tipo de imagen en la que tiene que aprender a seleccionar la imagen enfocada, según la distancia que tenga en ese momento el enfoque. Esta nueva manera de ver requiere una adaptación y este sistema facilita que esa adaptación sea más rápida y exitosa”, aclara el doctor.

Molestias que aparecen tras la operación

Tras la intervención, durante ese periodo de adaptación que puede alargarse hasta los 12 meses, aunque el mayor cambio se nota a los tres, una de las molestias que puede sufrir el paciente es la percepción de las imágenes a otras distancias del enfoque. El sistema desarrollado por estos investigadores busca reducir el tiempo de adaptación y “anular eficientemente” esa imagen que no se está utilizando, por ejemplo, la de lejos si es que el enfoque es cerca. Igualmente, la falta de nitidez, que hace que exista una pequeña borrosidad asociada alrededor al foco que no se está utilizando, es otra de las afecciones que pueden aparecer durante el post operatorio. También se pueden presentar otros aspectos como la percepción de halos o destellos en torno a puntos luminosos como un coche que viene de frente, una farola, un semáforo o, incluso, el punto led de un televisor. “El sistema también ayudaría a que esa difuminación sea menor cuanto antes”, admite Maldonado.

La adaptación natural a esa “nueva forma de ver” es, tal y como se ha mencionado antes, de unos 12 meses, aunque es a los tres cuando se nota el “cambio mayor”. Precisamente, es en este último periodo en el que este sistema ayuda a reducirlo, de una forma “aproximada”, en un “30 o 40%”. “Nosotros en el estudio y ensayo clínico en el que se basan los resultados en el que demostramos la eficacia, no hemos estudiado este factor”, reconoce el doctor de la UVa.

Sin embargo, Maldonado explica que, durante esa fase de ensayo, lo que hicieron durante tres semanas fue aplicar el uso de esta tecnología en un grupo de personas, mientras que había otro grupo control con una misma tablet, pero con juegos que “no están específicamente pensados para mejorar estas aptitudes”. Respecto al primer grupo, utilizaron la tecnología que se basa en dedicar “unos 20 o 30 minutos al día” para realizar unos juegos en el dispositivo electrónico que están pensados para que se “potencien y estimulen las áreas cerebrales adecuadas para que esta adaptación sea más rápida”.

Los resultados

Como resultaron encontraron que, tras este periodo, aspectos como la sensibilidad al contraste, que es una “matriz de la visión muy importante”, era “estadísticamente mejor en el grupo que llevaba la tablet con el sistema que hemos desarrollado”. “En esos términos son los que nosotros podemos demostrar la superioridad de utilizar este sistema que hemos desarrollado”, reconoce.

Aunque este revolucionario método no es aplicable a otro tipo de operación de cataratas, cabe remarcar que sí puede marcar un precedente, ya que el uso de esta tecnología tiene “aplicaciones en el campo de la rehabilitación visual para personas que tienen enfermedades”. “Aquí no lo planteamos específicamente en una enfermedad, sino en la adaptación a otro nuevo modo de ver que proporcionan las lentes intraoculares multifocales, pero sí, existe aplicabilidad de este tipo de sistemas análogos al que hemos desarrollado para otro tipo de enfermedades de la visión que afectan al campo visual”, puntualiza el doctor.

Ya es una realidad

A diario estamos acostumbrados a leer todo tipo de avances en la ciencia y en la tecnología, sin tener muy claro cuando estos van a ser aplicables de forma general. Sin embargo, este novedoso sistema ya es una realidad. “Proconsi, que es la empresa que ha desarrollado el software bajo nuestras indicaciones, lo tiene ya preparado para su uso comercial”, adelanta el investigador.

De esta manera, Maldonado anuncia que, si alguien lo desea, “dirigiéndose a la empresa puede tener ya el sistema”. Ahora bien, advierte de que el “momento ideal” para aplicarlo es en el post operatorio “más reciente”. “Pasados ya unos meses, como el proceso de adaptación ha ido recorriéndose, tiene menos capacidad de ayudar a la persona. Por lo tanto, sería ideal tenerlo antes de la intervención para que este previsto su uso al poco después de recuperarse de los primeros días, lo ideal sería a las dos o tres semanas”, sentencia.

Un nuevo avance de la tecnología científica que, de nuevo, vuelve a tener a Valladolid como protagonista en un proceso en el que el IOBA ha vuelto a postularse como un claro ejemplo de éxito, y así lo avalan sus resultados.