Una gran cata en Peñafiel

Una gran cata en Peñafiel

Valladolid

Siempre nos quedará Peñafiel… (mon amour)

Deliciosa y original velada en la noche sabatina, donde tuve la suerte de participar con otros 70 comensales en una cena-cata a base de champagne y surtidas delicias gastronómicas

20 junio, 2022 09:30

Fue en el Hotel AF Pesquera, de la familia Fernández- Rivera, donde suele organizar estos primorosos saraos mi amigo, el mago de los vinos, Miguel Ángel Benito, quién contó con la connivencia gastronómica del chef del hotel, David Pérez y su personal de cocina.

Y de recibo jamón de Guijuelo y champagne

En la carpa del jardín recibieron a los invitados con una copa de frío BD´M y algunas viandas, donde destacaron las finas láminas de un “Carrasco” ibérico de bellota, de Guijuelo, cortado con mimo por Luis Bravo. Nada más llegar, Miguel Ángel me presentó a unos paisanos amigos y seguidores suyo (Estrella, Gema, Toñi y Ampelio). Y a las anfitrionas; las hermanas Lucía y Olga Fernández Rivera.

Corte de jamón en Peñafiel

Corte de jamón en Peñafiel

Tras degustar el primero de los caldos franceses nos trasladamos al salón “Orígen-es” para ubicarnos en las respectivas mesas. La sala nos ofreció una gran puesta en escena, llena de detalles hechos con creatividad. Y enseguida, un Miguel Ángel Benito pletórico, micrófono en mano, abrió la sesión en un tono cordial, ameno, cercano y natural, dando las gracias a los presentes y pidiendo la presencia del otro artífice de la gran velada gastronómica, el chef David Pérez.

El ir y venir de Patricio Espeso (Exvall cátering) y sus ayudantes de sala que, al instante, se convirtieron en amigos como de la familia por las atenciones que tuvieron para realizar nuestro trabajo. Y por supuesto un servicio profesional de 10.

Seis platos, seis grandes marcas de champagne

Ostras sobre hojas de vides

El primero fue una sorpresa agradabilísima; original, hecho primorosamente y que al comerlo fue un auténtico deleite por la conjunción de sabores: Dos ostras sobre hojas de vides con gelatinas de sus flores, manzana verde y aire de tilo. Espectacular combinación regada con un Claude Cazals 2016. A mí personalmente me cautivó.

Unas deliciosas ostras

Unas deliciosas ostras

La sardina ahumada y su dignidad

El segundo de los platos fue otra delicia con sardina ahumada que hizo mucho efecto entre los comensales. Nunca una sardina elevó tanto su dignidad (me acordé de mi amigo Javi, el de Delamar). Y es que la composición era de una preparación sublime: torrija con almendras tostadas, la citada sardina con torta de queso de la casa (Dehesa de la Granja) y caviar cítrico.

Sardina ahumada

Sardina ahumada

Un plato arriesgado, según el chef David, que lo bordó. Un André Clouet Millésime 2015 fue el acompañante en la copa.

Arroz meloso con temaki

La tercera exquisitez llevaba arroz meloso con calamar, plancton marino y cigala. Y un cucurucho (temaki en la carta de presentación) que significa hecho a mano. Se acompañó este plato con un soberbio Philipponat blanco gran reserva cargado de historia, ya que la bodega fue creada en 1522 y posee cavas del siglo I.

Corvina a la parrilla

La cuarta entrega consistió en una corvina a la parrilla sobre verduras estofadas y avainilladas, crema de achicoria y su crujiente. Un Charles Heidsieck Millésime 2012 completó este plato.

Pichón de Tierra de Campos y un George Laval esplendoroso

Y el pichón bravío de Tierra de Campos se asomó a escena con el quinto plato de la noche. Una pechuga y dos muslitos braseados con un fondo maravilloso de color y sabor a melocotón, crema de hojaldre y nueces servido con caviar de Riofrío. Otro plato, aparentemente fácil de preparar pero que lleva su intríngulis. Resultó realmente sorprendente. Y con este plato, Miguel Ángel Benito se vino arriba en alabanzas por el champagne servido: un George Laval del que dijo el sumiller peñafielense que era un “producto de culto”. Nada que objetar. La bodega data de 1694. Y lo máximo que elabora esta bodega son 15.000 botellas anuales. “Y esta noche aquí -remachó Benito- tenemos la suerte de haber descorchado 12 botellas”.

Pichón

Pichón

El postre una auténtica sinfonía de sabores

Y el postre fue una auténtica sinfonía de sabores, tanto por el contenido de la cestita comestible, donde se habían depositado unas texturas de frutos rojos y una especie de helado de mandarina, -que a mí me dejó entusiasmado- como por el champagne servido: un cuvée rosé Laurent-Perrier con cuatro años de envejecimiento; lleno de frescura, delicadeza y elegancia. Y tan sólo dispone esta bodega de 2.5 hectáreas de viñedo.

Una sinfonía de sabores con el postre

Una sinfonía de sabores con el postre

Agradecidos por instruirnos vinícolamente

Y de Miguel Ángel, además de ofrecernos amenidad, puedo decir con rotundidad que nos fue instruyendo con su sabiduría vinícola. Entre otras cosas, uno aprendió que MILLÉSIME en el mundo del vino significa una sola cosecha y no un coupag (mezcla de mostos de distintas variedades de uva para la elaboración de vinos).

Miguel Ángel en Peñafiel

Miguel Ángel en Peñafiel

No faltó el café y las charlas de sobremesa con mis compañeros de mantel que, a eso de la hora bruja, levantamos nuestras posaderas y nos fuimos a tomar el fresco al jardín. Y luego cada mochuelo a su olivo. Uno se quedó en la habitación 130 durmiendo plácidamente esperando a la fresquita mañana dominical. Y camino de Pucela.

Cata en Peñafiel

Cata en Peñafiel

Y a uno le ocurrió lo que a Luis Miguel Dominguín cuando logró seducir en la cama al bellezón americano del momento como era la espectacular actriz Ava Garner. Bien temprano se levantó el torero y cuando con prisa y sigilo intentaba salir de la habitación la Garner le dijo: ¿Dónde vas tan deprisa? ¡A contarlo, a contarlo! -contestó el diestro-. Y eso hace uno ante tan magistral, suculenta, innovadora y creativa cata-cena. ¡A contarlo, a contarlo! Y como ocurrió lo he tratado de narrar. Gracias, Miguel Ángel, por tu invitación.