La Guardia Civil ha cortado de nuevo el tramo de la carretera de acceso a Traspinedo donde se halló el pasado sábado el cuerpo sin vida de Esther para realizar nuevas mediciones, inspecciones y tratar de encontrar algún rastro que arroje más luz sobre este caso.  

Todo ello, tras conocerse que la memoria del trabajo de los drones que peinaron la zona en busca de Esther no detectaron en esa cuneta la existencia de un bulto compatible con un cadáver. Cabe recordar que el lugar donde un vecino halló el sábado el cuerpo sin vida de la joven mientras paseaba es una zona de paso, visible y por la que transitan a diario continuamente senderistas, vecinos y ciclistas. Los propios vecinos ya aseguraban que era imposible que el cuerpo de Esther estuviera ahí desde el principio sin ser visto.  

Así, la Policía Científica ha vuelto a cerrar la zona sobre las 11 horas de esta mañana, después de que el pasado sábado se mantuviera cortada al tráfico para recabar pruebas y ser reabierta en la tarde del domingo. De este modo, la Guardia Civil desvía por un camino paralelo a todos aquellos que accedan al municipio. 

El primer análisis de la autopsia de Esther apreció signos internos de violencia, compatibles con traumatismos antes de su muerte. Además, los primeros indicios sitúan su muerte en torno al día de su desaparición, el pasado 13 de enero, y los forenses barajan la posibilidad de que el cuerpo fuera conservado en algún otro lugar durante varios días antes de trasladarlo a la cuenta donde apareció.