Rodrigo a su llegada a la entrevista

Rodrigo a su llegada a la entrevista

Segovia Un accidente que cambió su vida

Un paseo en moto letal

Tras conocer la historia de Aitor Martínez después de ese fatal accidente en el que falleció Jesús Negro, hoy nos adentramos en la historia de Rodrigo García de Pablos, un segoviano que sufrió un accidente de moto que le ha dejado en silla de ruedas

23 octubre, 2021 07:00

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Rodrigo García de Pablos es un segoviano de 38 primaveras al que le acompaña una silla de ruedas desde hace más de seis años. Amante del mundo del motor, precisamente fue un accidente de moto, el pasado 15 de junio de 2015, el que hizo que toda su vida cambiara.

Sin embargo, este valiente, como también hizo Aitor Martínez en la historia que les acercamos en el día de ayer, ha conseguido salir adelante a base de esfuerzo y tesón y busca ahora patrocinador para competir con su boggie pensando también en subirse al escenario para compartir sus monólogos.

Un 15 de junio de 2015 que lo cambió todo

“Recuerdo que esa tarde dejé a mi novia en su casa, a las 19.00 horas, y yo trabajaba a las 22.00 de la noche en la fábrica de mi pueblo. Como llegué pronto a casa dije: “Me doy una vuelta corta en la moto, ceno y a trabajar”, nos cuenta Rodrigo recordando los instantes previos del accidente.

Era un 15 de junio de 2015 en Valverde del Majano, una localidad segoviana. Cogió la moto, el casco, las botas y una cazadora. No se puso el peto de espalda y pecho porque iba a ser una vuelta corta. Ese fue el error como él mismo confiesa, nos cuenta apenado y con los ojos cristalinos recordando el momento que hizo que su vida cambiara para siempre.

“A unos 800 metros del accidente no recuerdo nada. Solo que desperté en un campo de cebada. Escuché pasar a un coche, grité para ver si me oía alguien pero no tenía capacidad pulmonar y decidí arrastrarme para ver si llegaba al camino. Mal por mi parte porque es algo que no se puede hacer cuando tienes la columna rota, pero yo no lo sabía”, explica.

Rodrigo asegura que “no podía con los dolores” y desistió “en su intento de arrastrarse para salir de las tierras”. A eso de las 6.00 de la mañana varias personas del pueblo y trabajadores de su misma fábrica le encontraron allí, las huellas que había dejado nuestro entrevistado sirvieron para su localización.

Rodrigo nos cuenta cómo se desarrolló un accidente que cambió su vida

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El sentido del humor como terapia

Tras el accidente, Rodrigo fue hasta el Hospital Clínico de Valladolid, lugar en el que fue operado, y de allí a Toledo. Tenía la dorsal seis fracturada, una lesión completa, y rápido le comunicaron que no podría volver a andar. Además perdió el riñón después de que un conducto que viaja desde ese órgano y hasta la vejiga quedara doblado.

Intenté recuperarme con sentido del humor, positividad y voluntad. Creo que, en mi caso. Ese sentido del humor fue la clave. En el hospital intentaba trasladar esa positividad a los enfermos que estaban conmigo y que padecían problemas más graves que los que yo tenía”, nos confiesa el nacido en Segovia.

El accidentado asegura que tuvo que recibir atención psicológica tras el siniestro pero no duda en añadir que los mejores psicólogos fueron “su familia, amigos y seres queridos”, los que “le arroparon en los peores momentos de su vida”.

“Nunca me han faltado visitas en el hospital. Tengo muchos amigos, algo habré hecho bien en la otra vida. Cuando estaba en el centro hospitalario y tras el accidente veía a mi alrededor a mis padres, a mis amigos y a mi novia y pensaba: “Me he quedado en silla de ruedas pero tengo todo esto””, afirma.

A los once meses recibió el alta y “prácticamente no sabía ir al baño”, añade. Día a día fue aprendiendo y adaptándose a una nueva vida que no le quedaba otra que afrontar.

Cambio de vida

Pese a la positividad y al sentido del humor del segoviano no todo fue sencillo durante ese proceso de rehabilitación tras el accidente. A los cuatro meses tuvo que reponerse de la muerte de su perro y de la ruptura con su novia pero a él, como nos ha confesado anteriormente, le hacía feliz hacer reír a sus compañeros de habitación en el hospital.

Tras salir de él su vida cambió. Tuvo que dejar de trabajar en la fábrica de fibra sanitaria del pueblo y ahora lleva “un día a día tranquilo” en el que el mundo del motor tiene un gran protagonismo.

Estando en el hospital salí con un amigo a un concesionario de quads y me compré uno. En diciembre me dieron el alta y lo estrené. Un vehículo que no estaba adaptado pero al que me subí como pude y gracias a mi pasión por los vehículos a motor”, añade Rodrigo.

Ha participado en la Baja Aragón y hace apenas medio año vendió su quad para comprarse un boggie de 1000 centímetros cúbicos y 200 CV. “Quería correr y competir con él pero la cosa está difícil sin patrocinadores”, nos confiesa en busca de que alguien lea estas letras y apueste por él para cumplir uno de sus sueños.

Concienciación

En un día a día en el que nuestro entrevistado acude al fisio dos veces a la semana e intenta “disfrutar de la vida”, él piensa en saltar a la palestra como monologuista. “A base de anécdotas, si las juntase, podría hacer un buen monólogo”, asegura convencido, mencionando a grandes del gremio como Leo Harlem, Álex Clavero o JJ Vaquero.

Además, ha desarrollado una gran labor de concienciación dando charlas en colegios como el IES Catalina de Lancaster, ubicado en municipio segoviano de Santa María la Real de Nieva. “Me dijeron que iban a hacer una campaña de accidentes de tráfico, de prevenir con el uso del cinturón, y me animé”, añade, informando de que la charla se la impartió a alumnos de 2º y 3º de la ESO.

“Les dije que tuvieran precaución. Que el uso del cinturón, aunque sea molesto, es vital. Yo pensaba que yendo despacio con la moto no me iba a pasar nada y me he jodido la vida. La vida se la jode uno con sus actos. También les dije que tenían que valorar un abrazo, un beso, una amistad o un “te quiero”, que es lo más importante en la vida”, finaliza.

Una vida marcada por un accidente pero llena de sentido del humor y de mirar hacia delante. Un valiente que se repone de los golpes más duros de la vida llamado Rodrigo.