Imagen del agente dentro del centro comercial de Santa Marta de Tormes

Imagen del agente dentro del centro comercial de Santa Marta de Tormes Cedida

Salamanca

Drones, helicópteros y evacuaciones en el centro comercial de Santa Marta: así ha sido el simulacro antiterrorista

A las 09:30 horas, los pasillos del centro comercial se convirtieron en un campo de actuaciones tácticas, evacuaciones simuladas y maniobras de contención.

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La de este martes no ha sido una mañana normal en Santa Marta de Tormes. La calma matutina del Centro Comercial El Tormes se ha visto interrumpida por un escenario de caos cuidadosamente planificado.

Se trataba de un simulacro de atentado terrorista que puso a prueba la capacidad de reacción de todas las unidades de la Guardia Civil de la provincia. A las 09:30 horas, los pasillos del centro comercial se convirtieron en un campo de actuaciones tácticas, evacuaciones simuladas y maniobras de contención.

Mientras los ciudadanos “afectados” participaban en una emergencia que, aunque ficticia, se desarrolló con la máxima verosimilitud.

En cuestión de minutos, varias dotaciones de seguridad ciudadana de la Compañía de Santa Marta se desplazaron al lugar, reforzadas por la unidad de seguridad ciudadana (USECIC), el equipo de búsqueda y localización de explosivos (EBYL), y el equipo PEGASO, que desplegó drones de vigilancia aérea.

 El operativo contó además con el apoyo de un helicóptero del servicio aéreo de la Guardia Civil y especialistas del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) procedentes de León.

El simulacro incluyó la activación del puesto de mando avanzado (PMA), la sala de crisis y el órgano de dirección del operativo, presidido por el Teniente Coronel Jefe de la Comandancia y la Subdelegada del Gobierno en Salamanca.

Guardia Civil durante la maniobra

Guardia Civil durante la maniobra

 Las distintas unidades ejecutaron protocolos que se aplicarían en un ataque real: neutralización de los agresores, búsqueda de explosivos, vigilancia aérea, aseguramiento de la zona y evacuación de posibles víctimas.

El objetivo de estas prácticas, explicaron los responsables, es doble. Por un lado, comprobar la eficacia de las actuaciones ante un atentado súbito.

Y detectar posibles áreas de mejora en la coordinación entre unidades, con el fin de garantizar la máxima seguridad de los ciudadanos en caso de que se produjera un incidente real.

Al final del simulacro, el centro comercial volvió a la normalidad.