Fachada principal del Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca.

Fachada principal del Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca.

Salamanca

Un preso recién llegado de Algeciras rompe la cara a un funcionario en Topas: "Es muy peligroso"

El trabajador recibió dos puñetazos en el rostro y fue trasladado al hospital con varias lesiones.

Más información: El exmilitar de La Manada sale de la cárcel de Topas en su primer permiso penitenciario de cuatro días

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Un funcionario del Centro Penitenciario de Topas, en Salamanca, ha tenido que ser atendido en un centro hospitalario tras sufrir una violenta agresión por parte de un interno recientemente trasladado desde la prisión de Algeciras.

El incidente ocurrió este martes en el módulo 6, uno de los más conflictivos del centro, cuando el trabajador intentó ubicar a otro recluso en su celda.

El recluso, condenado a 19 años por asesinato y con antecedentes de conflictividad, debía compartir celda con otro preso, pero se negó de forma tajante a aceptar esa convivencia reaccionando con dos puñetazos en la cara, causándole heridas y rompiéndole las gafas.

Según relatan fuentes penitenciarias, al comunicarle la decisión, el interno reaccionó de forma violenta, se abalanzó sobre el trabajador y le propinó dos puñetazos en la cara.

El impacto fue tan fuerte que lo tiró al suelo y le rompió las gafas, causándole varias lesiones en la cara.

“Es muy peligroso”, apuntan fuentes penitenciarias consultadas por EL ESPAÑOL de Castilla y León, que alertan de que Topas está recibiendo perfiles cada vez más agresivos sin medios suficientes para gestionar situaciones como esta.

La agresión desató la alarma en el módulo y obligó a intervenir rápidamente al resto de funcionarios del turno, que lograron reducir al interno con gran dificultad. Finalmente, fue trasladado al módulo de aislamiento donde queda en artículo 75.1, donde permanece desde entonces.

Fuentes del propio centro reconocen que el recluso ya había dado señales de ser un perfil problemático desde su llegada, pero que la falta de plazas disponibles y de personal obliga, en muchas ocasiones, a forzar situaciones como esta.

“Sabemos que son decisiones arriesgadas, pero no tenemos otra salida”, señalan con resignación.

Celdas saturadas y agresores reincidentes

La agresión no ha hecho sino avivar la preocupación en un centro que, desde hace tiempo, soporta una combinación explosiva: falta de personal, módulos saturados y presos de alta peligrosidad.

En el módulo donde se produjo el ataque hay actualmente 100 internos para 72 celdas, una sobrepoblación que impide aplicar criterios de separación y convivencia seguros.

Desde CCOO, lo resumen así: “Topas es un polvorín. Faltan manos, faltan recursos, y lo peor es que las agresiones van en aumento”.

Según datos oficiales de la Administración Penitenciaria, solo en 2024 se han registrado 12 agresiones en este centro, el doble que hace dos años. “Y eso solo contando las que entran en las estadísticas”, matizan, denunciando que muchas quedan fuera por cuestiones de clasificación interna.

“Nos mandan a los más conflictivos”

Desde ACAIP-UGT, sindicato mayoritario en prisiones, también se ha hecho un llamamiento urgente. “Cada vez llegan más internos con antecedentes violentos, y aquí no tenemos los recursos para evitar lo que ha ocurrido”, denuncian.

Recuerdan que el interno implicado llevaba apenas unos días en Topas cuando se produjo la agresión, y que ya había mostrado actitudes conflictivas desde su ingreso.

Además, critican que el protocolo PEAFA, única herramienta impulsada por Instituciones Penitenciarias para prevenir este tipo de incidentes, “ni es preventivo ni funciona”: solo entra en juego cuando ya ha sucedido la agresión, y no actúa sobre las causas.

Reclaman protección legal como autoridad 

Entre las reivindicaciones compartidas por CCOO y ACAIP-UGT, destaca una que lleva años sobre la mesa sin resolverse: el reconocimiento legal de los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridad. Aunque hay iniciativas tanto del PSOE como del PP en esa dirección, ambas se encuentran bloqueadas en el Congreso.

“Nos tratan como si no existiéramos. Solo salimos a la luz cuando nos agreden”, lamentan desde el colectivo.

Mientras tanto, sindicatos y trabajadores muestran su respaldo al funcionario agredido y advierten que no descartan movilizaciones si no se adoptan medidas urgentes. 

“No se puede seguir normalizando esta violencia estructural”, concluyen.