Medalla del Premio Castilla y León de las Letras 2023 a Fernando Arrabal en Ciudad Rodrigo

Salamanca

Fernando Arrabal proclama a Ciudad Rodrigo "capital cultural del mundo"

El novelista, dramaturgo y poeta Fernando Arrabal recibe en el Teatro Nuevo de Ciudad Rodrigo, que lleva su nombre, la Medalla del Premio Castilla y León de las Letras 2023.

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"Ni Nueva York, ni Roma, ni el Pompidou de París ni vayan a Figueras por Dalí, cuando quieran conocer los últimos avatares culturales habrá que venir a Ciudad Rodrigo, la capital cultural del mundo", así de tajante lo proclama el dramaturgo, novelista, poeta y cineasta Fernando Arrabal.

Esta pomposa afirmación la realizó Arrabal en el Teatro Nuevo de Ciudad Rodrigo, que lleva su nombre, en la entrega de la Medalla del Premio Castilla y León de las Letras 2023 y que no pudo recoger en persona en la ceremonia de los galardones que se celebró el pasado mes de abril. Lo hizo de manos del consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, y con presencia del alcalde mirobrigense, Marcos Iglesias.

Es que Arrabal, "el mirobrigense más célebre", en palabras del propio alcalde, aseguró que "Marcos Iglesias y Santonja están forjando una idea grandiosa, que en el Palacio de los Águila, que por casualidad se sitúa exactamente de espaldas a donde yo vivía, se va a crear un nodo cultural nuevo".

También dejó claro Fernando Arrabal, que, en el 125 aniversario del Teatro Nuevo, que abre su programación con este acto, "donde vi la primera obra de teatro, la obra más representada en el mundo entero fue creada e inspirada en Ciudad Rodrigo que, en España, porque habla de la guerra, nunca tuvo éxito y ahora es la más representada en todo el orbe. Y, muchas gracias por el premio".

Ese personaje de 92 años, del que no se sabe dónde comienza la persona y termina el artista o el personaje, o al revés, se mantiene lúcido y, en su paso por Ciudad Rodrigo, aún viene a la mente aquellos años 80 cuando también participaba del Carnaval, y hacía sus pinitos de 'torero', citando y subiendo a las talanqueras cuando embestía el morlaco.

Genio del teatro y transgresión literaria

Fernando Arrabal, nacido el 11 de agosto de 1932 en Melilla, pero criado en Ciudad Rodrigo -su madre era 'farinata'- es una de las figuras más destacadas, pero también controvertidas de la literatura contemporánea en idioma español. Dramaturgo, novelista, poeta y cineasta, su obra se caracteriza por su estilo vanguardista, surrealista y profundamente provocador.

Arrabal vivió una infancia marcada por la desaparición de su padre, militar en Melilla, un hecho que influyó profundamente en su vida y su obra. A los 19 años se trasladó de Ciudad Rodrigo a Madrid y luego a París, donde consolidó su carrera artística. Es considerado uno de los principales exponentes del 'teatro pánico', un movimiento que fundó junto a Roland Topor y Alejandro Jodorowsky, basado en la mezcla de lo absurdo, lo irracional y lo provocador.

Entre sus obras teatrales más icónicas se encuentran 'El cementerio de automóviles' y 'El arquitecto y el emperador de Asiria', piezas que desafían las convenciones tradicionales del teatro al explorar los límites de la condición humana y la sociedad. Su literatura también ha dejado huella, con novelas como 'La torre herida por el rayo' y 'La virgen roja'.

Además, Arrabal incursionó en el cine, dirigiendo películas como 'Viva la muerte' (1971), que escandalizó por su contenido visceral y su carga simbólica. Su estilo, siempre polémico, busca incomodar y obligar a reflexionar, situándolo como un creador ineludible dentro de las artes del siglo XX y XXI.

'No pongan esposas a las flores': libertad y provocación

Brutal, espectacular, importante la representación de la obra 'No pongan esposas a las flores', escrita por Fernando Arrabal, que fue recibida con gran revuelo en París, Suecia y Dinamarca. Y, ahora, tras su paso por Madrid, llevada al escenario del Teatro Nuevo por Teléfono Rojo Producciones: Samuel Buitrago, Felipe Lorenzo, Sara Rodas, Aroa García, Francisco de los Mozos, Luis del Rosal y Vicenta González, bajo la dirección de Nuca López y Daniel Coronado.

A decir, no sabemos cómo caería en algunos espectadores/as en Ciudad Rodrigo, este claro exponente del teatro del absurdo y del llamado 'teatro pánico'. Esta obra, publicada y estrenada en 1969, se erige como un manifiesto de libertad, una denuncia a la opresión, y una exploración de los límites entre lo humano y lo inhumano.

Fernando Arrabal, como creador polémico y revolucionario, utiliza el teatro como medio para cuestionar las normas sociales y políticas. En 'No pongan esposas a las flores', aborda la libertad individual, el amor, y la represión en un contexto lleno de simbolismo y metáforas. La obra se desarrolla en un espacio atemporal, un lugar abstracto donde los personajes están atrapados en un sistema que los aliena.

El título mismo de la obra es una metáfora que denuncia las restricciones impuestas por la sociedad a la creatividad, el deseo y la vida misma. Las 'esposas' representan los límites, las imposiciones morales y políticas, mientras que 'las flores' son símbolo de la belleza, la fragilidad y la libertad inherente a la naturaleza humana.

La obra

'Y pusieron esposas a las flores'

'Y pusieron esposas a las flores' Telefono Rojo Producciones

La obra se desarrolla en una prisión franquista 25 años después de la Guerra Civil. Allí llevan encerrados desde entonces tres presos políticos, Amiel, Katar y Pronos. Esperan la llegada de Tosán, un compañero al que han condenado a muerte, interpretando el papel del Cristo moderno, que es ejecutado y resucita representando la esperanza de un nuevo mundo tolerante y libre.

Cada preso ha encontrado a su manera su forma de sobrevivir; Amiel sueña y fantasea, Katar se enfrenta directamente a la realidad, y Pronos ha perdido el habla traumatizado. Presente, pasado y futuro se mezclan en escenas oníricas y en la cruda realidad carcelaria para condenar al régimen franquista.

La violencia de algunas escenas es debida al hecho de que las fantasías y los sueños eróticos se vuelven más vehementes en un sistema que reprime la sexualidad, de ahí esas escenas de desnudos totales. No son simples provocaciones ni disparates, si no los deseos y miedos más humanos y profundos de estos presos.

Esta obra sigue siendo apropiada porque su mensaje es universal y atemporal: la lucha por la libertad individual frente a la represión es una constante en la historia de la humanidad. Además, su estilo provocador, su erotismo y su enfoque simbólico continúan inspirando a generaciones de artistas y espectadores.