Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, cumple 50 años de alternativa (1)

Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, cumple 50 años de alternativa (1)

Salamanca

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Santos García Catalán nos habla de "El Niño de la Capea" que cumple 50 años de alternativa

19 junio, 2022 11:27

Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”

Hoy cumple 50 años de alternativa Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, y lo celebra toreando en Guijuelo con su hijo y yerno.

Fueron tres toreros que marcaron una época, cuando competir con los Camino, Puerta, El Viti, El Cordobés, Paquirri y otras figuras del momento no era cuestión baladí. De los tres hay que destacar a Capea, porque su historial es de verdadera figura del toreo.

El Niño de la Capea

El Niño de la Capea

Este año se cumple medio siglo de la alternativa de este trío de toreros castellanos que, tras no pocas vicisitudes, alcanzarían la gloria torera en distintas etapas. El salmantino Capea y el abulense Robles lo tuvieron más fácil, pero al vallisoletano le costó lo suyo hacerse un hueco en el escalafón y torear en las ferias con las grandes figuras de su época. Vamos por partes.

Por orden de antigüedad, -como mandan los cánones del toreo- está Pedro Gutiérrez Moya, más conocido como El Niño de la Capea y popularmente como Capea, aunque es el más joven de los tres con un año de diferencia: Pedro nació en 1952, mientras que Julio y Roberto vinieron al mundo en 1951.

Pero los tres tomaron la alternativa en 1972. Capea lo hizo un 19 de junio en la plaza que marcaría su carrera: Bilbao. Paco Camino de padrino y Paquirri de testigo, con toros de Lisardo Sánchez. Pedro le cortó las dos orejas a su oponente y saldría por la puerta grande del coso de Vista Alegre. Se retiraría 23 años más tarde en Málaga (16 de abril de 1995) tras conceder la alternativa a Javier Conde.

Capea Robles

Capea Robles

Del último libro de mi amigo Paco Cañamero: “Capea y Robles, 50 años de competencia y torería”, hemos recogido algunas frases sobre la rivalidad que mantuvieron en el ruedo las dos figuras salmantinas (Robles, aunque nacido en Fontiveros, desde muy niño su familia se trasladó a la Fuente de San Esteban, haciéndose torero en Salamanca).

Escribe Cañamero: “Fueron dos pilares de aquella gran generación de toreros de la década de los años 70, que escribieron páginas históricas, y he pretendido contar cómo revitalizaron la afición en Salamanca y el significado de ambos en la historia del toreo”.

Cañamero añade que el libro no es una biografía, sino un análisis sobre sus respectivas carreras, salpicada de muchas anécdotas, y de su influencia fundamental entre los aficionados salmantinos “que estuvieron divididos apasionadamente entre los partidarios de uno y otro torero”.

Pedro Gutiérrez Moya. “El Niño de la Capea” en los carteles

“Tras una fecunda carrera como figura incuestionable del toreo, -escribe Cañamero- se retiró definitivamente el 16 de abril de 1995, cuando se vistió de luces en la plaza de Málaga para dar la alternativa a Javier Conde, torero al que había apoyado desde su etapa de novillero. Desde entonces se dedica a la cría de ganado bravo, cuyas reses se lidian especialmente en los espectáculos de rejoneo”.

El Capea: seis temporadas como líder del escalafón y cinco puertas grandes en Las Ventas

De Capea, hemos de incluir que capitaneó el escalafón superior durante seis temporadas: 1973 con 84 corridas, 1975 con 92 corridas, 1976 con 86 corridas, 1978 con 80 corridas, 1979 con 76 corridas y 1981 con 68 corridas.

En su haber tiene cinco salidas por la puerta grande de Las Ventas: 1974, 1975, 1979, 1985 y1988). En esta plaza ha cortado un total de 23 orejas. Y una fecha para recordar: 28 de junio de 1988, cuando hizo el paseíllo en solitario para estoquear seis victorinos. El diestro del barrio de Chamberí saldó la gesta con tres orejas, dos de ellas del buen quinto, con el que Capea bordó el toreo al natural.

Sin duda, un historial de auténtica figura del toreo. El Niño de la Capea ha sido un torero valeroso, mandón, con buen sentido del temple, luchador, con carácter, con ambición y gran muletero.