El gran drama de esta crisis sanitaria es, sin duda, la situación de muchas residencias a lo largo del territorio nacional. No en vano, más de la mitad de los fallecimientos confirmados por el coronavirus de Castilla y León proceden de estas, según los datos aportados por la Junta, 738 de los 1.299 totales. 

A ellos, además, habría que sumar los que, a buen seguro, sumarán también a la cruel estadística del coronavirus cuando se hagan las cuentas. Y es que 969 residentes también han fallecido con síntomas del virus, pero la falta de test no ha podido confirmar tal hecho. Evidentemente, no todos ampliarán la lista, ya que en muchos casos los síntomas también pueden indicar otra infección, pero sí lo harán varios de ese número. 

En Salamanca se dan casi los mismos datos. Hasta la fecha ha registrado 258 fallecidos y 128 proceden de residencias, mientras que otros 164 han fallecido con síntomas. Todos ellos se concentran en 41 residencias diferentes de la provincia, según refleja la Junta de Castilla y León, y muchas de ellas ya han denunciado una difícil situación. 

Una de las primeras fue la de Linares de Riofrío, cuyo caso, al ser uno de los primeros en hacerse público, llegó a la televisión nacional. También en Santa Marta de Tormes han tenido quejas y en las dependientes de la Diputación de Salamanca. Muchos problemas en un foco constante del virus con personas muy vulnerables. El resultado es un drama constante que todavía tiene tiempo para solucionarse. 

De hecho, conforme a los mismos datos, otras quince residencias también cuentan con casos de coronavirus, aunque no ha habido ningún fallecimiento, algo que tampoco tiene por qué ocurrir. De hecho, hay que recordar que, aunque los mayores son las personas más afectadas por el virus, la inmensa mayoría consigue sobrevivir, en torno a cuatro de cada cinco. 

En el lado positivo, y que hay que cuidad y extremar las precuaciones al respecto, se encuentran las 138 residencias salmantinas que no cuentan con fallecidos ni con casos de coronavirus. La amplia mayoría que, sin embargo, se ven escondidas entre el inmenso drama del resto.