José Peñín posando para EL ESPAÑOL de Castilla y León

José Peñín posando para EL ESPAÑOL de Castilla y León

León

"Aprendí a usar las papilas y no el gaznate": José Peñín, de trabajar con Sara Montiel a ser un experto mundial en vino

A sus 81 años, el autor de la Guía Peñín, el periodista, escritor y divulgador es un referente a nivel nacional e internacional y ha publicado recientemente un libro sobre sus memorias.

Más información: "La calidad se ha globalizado": José Peñín, el gran maestro del vino en España es leonés y estrena memorias

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Era el año 1975 cuando José Peñín Santos (Santa Coloma de la Vega, León y 81 años) se lanzó a la aventura y fundó un negocio relacionado con el mundo del vino que evolucionó hasta hoy en día.

Por aquel entonces, nuestro entrevistado tenía 32 años y, como confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, era “abstemio”. Sin embargo, eso no le imposibilitó para hacer largas rutas con su coche.

El objetivo, el de probar el mayor número de variedades de vino posibles y establecer un mapa, que, por aquel entonces, era pionero y que han hecho que el escritor y periodista se haya convertido en un referente a nivel nacional e internacional en este mundo.

De hecho, hace muy poco, ha publicado sus memorias en las que hace un repaso por todos los viajes y en el que aparecen grandes y conocidos personajes con los que tuvo relación.

Conocemos más a fondo al autor de la Guía Peñín. Una vida plena y llena de anécdotas que no deja indiferente a nadie.

Un leonés “emocional”

“Me defino como un curioso impenitente y, a veces, impertinente”, asegura José Peñín Santos al comienzo de nuestra conversación. Lo hace entre risas, con el sentido del humor que le caracteriza.

Nuestro protagonista nació en 1943 en Santa Colomba de la Vega, una localidad leonesa, pero pronto, a los tres meses de vida, se marchará a Marruecos, concretamente a Tetuán. Su padre era militar y los destinos mandaban. Allí estuvo hasta 1953, cuando posteriormente se instalarán ya en Madrid.

Todo recuerdo que tengo de mi infancia es de los veranos en el pueblo. De los expatriados que viven fuera y cuando van a su tierra lo viven desde un sentido más emocional”, asegura el escritor del vino, decano en la profesión.

En la actualidad sigue viviendo en Madrid, pero tiene el alma en la tierra que le vio nacer y conserva una casa de sus padres en la localidad para escaparse siempre que puede.

“Cuando era pequeño quería ser pianista. Es mi vocación frustrada, la música. Sin embargo, este amor por la música se lo transmití a mi hijo mayor que hoy es productor y un conocido dj”, nos confiesa.

El destino le tenía guardado a él otro fin muy distinto.

Fotografía de José Peñín

Fotografía de José Peñín Imagen cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

De Sara Montiel al vino

“He trabajado de muchas cosas. Una de las que siempre cuento es que, cuando tenía 18 años, fui meritorio de producción de cine e hice tres películas. Una de ellas se llamaba ‘Mi último tango’ y participaba Sara Montiel”, confiesa José Peñín.

Él “compraba los paquetes de tabaco” a la actriz. “Se fumaba dos diarios”, apunta. Y cuenta la anécdota de que le tocó fumar en dicho largometraje para simular el humo de una chimenea en una escena.

“Yo no fumaba y me atraganté. Empecé a toser y tuvieron que cortar. Era el año 1962 y yo estaba aprendiendo la profesión, todo lo que tenía que ver con el lenguaje cinematográfico”, apunta.

Fue en el año 1975 cuando se adentró en el mundo del vino. Confiesa que podía “haberse metido en cualquier otro porque en su familia no había tradición ni gusto” por dicho sector.

“Mi padre era abstemio. Mi abuelo tenía una taberna y le hacía trabajar allí. Él huyó para estudiar como maestro. Pero mi padre se empeñó en que estuviera allí donde había más borrachos que bebedores”, explica.

El también comenzó siendo abstemio, sin embargo, para comenzar en el arte de la cata, desde 1975 comenzó a “utilizar las papilas y no el gaznate”.

Un viaje a través del mundo del vino

“El vino, por 1975 era un mundo en manos de escritores y personas del mundo de la gastronomía, pero no había llegado al consumidor desde el punto de vista cultural. Llegaba la botella o la garrafa, pero nada más”, apunta.

Fue por aquel entonces cuando nuestro protagonista se propuso recorrer España viendo como el vino “representaba una actividad imprescindible” y de “primera necesidad”. Recuerda, de hecho, que La Rioja fue su primera parada.

Yo lancé El Marqués de Cáceres y el Muga. No los conocía nadie en España. Las bodegas empezaban y estas son las dos primeras experiencias que incorporé al club de vinos que tuve”, añade el experto.

El periodista y escritor experto en vino, José Peñín

El periodista y escritor experto en vino, José Peñín Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Recorrió todas las provincias de España y del mundo catando. Ha llegado, incluso, a pasar por Estados Unidos, por Nueva Zelanda, Francia o Portugal y en 1990 puso en marcha La Guía Peñín.

“La guía nace después de que escribiera muchos reportajes de diversos vinos. La cree como un elemento de consulta para aquellos que quieran comprar vinos. En los 90, a principios, aparecían muchas bodegas y había que ordenarlas un poco”, explica.

Un experto mundial

José Peñín conoce el mundo del vino al dedillo. Es el comunicador más veterano. Un decano en España y también en el resto del mundo. Ha catado vinos tintos de 1820, de las marcas más importantes de la tierra.

“He hecho todo lo que tenía que hacer en el mundo del vino. He tenido la suerte de contar con tiempo para desarrollar mi actividad. Ahora es un producto inútil pero seductor porque ya no es de primera necesidad en la mesa sino hedonista”, asegura.

También recalca que al comenzar su actividad en el sector siendo abstemio le posibilitó “ser más imparcial a la hora de catar”. Él, simplemente, utiliza sus papilas para calificar de la forma más objetiva posible.

Un experto y un maestro a nivel mundial.

El futuro

Una de las particularidades con las que cuenta Castilla y León es que cada zona tiene una variedad de cepa y una vid distinta. Esto le dotan de una gran cantidad de estilos. Uno vino de la zona de Fermoselle no tiene nada que ver, por su color, zona de suelo de cultivo y demás con un Rueda o un Ribera del Duero”, asegura hablando de los caldos de nuestra tierra.

Añade que hoy en día “la globalización ha llegado a la calidad de los vinos” y que “hoy son buenos todos”. De hecho, sería difícil de distinguir un 97 puntos vallisoletano de uno de Argentina.

“El futuro apunta que los vinos caros van a ser más caros o se van a mantener y que la gama media, las de bodegas que elaboran de 3.000 a 8.000 botellas a 20 euros cuentan con más incertidumbre porque no sé si existirán tantos compradores de vino para tantas bodegas”, finaliza.

Palabra de experto. De gran experto.