Manuel y su excelente restaurante en Boñar
Manuel traspasa un restaurante familiar con 34 años de historia: "Si no aparece nadie cerraremos"
Un establecimiento hostelero familiar especializado en comida típica de la montaña leonesa.
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Boñar pasa por ser un municipio de la provincia de León que, en la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta con una población de 1.766 habitantes.
Parte del territorio municipal se incluye en el Parque Regional de los Picos de Europa y su ayuntamiento está constituido por la Villa de Boñar y un total de 18 pedanías. Cuenta con más de diez rutas para los amantes del senderismo que pueden disfrutar del excelente valor natural que atesora el lugar.
Está atravesado, de norte a sur, por el río Porma y, además, cuenta con varios lugares importantes para visitar como puede ser la Iglesia de San Pedro, del siglo XVII y que cuenta con un reloj del año 1861 en su torre.
También tiene varias fuentes medicinales. Las Caldas son dos fuentes cuya agua suele estar a unos 20-23 grados durante todo el año y cerca está la Fuente de la Salud. Es una localidad perfecta para visitar.
También para deleitarse con su gastronomía en restaurantes míticos como es La Praiollona, con 34 años de historia. Al frente está Manuel Bandera González que explica, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que “se jubila” y que “buscan un traspaso” para continuar con la historia del establecimiento hostelero.
En caso de que “no aparezca nadie”, como nos confiesa, “cerrarán sus puertas en septiembre”. Esperemos que eso no suceda.
La fachada del Restaurante La Praiollona
La vida de Manuel
“Soy un currante de toda la vida. De los que se han hecho a sí mismos. Intento dar lo mejor de mí cada día para sacar el negocio adelante con la mejor calidad y que los clientes salgan satisfechos de La Praiollona”, explica Manuel Bandera
Nacido en Llamazares (León), a los seis años se desplazó hasta La Vecilla, en la misma provincia para aterrizar con sus hermanos en Boñar allá por el año 1987. Amante del esquí, de la montaña y de las setas, atesora una amplia experiencia en el mundo de la hostelería.
“Recuerdo mi infancia de una manera muy feliz. Jugando y corriendo por el monte. Esquiando con mis amigos con esquís de tablas y esas cosas. Después, en el año 1985 comencé mi carrera en el mundo de la hostelería”, añade.
A sus 64 años, piensa ya en la merecida jubilación.
La historia de La Praiollona
“La Praiollona abre sus puertas en el año 1991. Tiene 34 años de historia. Lo cogí yo junto a mi hermano Juan Carlos y mi madre. Ellos en cocina y yo en sala. Procedimos a la apertura de un restaurante totalmente nuevo en Boñar”, asegura Manuel.
Un establecimiento hostelero que se ubica en La Avenida de la Constitución Número 41 del municipio y que tiene 120 metros cuadrados para que los comensales disfruten de sus mejores elaboraciones.
La madre de Manuel fallece y, en la actualidad, sacan adelante al trabajo nuestro protagonista, su hermano y su cuñada, Ana. A los que hay que sumar tres trabajadores más.
“Ofrecemos comida típica de la montaña leonesa como puede ser el cocido argollano, la fabada, las manos de cerdo, o las carrilleras de cerdo ibérico, esas son nuestras especialidades. Las que más piden los clientes”, afirma nuestro entrevistado.
Su excelente comedor
Sin embargo, cuentan con una carta muy amplia entre las que también están las setas de cardo rebozadas o la morcilla, hecha de una manera muy especial.
Platos para chuparse los dedos en un bello entorno que provoca que uno disfrute más aún de esta experiencia gastronómica.
Se traspasa
“El Restaurante La Praiollona se traspasa. Esperemos que alguien quiera continuar con ello. Si no aparece nadie cerraremos el 1 de septiembre. Yo espero y creo que alguien vendrá para continuar con el negocio”, afirma Manuel.
Y es que nuestro entrevistado, a los 64 años se jubila, merecidamente, después de 49 años trabajados ni más ni menos.
Su objetivo pasa por conseguir “encontrar a alguien para que no se siga muriendo el pueblo” y que su restaurante siga viviendo y ofreciendo los mejores manjares a todos los que por allí pasen.
Ojalá que lo consigan.