El Burgo de Osma, en Soria, y La Alberca, en Salamanca, han pasado el primer cribado en las votaciones de la primera fase de 'Juntos brillamos más', el concurso para conseguir que Ferrero Roche ilumine su Navidad. De esta manera, estos dos pueblos de Castilla y León ya se encuentran entre los cuatro semifinalistas del concurso.

Han sido miles las personas que han votado a los dos municipios castellanos y leoneses, superando a varios de los candidatos. A los dos de nuestra Comunidad, les acompañará en la siguiente fase Benasque, de Huesca, y Celanova, de Ourense.

Esta segunda fase se extenderá hasta el 28 de noviembre, cuando se descubrirán los dos finalistas que se batirán en una última votación que se extenderá hasta el 10 de diciembre. Posteriormente, será el 11 de diciembre cuando Ferrero Rocher anunciará el ganador de esta edición, que en los días posteriores disfrutará de una inolvidable ceremonia de alumbrado con Jesús Vázquez en la que descubrirán la tan ansiada iluminación navideña.

Las votaciones permanecen abiertas en la página web de Ferrero Rocher, donde también se pueden visionar los vídeos promocionales de los candidatos y más información de cada uno de los municipios.

El Burgo de Osma, en Soria

El Burgo de Osma, un pueblo amurallado situado en la provincia de Soria que esconde grandes tesoros que enamoran a todo el que lo visite. Una villa con un legado histórico impresionante, un mérito que comparte con Ferrero Rocher. Cuenta con muchos monumentos tanto civiles como religiosos para visitar, además de un entorno con numerosas grutas y acantilados rocosos que reúne todos los elementos necesarios para tener una calidad de vida inmejorable en el mundo rural.

La Alberca, en Salamanca

Destaca como uno de los pueblos más pintorescos de España, enclavado en el corazón de la Sierra de Francia, destaca por su elegancia que comparte con Ferrero Rocher. Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940 se distingue por su entramado urbano conservando como pocos la arquitectura típica de la Sierra de Francia, además de sus tradiciones centenarias. Cada rincón, portón, bocacalle, gatera, reja y balcón florido merece ser una postal ya que parece que el tiempo no hubiese causado ningún tipo de estrago conservando su esencia casi intacta.