La última semana de febrero va a tener un cambio brusco de tiempo. Los castellanos y leoneses pasarán de temperaturas primaverales al frío tan característico de estas fechas. Cierto es que, durante este fin de semana -del 18 al 20-, los termómetros han marcado muy por encima de lo habitual. Llegando, incluso, a los 18 grados. Un clima que nada tiene que ver con lo habitual en el mes de febrero.

Durante la segunda mitad de la semana van a volver "las nevadas y heladas" en las zonas de interior y cotas bajas, de este modo lo ha avanzado Rubén del Campo, portavoz de Aemet a EFE. Además, ha especificado que este cambio se debe a la presencia de un anticiclón en el Atlántico Norte que propiciará desde el miércoles la llegada de vientos fríos.

Para hoy, lunes 20 de febrero, habrá intervalos nubosos. Además, hay lluvias y chubascos débiles y dispersos, sobre todo por la tarde. La cota de nieve está por encima de los 2000 metros.  Las temperaturas siguen siendo altas, con un máximo de 19 grados en Burgos, Palencia, Soria, Valladolid y Zamora. En Ávila, León y Segovia están un poco por debajo, entre 15 y 17 grados.

Para mañana, martes 21 de febrero, la Comunidad contará con intervalos de nubes medias y altas y con nubosidad de evolución. Por otro lado, se registrarán lluvias y chubascos frecuentes en la segunda mitad del día, que podrán ir acompañados de tormenta, tal y como informa Aemet en su web. Las temperaturas mínimas y máximas descienden y habrá vientos intensos en la zona del nordeste.

El miércoles 22 de febrero, Castilla y León amanecerá con nubes bajas y bancos de niebla. Al mediodía puede aumentar la nubosidad y hay probabilidad de precipitaciones. Las temperaturas continuarán en descenso con heladas en las zonas montañosas. El frío llegará el jueves con unas mínimas de hasta -5 grados en zonas de Ávila y Palencia. Las heladas serán notables en toda la Comunidad.

Desde el 24 y hasta finalizar febrero, la situación seguirá siendo inestable. Predominarán los cielos nubosos o con intervalos de nubes medias y altas. Podrán ser más frecuentes en la zona del Ebro y Pirineos. Las temperaturas contarán con un predominio de los descensos, tanto en las máximas como en las mínimas.