Benjamín Castro a las puertas de la sede autonómica de CSIF ubicada en Valladolid

Benjamín Castro a las puertas de la sede autonómica de CSIF ubicada en Valladolid

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El presidente de CSIF CyL, ante la negativa del Gobierno a negociar: “El otoño va a ser caliente”

Benjamín Castro no descarta mayores movilizaciones a partir de septiembre si el Gobierno no se sienta a hablar

7 julio, 2022 07:00

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En septiembre de 2020, Benjamín Castro (Aguilar de Campoo, 1972) pasó a la presidencia autonómica de CSIF debido a la jubilación del Policía Carlos Hernando. Tras una trayectoria profesional dedicada al empleo público, perteneció a Acción Sindical para, posteriormente, ser presidente provincial de CSIF en Palencia durante 12 años. La negociación con el Gobierno y la inflación son los temas que ocupan el día a día de Benjamín Castro, que "no descarta un cese de la actividad por parte de los empleados públicos".

Entrevista a Benjamín Castro, presidente autonómico de CSIF, en EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

El próximo septiembre cumplirá dos años en el cargo de presidente autonómico. ¿Cómo valora su gestión al frente de CSIF?

Ha sido muy duro debido a la pandemia, pero es positivo y un honor representar a los empleados públicos como sindicato mayoritario. Se ha demostrado que los servicios públicos son importantes y que los trabajadores que representamos han dado lo mejor de ellos mismos para protegernos, curarnos y mantener nuestro día a día. No ha sido lo único bueno, pero sí lo mejor de nuestra sociedad.

Su mandato al frente del sindicato está marcado por la pandemia y, en la actualidad, por la inflación de más de un 10% que sufre España. ¿Es el mayor reto al que se enfrenta desde su nombramiento?

Desde luego es muy importante. Por una parte, hacer ver a la sociedad que los empleados públicos no pueden volver a ser los paganos de lo que ya ocurrió con la crisis de 2008. Tenemos calculado que nuestro poder adquisitivo se ha perdido alrededor del 15% de media y que ahora, con la inflación, con toda seguridad superará el 20% al final de este ejercicio. Si alguien ha contribuido al pacto de rentas en este país han sido los empleados públicos, todo ello sin ninguna negociación y con diferentes imposiciones. En 2010 comenzó el detrimento salarial bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero que supuso entre un 5 y un 10% de pérdida directa y, luego, los diferentes Gobiernos han ido congelando o incrementando los salarios por debajo del IPC.

Con respecto a su labor en CSIF, se encuentra inmerso en la negociación de mejoras salariales, reducción de la temporalidad, una mayor oferta de empleo público y otras demandas. ¿En qué punto de la negociación se encuentran?

A nivel central, no hay negociación. El último acuerdo que alcanzamos fue con el entonces ministro Iceta, lo que luego se transformó en decreto de la temporalidad y, posteriormente, se tramitó como ley sin participación. Se pactó alcanzar un calendario de negociación para tratar la movilidad, la promoción interna y, en general condiciones laborales y salariales.

Con esta ministra ni siquiera se ha pactado el calendario y, desde luego, negociación no hay. Salimos delante de todas las Subdelegaciones de España el 22 de mayo y el 25 de junio volvimos a salir indicando al Gobierno que, si se sigue sin sentar, esto no puede ser. De igual manera, en septiembre comenzaremos nuevas movilizaciones elevando el tono, dado que no quieren negociar y evaden su responsabilidad olvidándose de los empleados públicos, que al final desplegamos los servicios que recibe la ciudadanía. No puede ser, estamos en el tiempo de descuento.

Habla que en este momento no hay ningún indicio de negociación por parte de la ministra de Hacienda. ¿Qué proponen desde CSIF?

Tenemos que hablar de movilidad y conseguir que el empleado público tenga posibilidades de desarrollar su vida, con su familia, donde él quiera. La movilidad está parada y es algo imprescindible. Junto a ello, la promoción interna. No es lógico, como en cualquier empresa, que un trabajador no tenga una vía directa de carrera profesional dentro de su función. Así estamos perdiendo ese talento y vamos a la calle a buscar a otro. Eso no es sensato. Buscamos estabilizar las plazas. A veces se crean anhelos y, posteriormente, frustraciones cuando la gente entiende que le van a hacer fijo por la puerta de atrás. Va a tener que pasar un concurso de estabilización o de oposición y tendrá que afrontarlo y lograr su plaza.

Escuchándole da la sensación de que el Estado como organización se está desvinculando, paulatinamente, de sus empleados.

Desde las diferentes administraciones les encanta verbalizar lo mucho que les importan sus empleados públicos y lo que les enorgullece. Antes hablábamos de la pandemia y aquí en las Cortes se le dio la medalla a todo el conjunto del personal sanitario. Estamos encantados de ello, pero hay que pasar de las ‘musas al teatro’. Dices querer mucho al personal sanitario y no sanitario, pero luego firmas un decreto que luego tuvieron que retirar. Para la reorganización de la Atención Primaria, presentamos un documento hace muchos meses en la que decíamos unas medidas urgentes para ponerlas encima de la mesa: atraer a facultativos y enfermeros que cada vez hay menos. Detectamos el problema que anunciamos hace muchos años con los médicos y ahora está pasando lo mismo. No se nos está haciendo caso.

Hay que tener un trato fiscal adecuado y atractivo para que esos puestos ultraperiféricos y ese profesional se establezca en una población periférica, de otro modo no se va a quedar. En este sentido el gobernante tiene que abandonar ideologías, abandonar postulados per se ya que estamos hablando de lo que importa a la sociedad.

Con toda esta situación que expone, no sé si se plantean un paro de la actividad de los empleados públicos como medida extraordinaria.

No descartamos nada. Desde luego, haciendo un símil con el incendio de Zamora, estamos en el ‘otoño de la negociación’. Vamos a hacer esa labor de limpieza, a sentarnos y a organizar porque vamos a llegar a un punto que esto colapsa y el empleado público no puede más, está cansado. Se siente maltratado y esto se puede incendiar. Vamos elevando el tono, el otoño va a ser caliente y, desde luego, haremos una gran movilización que casi seguro será en Madrid delante del Ministerio; pero no descartamos nada.

Benjamín Castro en su despacho en CSIF

Benjamín Castro en su despacho en CSIF

Una de las desgracias recientes ha sido el incendio en la Sierra de la Culebra. ¿En qué condiciones se encontraban los empleados públicos que participaron en la extinción del fuego?

En primer lugar, hay que decir que hay muchísimos trabajadores de Medio Ambiente que están en precario siendo fijos discontinuos. No puedes tener operativos tres meses. Al mismo tiempo, hay una figura que llevamos años reivindicando: la del Bombero Forestal. En Castilla y León no existe. Cuando contemplas una figura laboral conlleva formación, planificación, organización y eso hay que hacerlo. Reivindicamos que el plan vaya más allá de la comunidad, un incendio no entiende de fronteras de provincia ni de Comunidades Autónomas, tiene que ser un plan nacional.

Debido a esto último, entiendo que desde el sindicato van a llegar hasta el final.

Estamos trabajando. Si hay responsabilidades habrá que depurarlas y llegar hasta el final. Ahora mismo no tengo todos los datos para decir quien no ha tomado la decisión adecuada. Hay cosas que son evidentes: 15 días antes lanzamos una nota de prensa en la cual pedíamos que el nivel de alerta se elevara y no nos hicieron caso. De ahí a tener una responsabilidad civil o penal, no me atrevo a decirlo, en todo caso tendrá que haber una investigación interna y medir el alcance.

No descartamos nada, queremos tener todos los datos y mejorar el servicio público. Te aseguro que un agente medioambiental o el peón de montes, lo que más desea es que no vuelva a haber incendios, eso significa que le han permitido hacer su labor anterior y poder prevenir para no tener que enfrentarse al fuego cómo ocurrió en la Sierra de la Culebra en la que hubo momentos de pánico absoluto, porque las llamas no les dejaban bajar y lo más que podían hacer era salir corriendo sin que les llegara el fuego.

Otro de los problemas a los que se enfrenta es el de los sanitarios y sus contratos tras la pandemia. El Gobierno ha anunciado esta misma semana que 67.000 especialistas van a ser fijos.

El trabajador temporal o interino no tiene culpa. Llevamos muchos años buscando soluciones. Con respecto a la noticia, le digo que a veces los políticos deberían hablar con más propiedad: no se van a hacer fijos a 67.000 trabajadores, lo que se estabiliza son las plazas. Ellos, lógicamente, podrán concursar o bien a través del proceso de estabilización o concurso de oposición a esa plaza y tendrán una ventaja competitiva con el que viene de la calle, puesto que llevaba más tiempo.

No hay que crear esos anhelos porque estás mintiendo a la población, hay que dejarlo claro. Se habla de 67.000 empleos fijos que ya estaban trabajando en el sistema de salud. Necesitamos otro tanto o más. Recordemos que, a partir de la crisis de 2008, se crean las tasas de reposición por lo que cada persona que abandona el sistema de salud, se cubre un puesto por cada diez empleados. El Covid puso de manifiesto la falta de medios de producción, una mala praxis especialmente del ministro Illa -al cual le hemos puesto una querella- y todo esto supone un cóctel que sobretensionó y puso en jaque en algunos hospitales en España hasta un punto en el que no se podía desarrollar la labor de curar a la gente.

Alrededor del 43,8% de los hombres y el 62% de mujeres, junto con un 25% de los universitarios se plantea opositar. Con todas estas reclamaciones que realizan, ¿Qué les diría a estos futuros opositores?

Lo primero darles la bienvenida. Es una labor bonita ya que despliegas esos servicios públicos y es grato. Se puede decir con claridad que estamos en precario, el empleado público en España está mal pagado, mal considerado y tratado. Hemos sido partícipes en toda la negociación de Cerealto Siro, que les cuenten a ellos lo que es precariedad asumiendo unas condiciones tildadas de ‘lamentables’, por salvar 1.700 empleos en Castilla y León.

La administración pública tiene que ser capaz de hacer atractivo el que vengan los mejores. Como ciudadano quiero a los mejores médicos y a los mejores docentes que formen a mis hijas. Unos vendrán por voluntad, vocación, practicidad y modo de vida más estable, pero ya se lo digo, está mal pagado. Es estable si acabamos con las tasas de temporalidad que superan al sector privado. Hay que captar talento y mejorar condiciones. Hay Comunidades Autónomas que hacen políticas de retención y atracción del talento para desarrollar su carrera profesional.