La última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al tercer trimestre de 2018, y por tanto actualizada al pasado mes de septiembre, muestra que el paro, 20.500 salmantinos, es peor que hace un año, rompiendo una racha positiva que se prolongaba desde hacía un lustro. Unos datos generales negativos que tienen una letra pequeña peor en el mercado laboral de Salamanca.

En primer lugar, porque ese aumento del paro viene acompañado de menos trabajo, pues hay mil seiscientos ocupados menos que hace un año, pero sobre todo diez mil ocupados menos que al inicio de la crisis económica. Y es que la emigración es un factor importante a tener en cuenta en Salamanca a la hora de hablar de mejoría o no del mercado laboral, pues el padrón actualizado a 1 de enero de 2018 refleja veinte mil habitantes menos durante la última década.

No obstante, la población en edad de trabajar rompe una tendencia a la baja para situarse en 154.100 personas, mil cien más que en verano pero trescientas menos que el año anterior. Además, la EPA muestra una tasa de actividad del 54,4%, entre las once peores de España. De hecho, sólo está por delante de Asturias, Orense, Lugo, Pontevedra, Ciudad Real, Jaén, Ávila, León, Palencia y Zamora.

Cabe destacar que al analizar con detalle la población activa, si a los 20.500 desempleados le sumamos otras 37.700 personas que se dedican a las labores del hogar (mil doscientas más que el trimestre anterior), por lo que no cotizan pese a estar en edad de poder trabajar, y otros 19.000 estudiantes, suman 77.200 salmantinos que podrían estar trabajando pero no lo hacen por diferentes motivos, es decir, la mitad del total que es la población activa. Cifras a las que además habría que sumar más de 80.000 jubilados en una provincia que envejece a pasos agigantados.

Ocupación por sectores

Los datos del paro publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran una reorientación del tejido productivo, sobre todo hacia el sector servicios. La provincia charra se caracteriza por el turismo, principalmente tras el pinchazo de burbuja inmobiliaria, como fuente de riqueza y creación de empleo. Durante el último año el sector servicios ha registrado quinientos ocupados más, para quedarse en 99.100.

La construcción también gana trabajadores respecto a hace un año, ochocientos, para quedarse en 8.700 ocupados. No ocurre lo mismo con la agricultura, con 2.700 ocupados menos que hace un año, para quedarse en los 8.800 salmantinos, y la industria, que pierde un centenar de ocupados, hasta 17.100 salmantinos.

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