Destrozos-mina-retortillo-(

Destrozos-mina-retortillo-(

Región

El Intituto Carlos III no realizó estudios de impacto sobre Retortillo

22 abril, 2017 18:09

El Gobierno reconoce que el Instituto de Salud Carlos III no ha efectuado ningún estudio sobre el impacto de la mina de Retortillo en la salud de los habitantes del entorno de la instalación prevista por la empresa minera Berkeley, en respuesta a una pregunta formulada en el Senado por Compromis.

La Declaración de Impacto Ambiental aprobada por la Junta de Castilla y León en octubre de 2013 no hace ninguna mención a la repercusión del proyecto minero en la salud, a pesar de que la normativa española y europea así lo exige.

Los antecedentes que existen sobre ese tipo de instalaciones nos hacen albergar serias dudas sobre las consecuencias negativas en nuestra salud, si finalmente se autoriza la mina de uranio a cielo abierto con planta de beneficio de mineral y depósito de residuos radiactivos. Las minas o plantas de concentrado de uranio que han existido en la Península Ibérica han provocado enfermedades y muerte, como en el caso de Urgeiriça (Portugal) o en Andújar (Jaen), sin olvidarnos de Saelices el Chico (Salamanca).

Berkeley se escuda en el informe del Consejo de Seguridad Nuclear sobre la afección radiológica para intentar convencernos de la inocuidad del proyecto. Pero ese mismo organismo junto con el Instituto de Salud Carlos III, ya advirtieron en 2009 que una planta de concentrado de uranio tiene riegos químicos importantes que deben considerarse a la hora de aprobar este tipo de instalaciones:

“En el entorno de las instalaciones de producción de concentrados de uranio se mezclan tres tipos de exposición. La exposición laboral, que si bien se da en todas las instalaciones, en las actividades de minería la protección personal de los trabajadores era menor en los años 60 y 70. La exposición de la población en general, derivada de las emisiones, en la que pesaría más su componente de toxicidad química que la radiológica. Por último, los depósitos de residuos (estériles-tailings) que también son tóxicos”.

No debemos olvidar que están autorizados vertidos al río Yeltes por la Confederación Hidrográfica del Duero de diversos elementos altamente contaminantes como arsénico, plomo o cobre. Además, la concentración del uranio se realiza mediante balsas que utilizan ácido sulfúrico, entre otros agentes, para lixiviar el uranio extraído.