¿Quién es Charo y por qué preocupa tanto al gobierno?

El Ministerio de Igualdad, a través del Instituto de las Mujeres, ha publicado este jueves un informe titulado Aproximación al uso del término “Charo” en la cultura del odio.

Antes de nada, ¿quién es Charo? El estudio lo resumen como “categoría despectiva utilizada para referirse a mujeres de izquierdas (…), cuyo uso actúa como un mecanismo de deslegitimación de la voz femenina y de desacreditación del pensamiento feminista”.

Hasta donde yo había visto en redes sociales, Charo es un término que se acuña a un estereotipo de mujeres obsesionadas con Pedro Sánchez que respaldan y excusan cualquier cosa que el presidente haga o diga. Es decir, mujeres manipuladas por una ideología que se sienten víctimas del pensamiento de derechas en particular y de los hombres en general, además de no ser capaces de tener un pensamiento crítico e individual.

“Señoros” es también una etiqueta genérica que describe al estereotipo de señor de más de cincuenta años, con capacidad económica alta, de derechas, habitualmente putero y que engaña a su mujer con la secretaria. No es una comparación para reivindicar un estudio sobre este apelativo; es mostrar lo estúpido que es destinar recursos económicos, que pagamos entre todos, a estas sandeces.

He destinado 10 minutos de mi tiempo a leerme este dossier de 19 páginas. Si quitamos portada, contraportada, índice y bibliografía se queda en 15 páginas de las cuales las cuatro primeras están dedicadas a una introducción a conceptos como “misoginia” o “manosfera” para dar contexto. Esta parte os la podéis saltar porque se auto citan repetidamente. El resto es dar vueltas al significado y los usos de la palabra “Charo” y una serie de respuestas a ese fenómeno desde los prismas que consideran relevantes.

Y esto es todo. Tras analizar este tema de vital importancia para el gobierno, ¿no nos vais a proponer un protocolo de actuación? Aparte de “promover una reflexión colectiva” me esperaba, no sé, unas indicaciones tontas de cómo denunciarlo o unas recomendaciones de cómo apoyar a las víctimas.

No, ahora en serio: ¿Cuánto ha costado esta broma y a cuántos funcionarios han tenido entretenidos durante cuánto tiempo? ¿Quién tiene la poca vergüenza de firmar este “análisis” nimio, fútil y redundante? Con la que está cayendo, ¿a quién le importa esto? ¿Quizá Pedro Sánchez vuelve a desviar la atención de lo que se está cociendo en su partido? Mira que se ha puesto creativo otras veces, pero ya flojea hasta en esto.

A través de sus redes sociales, el Instituto de las Mujeres confirma que va a monitorizar el discurso misógino en internet. Espero que aporte más rigor que el trabajo improvisado de primero de carrera que, además de superfluo, está mal numerado.