Pocas jornadas quedan para que las campanadas den por finalizado el 2023 y sin solución de continuidad, una tras otra, desesperados por concluir las doce uvas de la incertidumbre y sin fracasar en el fútil intento de respirar, se llega al 2024 con la sensación de que lo viejo no deja pasar a lo nuevo.

Los problemas que ayer se tenían se siguen teniendo hoy; una amnistía inconstitucional sobre la cabeza de este Estado de derecho y sobre todos nosotros, una democracia pillada o dejada pillar en paños menores por la mansedumbre, complicidad, intereses de partidos (son dos, no lo olvidemos) y la dejadez de funciones de los responsables únicos y últimos.

Precariedad en el poder judicial que deja en el concepto de tutela judicial efectiva y el sistema que debe garantizarla signos de evidente desgaste por el mal uso y el peor mantenimiento y, ya sabemos la causa, mira que los españoles hemos dado lecciones sobre el asunto para haber aprendido. Martín Luther King en el año 1967 en una visita a una prisión en Pensilvania sentenció «No puede haber justicia sin paz. Y no puede haber paz sin justicia».

Terminará el año y empezará el siguiente por, entre aquellos datos y estos otros datos que expongo: el Registro de Inversiones Extranjeras Data Invex, de la Secretaría de Estado de Comercio ha anotado, a fecha octubre 2023, un descenso de la inversión extranjera cercana al 25% decía… con una sociedad llena de inseguridades sobre su destino. Menos inversiones significa menos posibilidades de crear riqueza, empleo y seguridad económica.

Y como hay que tratar de barrer la parte que a uno le toca debo poner atención sobre aquellas regiones y capitales que subsisten a duras penas con las infraestructuras de comunicación existentes y que tienen como responsable de las mismas al menos deseado, con una Salamanca que necesita, al menos, recuperar la frecuencia del Alvia Salamanca-Madrid que se perdió en la pandemia envuelta en tapabocas, en atronador silencio ¡sin decir ni mu! o el tren nocturno a Lisboa sobre una vía aún no electrificada y, con la certeza, de que la ansiada recuperación de la vía férrea de La Plata no se producirá hasta bien entrada la década de los 50 si es que ello se produce.

Con un déficit de profesionales de la salud que a pesar de las continuas denuncias y diversas opiniones que -éste que suscribe- lleva denunciando desde el año 2017, va a poner, si no lo está ya, al actual sistema de salud en precario; empezando por la pediatría en el ámbito rural que, si algo tiene que estar asegurada para luchar, como dicen que están luchando, contra la despoblación, es la atención de aquellos que deben encabezar, asimilar, recoger la herencia de los que poco a poco se van dejando sus horas en las calles vacías de los pueblos de esta comunidad y muy especialmente problema agravado en la región leonesa que ya digo hay poblaciones que en el año 2030 no tendrán habitantes.

Y todo esto por la voracidad industrial de una posición de dominio sobre el resto de poblaciones de esta comunidad, lo denuncie hace tiempo, que los polos industriales deben diversificarse a lo largo y ancho de esta comunidad y no centrarse en rellenar espacios imposibles en las capitales de provincia creando, con ello, problemas de suministro de agua, exceso de concentración humana y problemas sociales y económicos vinculados a la precariedad de la vivienda y de la conciliación familiar.

Pero todo eso es igual ante la dictadura del reloj que marcara el fin al año, hoy solo se piensa en cómo dar el salto desde el último segundo del 2023 al primero del 2024 con estilo, tratando de caer en la mejor posición al finalizar el salto, aunque luego, la noche haga de las suyas… Solo espero que ese salto no sea mortal y se quede solo en eso.

Un susto.