El golpe de efecto de Pedro ha sido muy propio de él y muchos le llamarán cobarde, otros traidor, pero a mí me parece que es un valiente, un calculador y un canalla.

Nos explicamos, es un valiente porque es capaz de hacer lo que otros con sus melindres, sus conjeturas y meditaciones son incapaces de hacer. Es capaz de arriesgar lo que los demás, con sus calculitos, no hacen y es capaz de, aceleradamente, superar al adversario como un corredor de rally, sin miedo, con audacia y confiando en sí mismo.

La operación es perfecta para él que, efectivamente, corre riesgos, pero con ella consigue unificar el voto de la izquierda, comenzando por la desmovilización de SUMAR, que iniciaba su despegar; eliminar a PODEMOS, que está como Cs, para el desguace lento, cruel y triste, o no, así como animar a los propios con el mantra de la ULTRADERECHA, creado por la propia derecha estúpida del PP, para eliminar a VOX, y por los memos propios de VOX, que lo veían como una forma de diferenciarse y obtener una posición; pero, con ello, Sánchez consigue mover a todos aquellos que, sin ser de izquierda, tienen miedos de involución creados por una izquierda que los alienta, una derecha acomplejada y una historia bien aderezada y vendida, por más irreal o, al menos, manipulada con trazas de verdad y ocultaciones de tremendas falsedades.

Con estas cartas, la derecha está convencida de su victoria, pero aún le queda jugar la partida y, en eso, ellos, con sus complejos, con sus miedos, con sus lentitudes pensantes, con el ansia por ganar, no se dan cuenta de que la diferencia entre uno y otro contendiente no es tan grande que, eliminados los partidos provincianos, las izquierdas y derechitas locales, Cs y otros que han concurrido en estas elecciones, se ajusta mucho el tablero y las fichas corren de otro modo, por lo que la apretura es mayor.

Por otra parte, pilla a la derecha sin resolver el dilema de PP con VOX, VOX con el PP, unos les tienen miedo a los otros, los otros no saben cuál es su posición real...somos complementarios, somos competidores, estamos dispuestos a pactar con quien se gusta de "extrema", ¿cómo gestionar esto?

Lo de "extrema", que sostienen los de la izquierda y los bobos solemnes del PP, se tiene que superar y dejar claro que ambos son derecha democrática y no extremos de nada, que igual que PSOE e IZQUIERDA UNIDA son dos partidos democráticos, PP y VOX igualmente, que la extrema son PODEMOS, BILDU y los partidos, prácticamente inexistentes, que añoran el FRANQUISMO.

Esta dicotomía y falta de resolución de la situación es utilizada magistralmente por Sánchez que, consciente de que en política dos no suman sino que restan, que el mar movido requiere osadía y un rumbo firme y él lo tiene, y que la alegría del verano, el solazar al calor, la sensación de bienestar esconde y oculta la ruina, la tristeza del otoño, la cruda realidad, lo que le permite "vender" su producto con mayor garantía de éxito que a la derecha el cambio necesario que requiere tener la neurona en cosas distintas que el relax mental de estío.

En definitiva, por más que la situación para él, no para el PSOE, sino la personal de Sánchez, aparezca como insostenible, es más cómoda que la de una derecha miedosa, convencida de su victoria y con disputas y situaciones no resueltas que ahora se convierten en problemas serios.

El problema del PSOE es diferente, pues a buen seguro que, gane o pierda Sánchez, con esta operación, se coloca en posiciones que él buscaba desde hace tiempo, en Europa y/o en la OTAN, y abandonará esta aventura, lo que generará dificultades en el partido que si pierde quedará roto y sin cabeza, y si gana, como él se irá, quedará roto, con poder, pero sin sustituto, en definitiva, "hecho unos zorros".

Lo realmente grave es que unos y otros en lugar de servir hacen sus cálculos para servirse y los únicos que acabaremos "pagando las fantas" seremos los "perritos sin alma" que, como siempre, perdemos.

Nos engañan, nos mienten con valores, principios, ideologías, etc., pero ellos no vienen a defender nada, ni a luchar por nadie, ni buscar el bien común, vienen a desarrollar su proyecto personal, a lucrarse, a posicionarse socialmente, a servirse... baste ver cómo se han pegado unos y otros por estar o dejar de estar en una lista, para comprender que no es un proyecto lo que se defiende, sino una posición personal.

Lo grave es que a ellos no les da vergüenza y nosotros aceptamos la ponzoña que nos venden. Qué futuro nos espera y les dejamos a nuestros hijos ¡Qué vergüenza!