Desde siempre, en la política exterior española se cuidaban de forma extrema las buenas relaciones con nuestros vecinos del sur, hasta el punto de que desde la llegada de la democracia, la primera visita al extranjero del Presidente de Gobierno de turno se realizaba al Reino de Marruecos, territorio que no hay que olvidar fue Protectorado Español hasta 1956. Estas buenas relaciones se mantuvieron durante el régimen franquista hasta que, aprovechando la agonía del general Franco el monarca marroquí inició la Marcha Verde para invadir el Sahara para explotar las minas de fosfatos, invasión encabezada por mujeres y niños para evitar una represión militar española. Al final, España se retiró de aquellos territorios que eran reclamados por el Frente Polisario y Argelia, aunque formalmente seguía siendo la potencia administradora

Como señalaba antes, instaurada la democracia en España, las relaciones entre ambos países mejoraron notablemente en buena parte debido a las muy buenas relaciones personales entre el Rey Juan Carlos I y el Rey Hasán II, y los Presidentes de Gobierno de España rendían su primera visita al extranjero al vecino del sur, manteniendo un status especial para los territorios del Sahara reclamados por el Polisario, Argelia y Mauritania pendientes, según la ONU de un referéndum y evitando en lo posible poner sobre la mesa el futuro de Ceuta y Melilla, ciudades que conviene recordar eran ya españolas antes de la existencia del Reino de Marruecos.

Y estas buenas relaciones, al menos en apariencia, se mantuvieron hasta que la pandemia afectó al líder del polisario Brahim Ghali que fue traído para su tratamiento en España, donde ingresó con documentación falsa porque el personaje tenía cuentas pendientes con la Justicia Española, algo que irritó sobremanera al monarca marroquí, que respondió inmediatamente retirando la embajadora en Madrid y abriendo la frontera de Ceuta, permitiendo que más de 10.000 marroquíes, la mayoría jóvenes, invadieran la ciudad española, que las fuerzas del orden allí destinadas se vieron incapaces de evitar a pesar de utilizar el lanzamiento de pelotas de goma, lo que por cierto fue motivo de duras críticas por parte de la ultraizquierda española.Para aplacar al monarca marroquí, sanchez le entregó la cabeza de la ministra de asuntos exteriores.

SuperSanchez se ha negado de forma reiterada a explicar esta decisión, y mucho menos a comparecer en el Congreso a explicarlo, lo que ha provocado que se asocie esta decisión personal al episodio Pegasus de espionaje que afectó al propio teléfono del Presidente y varios ministros preguntando qué se descubrió en esos teléfonos, intervención que nadie duda estaba realizándose desde los servicios secretos marroquíes, llegando a pensarse que Begoña, la mujer del presidente, con negocios en Marruecos, estaba afectada por el espionaje, lo que obliga al Presimiente a no decir palabra.

Para intentar dar sensación de normalidad, e incluso presumir de su gestión internacional nos anunció la celebración de una cumbre histórica hispano-marroquí a celebrar en aquel país, algo que no ocurre desde hace 8 años, y que este año se celebrará a pesar de la oposición de la parte podemita del gobierno por el carácter nada democrático del gobierno marroquí, aunque intenten ocultar la auténtica razón de la ausencia de los ministros podemitas.

Se iban a firmar, y quizás se hayan firmado, 24 acuerdos entre los dos paises, cuyo contenido espero no sea tan secreto como el asunto del Sahara, pero cuando Su Sanchidad tenía preparada una rueda de prensa para contarnos el éxito de la cumbre le comunican que el Rey marroquí no le va a recibir porque está a miles de kilómetros en su Palacio de Gabón y que le despachará con una conferencia telefónica, no obstante, impasible el ademán, comparece ante los medios en una pseudoconferencia de prensa, y la califico de tal porque como le gusta a Sánchez, no permitió preguntas a los periodistas.

Cuando escribo estas líneas comparece de nuevo SuperSanchez para hablar de que somos mucho más que amigos y vecinos, pero no nos dice que lo que hoy se ha firmado estaba todo ello acordado con anterioridad y lo de ayer fue una puesta en escena. Lo más notable es que ambos firmantes se comprometen a no hacer ni decir nada que moleste a la otra parte, vamos que no hablaremos de Ceuta, Melilla, Canarias,Sahara, etc. etc. De momentos hemos ganado 900 millones en nuestra balanza comercial con Marruecos y hemos perdido 2.500 con Argelia. Negocio redondo.

En su última comparecencia , por ahora, de Su Sanchidad ha destacado "el compromiso de respeto mutuo" adquirido por España y Marruecos. "En nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía", ha explicado Pedro Sánchez. Vamos que de Ceuta y Melilla, ni palabra. Tras la crisis migratoria provocada por Marruecos permitiendo el paso masivo de de miles de personas a través del paso fronterizo ceutí Sánchez ha puesto en valor la progresiva cooperación entre los países vecinos para devolver la normalidad en la frontera. El primer paso para conseguir esa normalidad ha sido el cese del coronel jefe de la guardia civil.

"Estoy muy satisfecho del éxito de la primera expedición comercial que tuvo lugar el pasado viernes a través de las aduanas de Ceuta y Melilla", ha destacado el presidente, que ha asegurado que se va a "garantizar juntos que estas aduanas sigan abriéndose de manera ordenada y progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y mercancías tal y como acordamos el año pasado". Acuerdo del año pasado que espera alcanzar. Excelente modelo de buena gestión.

Como veis, una vez más Pedro Sánchez trata de vendernos un burro ciego, pues reconoce que el tema de las aduanas se acordó hace un año y todavía sigue sin funcionar y así buena parte de los 24 puntos que ahora han firmado en esta cumbre histórica. Histórica si pero por el ridículo que ha hecho nuestro país gracias a nuestro querido Presimiente. Vamos, de vergüenza.

Cuando tengamos acceso a todos los convenios y acuerdos firmados podremos juzgar si esto ha servido para algo más que para que el presidente español haga el ridículo como de costumbre. Por cierto, se habrá atrevido a preguntar al ministro del interior marroquí si sabía algo sobre el atentado del 11M en Atocha? Seguro que no.

Hasta el viernes que viene.