La Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética establece en su título III lo siguiente: El título III aborda las medidas relacionadas con la transición energética y los combustibles.

En primer lugar, no se otorgarán nuevas autorizaciones de exploración, permisos de investigación y concesiones de explotación de hidrocarburos en todo el territorio nacional, incluyendo el mar territorial, la zona económica exclusiva y la plataforma continental. De esta medida quedan excluidas las solicitudes de concesión de explotación asociadas a un permiso de investigación vigente que se encuentren en tramitación antes de la entrada en vigor de esta ley, que se regirán por la normativa aplicable al tiempo de otorgarse el citado permiso de investigación, a excepción de la posibilidad de prórroga, que se excluye expresamente.

Sobre el uranio la misma losa: Tampoco se le otorgará nuevas licencias o permisos de exploración, de investigación o concesiones de explotación de minerales radioactivos.

Y lo que hay en Salamanca no es la solución pues el daño ecológico es apabullante. Solo quien conoce la zona de Retortillo sabe lo que está en juego.

Esta ley pasó al BOE el 21 de mayo del 2021. Hoy -un año después, un loco ha hecho saltar por los aires las costuras de Europa y a la vez a puesto el mundo patas arriba- y el hilo que se supone debe utilizarse para coser esas costuras las tiene en exclusiva el responsable.

La transición ecológica, que creo es la evolución lógica (si hay alternativas energéticas menos perjudiciales e igual de efectivas en lo económico, en lo estable y dinámico quien puede decir no)  la transición ecológica necesitaba  que el actual sistema energético no saltase por los aires como lo ha hecho, necesitaba tranquilidad para su implantación. Hoy con datos en la mano se empecinan en querer implantar un modelo energético   insuficiente y a la luz de los datos caro por falta de madurez y sobre todo no habiendo aún alternativa energética y la que proviene de las energías renovables es insuficiente, no es la alternativa, no es el paradigma energético.

Hoy no dudo, hoy estoy seguro que esta paralización prohibición no hubiese salido adelante con tanto apoyo o mucho más, creo que no se hubiese aprobado y es que menos VOX, todos votaron a favor, incluso el partido popular, que en el año 2017 adelantó un recurso de inconstitucionalidad sobre las prohibiciones de prospecciones en el mediterráneo que el parlamento balear pretendía legislar.

¿Dónde está ese recurso de inconstitucionalidad hoy?

Es que en aquellas fechas el ministerio de la Presidencia del año 2017 (llamémosle de Rajoy) emitió un escrito calificando esa norma regional como contraria a la constitución.

La verdad es que el PP a este respecto ha tenido tantas posturas como periodos electorales e instituciones en las que ha tenido la oportunidad de demostrar su falta de coherencia con su voto: si y no y todo lo contrario.

En el año 2014 votó en contra de prohibir las prospecciones, no solo en el mar balear, también se posicionó a favor de que esa prohibición se trasladase a Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana y Andalucía.

Pero en el Congreso y en ese mismo año, votó en contra a una propuesta de Coalición Canaria que prohibía las prospecciones en esas aguas.

En el Senado la propuesta, esta vez presentada por el PSOE, tuvo a favor los votos discordantes de los senadores populares de Baleares.

Cuando se llevó esta prohibición al parlamento balear el PP votó a favor, para después, mediando  un posible rapapolvo del partido en Genova, “arrepentirse de lo votado”  decía Prohens.

De ahí el escrito antes referido por parte de la oficina de presidencia de  Rajoy aludiendo a la inconstitucionalidad de esa prohibición.

Pero es que ni siquiera la actual Ley deja claro el asunto porque a renglón seguido de una contundente prohibición se dice esto: En segundo lugar, es necesario iniciar un proceso que de manera paulatina garantice la coherencia entre las ayudas o incentivos públicos y los objetivos de mitigación de cambio climático. Como regla general en la ley se establece que la aplicación de nuevos beneficios fiscales a productos energéticos de origen fósil deberá estar debidamente justificada por motivos de interés social, económico o atendiendo a la inexistencia de alternativas tecnológicas.

¿Beneficios fiscales a productos energéticos de origen fósil?

Los 20 céntimos

¿Inexistencia de alternativas tecnológicas?

Las renovables hoy no son alternativa.

Lo primero ya sabemos a qué relacionarlo, y lo segundo también. En ambos casos es consecuencia, sin ninguna duda, de la política energética de este país supeditada siempre a la ideología, ya sea la climática,  intereses nacionalistas,  o al “puto interés del partido de gobierno” Perdónenme la expresión.

El poder por el poder.

Nunca se ha tenido en cuenta los criterios técnicos, sociales, económicos y sobre todo el interés general, pero no crean que este es el único momento en el que el interés general ha quedado “patras”

El interés general por el que los ciudadanos debían tener un sistema educativo adecuado, correcto, técnico y profesional ha quedado “patras” (como muestra la reciente reforma del sistema educativo “Ley Celaa)  y ya van unas cuantas,

 También ha quedado “patras” un sistema sanitario único y centralizado ¡sí! digo bien, “centralizado” o alguien piensa que la crisis sanitaria pasada o presente aún,  ¿no ha dañado o evidenciado  inoperancia del actual sistema de salud? solo salvado por la profesionalidad y el esfuerzo, sobre esfuerzo diría, mas bien, con un alto coste de los profesionales de la salud.

Nunca estaremos agradecidos de su labor y entrega.

El sistema de separación poderes que sustenta cualquier democracia, eso también ha quedado “patras” porque, ¿no ha quedado claro el mercadeo que se ha traído Casado con la justicia para sobrevivir a sus traiciones partidistas?

Siempre el interés general ha quedado por debajo del “puto interés del bipartidismo” y así estamos con casi 70 años de autonomía energética bajo nuestros pies -así lo exponen los expertos, los técnicos- siendo esclavos de intereses ajenos y de enemigos del Estado, ya sean estos internos o externos.

El “pegasus” volando encima de nuestras cabezas pilotado por nuestros  enemigos.