Se han empeñado nuestros dirigentes en que no conozcamos la historia, la nuestra, de forma que no seamos capaces de no repetir los errores. Así, en un brochazo, la Primera Guerra Mundial fue fruto del expansionismo de Gran Bretaña, Alemania, Rusia, unida a la polarización entre las diferentes alianzas internacionales, que fue cerrada en falso con obligaciones suicidas para Alemania.

La Segunda Guerra Mundial, tiene su origen en esa asfixia económica a la que estaba sometida Alemania, que genera un sentimiento antisemita y un hipernacionalismo socialista que generó una voluntad expansionista y totalizadora a la que Europa se plegó.

La presente Guerra Mundial es fruto, nuevamente, de un cierre en falso de la anterior, en la que se criminalizó el fascismo y a los alemanes, provocó una división europea tan inconsistente como inestable y cruel en la que se cedió al Comunismo una gran parte de ella y, lo más grave, nos hemos dedicado a blanquear al criminal Comunismo, aceptando su implantación, crecimiento y, sobre todo, su denigración de nuestros Estados, de nuestro sistema capitalista, de nuestras democracias, para dar paso a la jarca de basura totalitaria del comunismo internacional.

Con esa debilidad estructural de Europa, carcomida por los fundamentos comunistas, una China que ha vencido al mundo en el ámbito económico, una Rusia que es dueña de las redes, interviniendo en las elecciones Americanas, en España en el 1-O, en Venezuela, Cuba, India, Argentina, Perú,…en medio mundo, y a la que nuestros dirigentes nos obligan a entrar sin precauciones, sin salvaguardas, sin vergüenza, hace evidente la victoria comunista mundial, al menos en número y potencia, de forma que sólo queda la victoria militar.

Frente a esa acción militar, Europa reacciona con miedo, con vergüenza y sin capacidad de enfrentamiento, máxime cuando en algunos gobiernos, como el español, existen miembros que, siendo comunistas y defendiendo la agresión rusa o, al menos, comprendiéndola, no son expulsados del gabinete, encerrados en la cárcel por defender el genocidio que se va a producir, sino que se permiten exigir, dentro del gobierno y en las calles, la defensa de la madre Rusia. el español, existen miembros que, siendo comunistas y defendiendo la agresión rusa o, al menos, comprendiéndola, no son expulsados del gabinete, encerrados en la cárcel por defender el genocidio que se va a producir, sino que se permiten exigir, dentro del gobierno y en las calles, la defensa de la madre Rusia. el español, existen miembros que, siendo comunistas y defendiendo la agresión rusa o, al menos, comprendiéndola, no son expulsados del gabinete, encerrados en la cárcel por defender el genocidio que se va a producir, sino que se permiten exigir, dentro del gobierno y en las calles, la defensa de la madre Rusia.

Europa ha vivido de la bonanza económica, del miedo al gigante ruso y disfrutado de las mieles económicas mientras permitía, para parecer más papistas que el papa, que la ideología comunista se blanquease, se presentase como demócrata, nos diese lecciones, organizase nuestra educación para destrozarla, impidiendo nuestro crecimiento militar con la imagen del pacifismo e imbuyendo nuestra sociedad de una falsa realidad que, cuando la poníamos al descubierto, nos tildaban de fascistas, como fascistas eran los que saltaban el muro en Berlín para alcanzar la libertad o fascistas eran las mujeres que el ejército rojo violaba, por orden de sus generales, al entrar en Alemania…!en fin¡

Ahora, deberíamos de despertar e ilegalizar el comunismo, impedir su propagación y desarrollo acreditando públicamente lo que son, lo que quieren y a dónde nos llevan…. Tarde o temprano surge o nace el asesino que llevan dentro. Ese sí que tiene que ser un cordón sanitario de acero iridiado, el que la sociedad democrática debería de imponer al comunismo en todas sus vertientes y presencias y no el de Vox, el del PP, o el de cualquier otro partido democrático.

En Europa deberíamos de comprender que una simple multa o sanción económica no es el modo de frenar al dinosaurio rojo, que la intervención debe de ser más radical, más unitaria, más sólida y de ayuda al pueblo oprimido, a la par que mostrando una voluntad real y creíble de defender nuestra libertad, a nuestros hijos, su futuro, nuestra patria, nuestro modelo de vida, si dejamos que los comunistas de fuera y de dentro nos impongan su régimen, ya se ve cómo viven en Venezuela, Rusia, Corea… O nos defendemos, o fortalecemos nuestros ejércitos, o presentamos modelos de disuasión política, social, económica y militar o … a la tercera va la vencida.